A escasos días de las elecciones llama la atención el número de asesinatos políticos en el contexto de las campañas. De acuerdo con la consultora Etellekt suman 88 políticos asesinados durante el periodo electoral, a parte se cuentan también las amenazas directas o agresiones directas a candidatos, en algunos casos hasta levantones. La encuestadora da un dato muy revelador que nos da claridad sobre el grado de deterioro de las instituciones municipales: 90 por ciento de los asesinatos son del ámbito municipal (candidatos a alcaldías, regidores, síndicos, etc.), el 8 por ciento del ámbito estatal y sólo el dos por ciento de lo federal.
Comenzando por lo evidente, diremos que México es un Estado fallido que no tiene la más mínima capacidad de asegurar un ambiente sano para desarrollar una auténtica democracia, pues los poderes de facto como el narco, los grupos políticos, y las élites económicas mueven a su voluntad las piezas políticas, mandando quitar por medio de la violencia aquellos perfiles que les representan un verdadero estorbo para sus malévolos planes.
Estos datos además nos permiten constatar lo que el viejo adagio sentencia: la cadena se rompe por el eslabón más débil. Señalo pues que, si usted prestó atención a los datos, se menciona que el 90 por ciento de los asesinatos ocurridos son del ámbito municipal. Ahí donde la corrupción, las mafias delictivas y los caciques locales campean a sus anchas. Ahí donde la justicia de la 4T y su miserable política de “abrazos y no balazos” han provocado que todas estas lacras de nuestra sociedad, lejos de amedrentarse pareciera que se envalentonan más.
El antorchismo, que no es ajeno a los fenómenos sociales, ha sido víctima también de los golpeteos políticos y económicos de algunos grupos de poder que se reúsan a dejar sus privilegios o/a perder sus espacios políticos desde los cuales operan a sus anchas. Los casos más recientes como los que ocurren en Puebla, Estado de México, San Luís Potosí, Veracruz entre otros. Se nos ha amedrentado y atacado directamente mediante sabotaje con grupos porriles en nuestros eventos políticos, baleando los vehículos de nuestros activistas o candidatos, además de una serie de amenazas directas de atentar contra su vida.
Todo esto sucede mientras el presidente de México, de manera despreocupada se enorgullece de haber comprado el 100 por ciento de las acciones de la refinería Shell, una refinería que los gringos pensaban comenzar a desmantelar en febrero 2021 por insolvencia y porque el mundo está dando un viraje tremendo al uso de las energías verdes para tratar de salvar este nuestro mundo del cual no hay réplica.
Para el presidente de la república basta con sentenciar desde su tribuna diaria que es respetuoso del proceso electoral, a la par que lleva una guerra de confrontación directa contra las ultimas instituciones autónomas que se resisten al embate de la voluntad presidencial, el cual pretende someter a su disposición y conveniencia todos los poderes de la nación.
Y como suele suceder y acostumbra ser mal pensado, no por gusto si no por experiencia, la mayoría de estos hechos violentos quedaran archivados si bien les va entre cajas llenas de expedientes en las fiscalías estatales, donde por el correr de los años se le olvidan al público y las autoridades sin ningún rubor se van a gastar el salario que cobran a nombre de la sociedad.
Por eso desde esta humilde trinchera manifiesto que no estamos de acuerdo con la política de abrazos de la 4T, no estamos de acuerdo con la persecución política abuzando de las instituciones como la UIF en contra de los opositores del gobierno en turno, no permitiremos que Morena siga fingiendo que el país avanza cuando nuestra economía se sostiene con palitos.
Hago la humilde invitación a mis compañeros antorchistas para no aflojar el paso, ni agachar la mirada ante los embates de los enemigos del progreso, casi 47 años de lucha sostenida nos avalan como una de las mejores organizaciones a nivel nacional. Hoy nos estamos jugando el pellejo por conseguir posiciones políticas que nos permitan ser partícipes y no simples espectadores de la actual coyuntura política. Debemos ser protagonistas del cambio verdadero en beneficio de los trabajadores de nuestra nación. Ante la ola de asesinatos, amenazas, ataques violentos hacía los políticos en campaña pedimos justicia y castigo para los autores materiales e intelectuales.
Por lo pronto, estas campañas vienen a reafirmar algo que ya era un secreto a voces; nuestro país con todo y que ahora gobierna la 4T es un barco que hace agua por todos lados, y que mientras unos hacen por enderezarlo y componerlo, otros hacen agujeros más grandes. El problema es que con temor vemos que con el barco nos hundiremos todos juntos, buenos y malos. Por eso, súmate al proyecto de Antorcha y juntos cambiemos para bien el rumbo de nuestra nación.
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