Para ningún mexicano son desconocidos los problemas sociales y económicos por los que atraviesa el país, en cierta medida, los medios informativos se han dado a la tarea de enumerar dichas crisis. Hablemos del tema que se quiera y encontramos deficiencias y graves consecuencias para los ciudadanos. Tal es el caso de la violencia en México. Los problemas más comunes son asaltos a pasajeros y transeúntes, robo a casa habitación, extorsiones telefónicas, secuestros, asesinatos, acciones cometidas por el crimen organizado y no organizado. Es decir, la descomposición de la sociedad ha sido tan acelerada que se cometen crímenes horrendos a la vista de cualquiera persona.
La revista Forbes del 7 de marzo de 2022 dice: “México registró al menos 122 casos de asesinatos de mujeres con crueldad extrema durante enero y febrero de 2022”. “En el primer bimestre del 2022, destacan al menos 80 masacres; al menos, 221 casos de tortura; al menos, 164 casos de mutilación, descuartizamiento y destrucción de cadáveres; al menos, 122 asesinatos de mujeres con crueldad extrema; y al menos, 59 asesinatos de niñas, niños y adolescentes” tomado de un comunicado de la Organización Causa en Común. Esto se ha convertido en el pan de cada día de los mexicanos, los ciudadanos se han acostumbrado a leer en los encabezados o a escuchar en los noticieros las atrocidades que se cometen todos los días.
Ante este escenario, existen dos versiones claras, pero unas se gritan a todo pulmón, y la otra apenas como un susurro por el riesgo político que representa. La primera versión es la del presidente López Obrador, quien se ha empeñado en minimizar los problemas de violencia y asesinatos en México, con discursos que confunden al pueblo. “La violencia no es ya asunto nacional, se concentra en dos estados: AMLO” (La Jornada, de 12 de marzo de 2022). En esa conferencia mañanera del 11 de marzo en Chiapas, López Obrador dijo: “La violencia en México no es asunto nacional, se concentra en dos estados, pero el sensacionalismo conservador quisiera proyectar la imagen de un país en llamas”. Vea usted, cómo a pesar de que los datos son crudos, el presidente se esmera en edulcorar su discurso, para hacer creer a los mexicanos que su gobierno ha resuelto los problemas del país.
Y la otra versión, es la que acaba de pronunciar el senador Ricardo Monreal, quien en su participación en Diálogos por la Democracia dijo: “No hemos dado resultados completos al tema de la seguridad porque la gente sigue viviendo con temor, zozobra, con intimidación por el crimen organizado en distintas conductas que se cometen a diario como la extorción, el robo, secuestro y asesinato”. Además, agregó otro problema, que a su parecer también merece atención: “El campo necesita más respaldo, más ahora que los sectores de la población rural se están trasladando a los sectores urbanos donde hacen crecer la pobreza y la organización, cuando lo que deberíamos hacer es respaldar el sector rural para que pueda producir en su tierra. Si no es más claro, y tampoco desarrolla el tema con datos concretos, esa generalización que hace, deja ver que en sí hay políticos de Morena que ven las cosas como en verdad están. Esto desmiente por completo la versión del máximo líder de Morena.
Pero la realidad es tan terca, que tarde o temprano las cosas se demuestran por su propio peso, así por más discursos refinados, edulcorados y engañifas que dedique el presidente López Obrador, esa realidad se va a imponer. Y los mexicanos deberemos estár preparados para ser los verdaderos actores de la transformación del país, por uno donde en realidad haya paz y trabajo para los mexicanos, un país equitativo, un país donde se le haga justicia al pueblo mexicano.
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