Chimalhuacán se encuentra a 27 km de la capital del país. En la década de los 80 el municipio era un enorme basurero, el Bordo de Xochiaca era el depósito de los desperdicios de la Ciudad de México y de la zona Metropolitana, la basura daba la bienvenida a todo aquel que cruzaba el canal de aguas negras conocido como “el Río de la compañía”. Una vez en territorio chimeco, como se le conocía, las calles de terracería, basura, cables de luz que parecían una telaraña mal confeccionada y las casas, en su mayoría de techos de láminas de cartón. Ese era el aspecto del municipio.
La temporada de lluvias era un verdadero suplicio para la población, las humildes casitas de madera o tabique sufrían los embates del clima y casi siempre quedaban bajo el agua. Año con año los pobladores perdían sus pocos bienes por las inundaciones; en verano los fuertes vientos arrancaban los techos de las viviendas, así era la vida de los chimalhuacanos.
En 1989 llegó un grupo de activistas del Movimiento Antorchista a la escuela primaria Emiliano Zapata, encabezado por Jesús Tolentino; la tarea principal era ayudar con la educación de los infantes. Sin embargo, era imposible abstraerse de la pobreza, a las necesidades, a la marginación, fue cuando el grupo de maestros antorchistas decidió apoyar en la gestión y consecución de los servicios públicos (luz eléctrica, agua potable, drenaje, etc.).
De las primeras proezas que realizaron los jóvenes maestros fue conseguir transformadores de energía eléctrica, con ello la gente tuvo luz de forma provisional; el agua se consiguió a través de pipas; el problema de la vivienda empezó a resolverse con la creación de grupos de solicitantes de terreno, quienes adquirieron un predio a precio económico y los asociados lo iban pagando a plazo. El avance fue enorme, pero faltaba cubrir otras necesidades, por lo que fue necesaria la representación popular para que la solución de las demandas fuera más sencilla. Fue así como en el año 2000, Jesús Tolentino se postuló a la presidencia municipal, ganó la representación popular y ahí comenzó el verdadero desarrollo y progreso de Chimalhuacán.
El progreso que se logró en Chimalhuacán es un ejemplo nacional pues impuso récord en la construcción de obras: se perforaron pozos para la extracción de agua, se instalaron miles de metros de tubería para las redes de agua potable y drenaje; se construyeron lecherías, aulas; se pavimentó una calle diariamente, además de las principales vialidades, etc., etc. Todas esas obras constan en la memoria de la población, en los registros de la administración pública y lo principal es que cada rincón del municipio es prueba fehaciente del progreso.
A lo largo de 21 años de trabajo, el progreso va desde servicios hasta obras monumentales como: el teatro municipal Acolmixtli Nezahualcóyotl, el hospital general San Agustín, el parque recreativo “El Chimalhuache”, desarrollo que tiene albercas, aviario, granja y un lago artificial y un planetario digital. Pero, lo más importante es que la población cuenta con los servicios públicos primarios: agua, electrificación, drenaje y pavimento; además, se cumplió con el sector educativo al crear escuelas de nivel primaria, secundaria y preparatoria y ocho universidades, que dan alternativa a la población estudiantil con 52 carreras, acciones que se desarrollaron a lo largo de las administraciones de continuidad del Proyecto Nuevo Chimalhuacán.
El éxito de Jesús Tolentino y del Proyecto Nuevo Chimalhuacán ha causado envidia y rencor entre sus detractores, quienes quieren borrar todo lo bueno y noble que hicieron Tolentino y el Proyecto Nuevo Chimalhuacán en 21 años.
Jesús Tolentino, ha dedicado su vida a los chimalhuacanos humildes y honestos. Miles le agradecemos tener una carrera profesional o haber salvado la vida en esta dura pandemia que no ha controlado el gobierno federal; además, miles más le debemos ser buenos ciudadanos porque con su ejemplo nos inspira a seguir su proyecto para mejorar este municipio y este país.
Los chimalhuacanos bien nacidos nos unimos para defender a uno de los líderes sociales más nobles y trabajadores que tiene este país y que es orgullo de Chimalhuacán, pues ha inspirado el progreso de este municipio. Levantaremos la voz en defensa de nuestro compañero y hermano de lucha, por Jesús Tolentino Román Bojórquez, por los pobres de Chimalhuacán y del país.
Aquí estamos los más sencillos dispuestos a defender codo a codo el Proyecto Nuevo Chimalhuacán y a defender a Jesús Tolentino. Somos miles, somos millones los que queremos cambiar no solo el rostro del país, queremos una transformación profunda para que los olvidados alcancen una vida digna, por lo que seguiremos el ejemplo de quien transformó Chimalhuacán. ¡Todos somos Tolentino!
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