MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Twitter, Musk y su libertad de expresión

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Hace poco releía un artículo que escribí hace tres años llamado “Fascistas Redes Sociales”, la tesis era sencilla, y muy poco le cambiaría hoy, solo reafirmaría algunos conceptos que creo se han evidenciado más que nunca en las fechas más recientes.

Retomaré la primera idea: “Las redes sociales no son un aparato neutral. Desde siempre los medios de comunicación y comunicadores han obedecido a las órdenes e intereses económicos de las clases dominantes, de eso la historia nos ha llenado de variados ejemplos, pues no es casualidad ni accidente que el primer texto reproducido por la imprenta de Gutemberg haya sido la biblia de 42 líneas, documento de sustento para la institución más poderosa y acaudalada de su tiempo, la iglesia católica. ¿Y cuál fue el fin del inventor de la artillería escrita? Murió de hambre y en la ruina. Gracias por preguntar”.

Esta semana inició con un par de noticias demoledoras, la primera, que Musk ya es el hombre más rico del mundo. Elon Musk desbancó a Jeff Bezos y se ubicó por primera vez como el hombre más rico del mundo, de acuerdo con el listado de la revista Forbes.

El dueño de Tesla acumula una fortuna de 219 mil millones de dólares (mdd), mientras que Bezos ocupa el segundo lugar con sus 171 mil millones de dólares (Aristegui Noticias, 5 de abril de 2022). La monstruosa lista con que Forbes actualiza cada medio las fortunas más groseras ahora posiciona a Elon Musk, el dueño de la empresa Tesla, como el hombre más rico del mundo. Voy a repetir la cantidad de dinero que tiene Musk, 219 mil millones de dólares (mdd), su riqueza es el doble de la suma entre el PIB de Panamá (US$53.977 millones) y Uruguay (US$53.628 millones), según señala el medio colombiano, La República.

Quiero darles unos minutos para volver a escuchar y leer la exorbitante cantidad de dinero del hombre más rico del momento, y también, de la historia de la humanidad, 219 mil millones de dólares (mdd). 

Me detengo a reflexionar nuevamente, porque nunca estará de más, sobre la desigualdad, según la más reciente investigación de la OXFAM, "Las desigualdades matan", publicada paralelamente a la realización de la Agenda de Davos del Foro Económico Mundial, se denuncia que la riqueza de los 10 hombres más ricos del planeta se ha duplicado, mientras que los ingresos del 99 por ciento de la humanidad se han deteriorado a causa de la pandemia de la covid-19.

Según lo reportado por el INEGI, la mayor parte de los mexicanos reciben un salario promedio de 7 mil 380 pesos al mes, el segundo grupo de sueldo que mayor cantidad de personas recibe es de apenas 3 mil 690 pesos en promedio, mientras que en la media se ubica en los 11 mil pesos, y aquí reitero, esos sueldos promedios están muy lejos de rozar siquiera un poco los 219 mil millones de dólares de Musk.

¿Por qué es relevante esto? Vayamos al segundo punto:

Elon Musk se convierte en el mayor accionista de Twitter: Elon Musk adquirió una participación del 9.2 por ciento en Twitter para convertirse en el mayor accionista de la plataforma, una semana después de insinuar que podría sacudir la industria de las redes sociales. Musk, de 50 años, encuestó a sus más de 80 millones de seguidores en Twitter el mes pasado y les preguntó si la empresa se adhiere a los principios de la libertad de expresión. Después de que más del 70 por ciento dijo que no, preguntó si se necesitaba una nueva plataforma y dijo que estaba pensando seriamente en comenzar la suya propia (...).

La intención de Elon Musk al referirse a la libertad de expresión esconde mucho tras de sí, ¿a qué se refiere el señor con la libertad de expresión, y de quién? De antemano anticipo que todo esto es una simulación, hace un año el magnate, lanzó vía Twitter una encuesta en la que cuestionaba a sus seguidores si es que debía vender el 10 por ciento de sus acciones de Tesla. Todo para luego descubrir que ya había vendido parte de esas acciones antes de publicar la encuesta.

En esta ocasión, la encuesta sobre la libertad de expresión en Twitter no iba de la mano de una legítima consulta para escuchar la opinión de los usuarios, no, sino para legitimar una decisión que el hombre más rico del mundo ya tomó. Ya estaba cantada la compra del 10 por ciento de las acciones de la red social y la suerte de esta misma. Miles de notas se han escrito sobre el inminente botón de edición para los tuits y demás superficialidades que llegarían en los próximos meses a la red del pajarito azul, pero muy poco han tratado el tema del inminente catálogo de riesgos de tener a cargo de Twitter a un desquiciado.

Elon Musk ha sido una figura que por todos los medios ha tratado de vender su imagen como la de un partidario de la democracia y la libertad de expresión, todo en apariencia, o más bien, muy conveniente a según sus intereses, no se olvida que apenas en 2020, después de las quejas de los internautas sobre el golpe de Estado promovido por Estados Unidos (EE. UU.) en Bolivia, Musk respondió: "¡Daremos un golpe a quien nos dé la gana! Acéptalo".  Esa es la verdadera síntesis del multimillonario. No podemos hablar de “libertad de expresión” sin hablar de la libertad de los pueblos a buscar sus propios gobiernos y su propia determinación, pero de ese tema el señor que quiere conquistar el espacio no quiere hablar. Regreso al inicio “Desde siempre los medios de comunicación y comunicadores (y agrego, también las redes sociales) han obedecido a las órdenes e intereses económicos de las clases dominantes (de sus dueños)”.

No dudo que en fechas próximas nos encontremos con novedades escandalosas y ridículas en Twitter, pero francamente, dudo mucho que nos encontremos con diferencias esenciales en el procesamiento de información, no veremos privilegiadas las discusiones legítimas del pueblo, no veremos fin a las restricciones a las que están sujetas las voces divergentes, no veremos fin a las etiquetas de condena contra Rusia, China y todos los países ajenos al interés norteamericano, eso está más que cantado.

Que quede bien claro, Musk no está del lado de la libertad de expresión, sino de su propia expresión, un hombre con la riqueza equivalente a la de países completos que aprueba golpes de Estado en países con ideas y sistemas opuestos al suyo no es ni de cerca un demócrata. Me preocupan los estruendosos aplausos que se oyen con la llegada de Musk a Twitter, me preocupa tanto como la entrada triunfal de Mussolini en la Marcha sobre Roma. 

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