Que bueno y que trascendente que sí se pudo realizar nuevamente de manera presencial la XXI Espartaqueada Deportiva Nacional, por muchas, muchísimas razones, a cuál más importante, de las que destacaré dos que me parece que ayudaría mucho apreciar este significado, en estos momentos en que los mexicanos más humildes y honestos, que son la inmensa mayoría del país, sufren las consecuencias nefastas de un gobierno falsamente autoproclamado del pueblo, que resultó, más que un rotundo fracaso, un nefasto y pernicioso engaño, que ha servido para que los beneficiarios de la pobreza del pueblo trabajador, los grandes y poderosos dueños de las fábricas y empresas, los dueños del país que hacen con él lo que quieren, no solo aumenten sus ingresos, sino que refuercen las cadenas en torno al cuello del pueblo, al colocar en el poder a un demagogo que les habla en su lenguaje y de lo que ellos quieren oír, pero que es en realidad un instrumento dócil de esos mismos empresarios quienes, de otro modo no podrían acercarse siquiera a la simpatía de los humildes, ya que, por el contrario, ven con odio sus lujos y dispendios, al contrastarlos con el hambre de sus hijos y la imposibilidad de darles mejor vida a pesar de trabajar de sol a sol.
Que esto es cierto, es decir, que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) solo ha logrado hacer más ricos a los ricos, y más engañados y pobres a los pobres ya lo hemos argumentado en ocasiones anteriores, hay pruebas por montones en casi todos los medios al alcance de la gente. La prueba de oro la tiene la gente en su vida cotidiana al no ver llegar ese mundo de justicia, abundancia y prosperidad que prometió AMLO, sino, al contrario, ver que cada día el dinero alcanza para menos, que los beneficios que le llegaban al pueblo, a través de los programas sociales, obras y servicios, son cada vez más escasos y difíciles de alcanzar, en contraste con la corrupción evidente y grosera que practican los nuevos poderosos, AMLO y su familia por delante, que se solazan en lujos desvergonzados, mientras la gente sufre hambre y carencias, le dicen que su pobreza es correcta, que se conforme con frijoles y tortilla (¡ya ni para el kilo completo de estos alcanza!), y con un par de zapatos, mientras el dinero de los impuestos se lo gastan en solo comprarles el voto, y les niegan todo lo demás. No me detendré aquí más.
En medio de esta situación, se realiza con singular esfuerzo y alegría, la XXI edición de la Espartaqueada Deportiva Antorchista. Y cuando estamos cerca de terminar sus trabajos, ya podemos ver el gigantesco bien que le hace al pueblo, al ser uno más de los crisoles antorchistas, uno de los más apasionantes, para formar al hombre nuevo.
Quienes participan en la Espartaqueada terminan siendo diferentes a lo que eran al comenzar, no solo los mismos deportistas, que ya hemos detallado cómo la práctica (no el espectáculo sino la práctica) del deporte fortalece cuerpo, mente, espíritu, trabajo en equipo, liderazgo, capacidad de resolver problemas, enfrentar situaciones, proponer y ejecutar soluciones, etc., sino todos los que participan. Nos referimos a todos: los entrenadores, los padres de los deportistas (desde lejos o los que vinieron a acompañarlos), los organizadores, los espectadores (en vivo o vía electrónica), los jueces y árbitros, los ayudantes, los enfermeros y doctores que apoyan a en las competencias, los compañeros de todo el país, pero principalmente del mismo Tecomatlán, quienes se empeñan por que todo salga bien, los integrantes de la Comisión Deportiva Nacional, las y los Antorchistas de las colonias y rancherías que vinieron a ayudar en la alimentación y logística de los deportistas, los reporteros y comunicadores, los invitados especiales, y uno que otro deportista o personaje del deporte profesional donde todo es dinero, que cada vez con más claridad se dan cuenta de la trascendencia de que detrás de estas competencias antorchistas no haya, ni por error, intereses económicos, ni transas, ni patrocinadores, ni “sobre cotizaciones” o desvíos de recursos públicos, ni nada de eso sino solamente el empeño honesto desinteresado y entusiasta de todos, para lograr hacer de este encuentro deportivo un evento exitoso, por el puro amor al deporte.
Quienes están acostumbrados al deporte negocio, al principio no creen que sea posible otra cosa y entran con desconfianza al mundo de las Espartaqueadas, pero el descubrirlo, primero no lo pueden entender, y hasta dudan, no dan crédito a lo que sus ojos y su razón contemplan, hasta que se acostumbran a ellas y, entonces, sin darse cuenta, ya son otra cosa, ya son mejores, ya se transformaron en mejores seres humanos, y solo con eso, ya son parte de la posibilidad real de que el futuro de México sea mejor. Esto es un hecho, construido con miles de historias de gente real, de millones de mexicanos del pueblo que, ahora, ya son mejores y tienen en estos eventos antorchistas un mundo donde desplegar sus anhelos y esperanzas, sus potenciales y su acción desinteresada, motivada y decidida. Y créame, no hay nada que pueda detener este ímpetu, cuando ha alcanzado tan elevada estatura.
El otro asunto, no menos importante, es que la estatura, en cantidad y en calidad, de la Espartaqueada deportiva no se ha visto mermada ni afectada, fuera del deseo aún mayor de sacarla adelante, estimulado ante las dificultades, recargadas por las mentiras, calumnias y malos deseos, acompañados de acciones y omisiones mucho más materiales que los deseos, de la sarta de oportunistas y malandros acuartelados en la 4T de AMLO, que sueñan con desaparecer a Antorcha Campesina y hacen hasta lo imposible por alejar al pueblo de su influencia educadora y organizadora. No pueden ni podrán, y esta XXI Espartaqueada Deportiva Nacional 2023, su realización exitosa, que cumple con todas las expectativas en la tendencia ascendente de sus logros, son la prueba incontestable de que el futuro es de progreso y de que en él está indiscutiblemente el pueblo organizado en Antorcha. Así ya es.
No quiero dejar de pronunciarme nuevamente en protesta porque el Gobierno de Guerrero, después de un mes del cobarde y bestial asesinato de los compañeros Conrado, Mercedes y su hijo Vladimir no han dado muestras de tener el más mínimo avance en las investigaciones para encontrar, juzgar y castigar a los verdugos y a sus padrinos, si los hay, y hacer justicia ante tan horripilante como indignante crimen. Deben entender, los del Gobierno del estado y todos los que de algún modo se vean involucrados en esta exigencia de justicia, que los antorchistas de todo el país estamos atentos y en espera de que nuestros dirigentes nacionales, en coordinación con el Comité Estatal de Antorcha en Guerrero, nos digan qué pasos dar, y que los daremos sin dudar, hasta lograr que se haga justicia a nuestros compañeros.
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