Según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil 2019, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de los 28.5 millones de niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años que residían en México, 2.2 millones trabajaron; dos millones de personas menores de edad trabajaron en ocupaciones no permitidas y de éstos, 71.2 por ciento fueron hombres y 28.8 por ciento mujeres; de quienes realizaron ocupaciones no permitidas, 43.5 por ciento aportó ingresos a su hogar, 29.2 por ciento no lo hizo porque no recibió remuneración, y 27.3 por ciento no aportó, a pesar haber recibido un pago por su trabajo; el 29.1 por ciento de las personas menores de edad que realizaron ocupaciones no permitidas, lo hicieron porque su hogar necesita de su trabajo y de su aportación económica.
Es importante considerar que el trabajo infantil es un problema social multifactorial que se debe de solucionar. Los niños y las niñas necesitan hacer valer sus derechos que al Estado le corresponde garantizar como son el derecho a la educación, salud, alimento, protección, jugar, tener una identidad, nacionalidad, vivir en un espacios seguros.
Para sus padres, es necesario tomar acciones que generen oportunidades de empleo para las y los integrantes de las familias remunerados, pero esto no está pasando en nuestro país.
La necesidad del países es que adopten medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas de esclavitud, la trata de personas, eliminación las peores formas de trabajo infantil, el reclutamiento y la utilización de niños, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.
En la mayoría de los casos, las niñas, niños y adolescentes no eligen trabajar, es su única opción, para muchas familias su incorporación al mercado laboral representa una fuente de ingresos más para asegurar su supervivencia. Por ello, es necesario la toma de político y cambiar este, para la erradicación del trabajo infantil y el fortalecimiento del marco de protección en el trabajo autorizado de las y los adolescentes.
Los factores que inciden en el trabajo de niñas, niños y adolescentes son diversos: los entornos socioeconómicos, la pobreza, la desigualdad, las carencias educativas, el alto índice de deserción escolar, los bajos salarios, el desempleo y la falta de oportunidades para algunos sectores poblacionales, los cuales traen consigo una permanente vulneración a los derechos de la niñez y adolescencia en nuestro país.
Los Mexicanos merecemos otro nivel de vida, por ello Antorcha se preocupa por un cambio de fraternidad, unidad y lucha.
Antorcha seguirá en pie de lucha.
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