Después de tres meses que se declarara la contingencia sanitaria en México causada por la covid-19, los mexicanos siguen en la espera del apoyo por parte del Gobierno federal, incluso vemos como cientos de organizaciones se han manifestado en contra de la insensibilidad por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador.Pero como ya es bien sabido, el mandatario no escucha sugerencias, ni mucho menos el clamor popular que exige ser atendido.
Han transcurrido 19 meses de que el gobierno tomó el poder y ha dejado de asombrar la indolencia del mismo.El discurso con el que siempre proclamaba que serían "primero los pobres" o que en su gobierno habría cero corrupciones ha quedado obsoleto para quienes tenemos memoria.Primero, quitando recursos a instituciones federales (recalcando que los beneficiados, eran los "pobres"), un claro ejemplo fueron las instancias infantiles, los albergues para mujeres víctimas de violencia, los medicamentos para niños con cáncer y enfermos de VIH, etc.
El pretexto para quitar los programas fue que mucho de ese recurso no era destinado para lo que debía ser, que con las nuevas medidas no habría quienes hicieran moches o se quedarán con alguna parte del recurso asignado.Los efectos negativos que se detonaron con esta decisión fueron colosales, y lo podemos ver, porque todos conocemos a alguien cercano a nosotros que dejó de ser beneficiado con estos programas, que por mucho tiempo fue una verdadera ayuda.
Ahora sabemos que el presidente no acostumbra a tomar decisiones bien meditadas, aunque la vida de los mexicanos penda de un hilo, para él tomar una decisión es tan fácil como darle vuelta a la página de un libro.Pero no era de extrañarnos que, al venir una crisis sanitaria, nuestro gobierno no tuviera un plan para poder coadyuvar está situación.Desde el primer momento cuando iniciaba la pandemia en otros países, y cuando los medios informaban la gravedad de este virus, en México el mandatario aún seguía recomendando a la gente no asustarse, no creer todo lo que veían en la televisión y seguir con su vida normal y cotidiana; salir al mercado a comer unos tacos con la familia.
Unos días después, cuando los contagios en México eran inminentes, tajantemente se nos informa que inicia la cuarentena y que debemos quedarnos en nuestras casas.Millones de mexicanos se mostraban escépticos ante esta declaración, otros cuantos se encontraban preocupados, pues al no haber un previo aviso de lo que vendría no se prepararon con provisiones o con algún guardadito para sobrevivir, otro claro ejemplo de las medidas que postergo el gobierno.
Los antorchistas, con la guía de nuestro líder nacional el ingeniero Aquiles Córdova Morán, sabíamos el peligro que acechaba a los mexicanos y en vista de la necesidad causada por la pobreza y el desempleo, el Movimiento Antorchista Nacional se manifestó a través de las redes sociales para exigirle al gobierno federal, crear un plan nacional de distribución de alimentos para asegurar la alimentación de los mexicanos en la cuarentena.Hemos de decir que como ya se conoce el actuar y pensar del presidente, no atendió los llamados, no le importó que los mexicanos ahora no solamente estuvieran expuestos a morir por enfermedad sino también de hambre.
Fue menester exigirle también a los gobiernos estatales y municipales que apoyaran a los ciudadanos, pues sino era así, morirían de hambre.Afortunadamente en Tamaulipas el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca no ha sido tan insensible y han entregado despensas, pero éstas siguen siendo insuficientes para las familias, por eso se hace indispensable exigir al gobierno federal, pues a decir verdad es responsabilidad de todo gobierno velar por el bienestar de su pueblo.
Pero una de las incoherencias más grandes de gobierno fue que en la mañanera del 2 de abril del presente año, dijo "esto nos vino como anillo al dedo..." y sugiero que tenía razón.Nos vino como anillo al dedo para que los mexicanos nos quitemos el vendaje de los ojos, para que ahora más que nunca nos quede claro que la única manera de transformar la patria en la que vivimos, es unirnos y organizarnos.
Si queremos una patria más justa, si queremos una donde dejemos de morir como moscas por esta enfermedad, debemos luchar con nuestras propias manos y esto sólo será posible con la organización y educación del pueblo pobre de México.Pues ¿qué pobre no conoce la necesidad? ¿qué pobre no aspira a tener una vida mejor para él y su familia? La tarea es compleja, sí, y los verdugos de la patria no darán tan fácil el brazo a torcer, pero para lograr nuestro objetivo de cambiar la vida de millones de pobres tendremos que esforzarnos con mayor tenacidad.Hemos de ser los guardianes que carguen sobre sus hombros la honrosa tarea de crear un México mejor.
Los mexicanos no están solos, ya existe la única organización con estructura que tiene un planteamiento serio y viable, que tiene como premisa acabar con la pobreza y para lograrlo es necesario la distribución de la riqueza nacional.
El Movimiento Antorchista Nacional lucha por el bienestar de la clase humilde y ahora más que nunca, refrenda su total apoyo al pueblo de México."El día que Antorcha prenda en el pueblo, este país va a cambiar; algunos dicen que los vamos a incendiar, yo digo que lo vamos a iluminar: ACM".
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