Es bien conocida, y cruelmente ignorada, la situación que padecen miles de familias mexicanas, quienes carecen de agua potable, habitando en las zonas más pobres y marginadas del país, incluso esta condición ha llegado a afectar, en menor medida, a los sectores que registran un bajo y muy bajo grado de marginación.
Para describir este problema con números, organismos como el Inegi, reconocen que existen 32 millones 925 mil hogares y en promedio en cada uno de ellos habitan 4.1 personas, partiendo de ello resulta que en 10 millones 496 mil hogares no tienen suministro diario de agua, lo que representa una población de más de 44 millones de mexicanos que no cuentan con este servicio básico y esencial para sobrevivir.
Ahora, ante la actual pandemia que se vive a nivel mundial, es indispensable el abasto de agua, ya que algunas de las recomendaciones emitidas por la Secretaria de Salud son el constante lavado de manos y un frecuente aseo personal, así como mantener limpias las superficies de mayor uso, entre otras; "pero si no tenemos agua ni para consumo ¿Qué vamos hacer?", es lo que preguntan los miles de familias que no cuentan con el líquido.
En esta parte es importante describir como ataca el virus mortal denominado Covid-19 o Coronavirus, es altamente contagioso, microscópicas partículas que entran al cuerpo llegando rápidamente a los senos paranasales y a las membranas mucosas de la garganta, enganchándose en las células humanas; una vez dentro de las células, el virus procede a entrar en el metabolismo de las mismas para luego multiplicarse. Después de unos días el virus comienza a colonizar la garganta, baja hacia los pulmones, causando una inflamación severa que dificulta la respiración, provocando una grave neumonía. Si esto avanza causa una inminente muerte. "Tememos por nuestros niños, adultos mayores, por nuestros enfermos, por todos".
Y otra cuestión que les intriga: "¿Cómo vamos a prevenir esta enfermedad, si los gobiernos no nos han dado una solución a nuestra necesidad de agua, durante años?", aunque parezca increíble, en pleno siglo XXI existen familias que viven sin el acceso diario de agua. En el caso de San Luis Potosí, se estima que son 68 mil 149 viviendas que no tienen el servicio de agua entubada, lo que representa el 9.1 por ciento de las viviendas particulares ocupadas en la entidad, en las que habitan alrededor de 272 mil 600 potosinos, (Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, Enadid). Uno de los casos más críticos por la falta de agua se encuentra en la comunidad de Escalerillas, localizada al extremo poniente de la zona Metropolitana de San Luis Potosí, a pesar de la cercanía con la capital del estado (5 km), y ubicada irónicamente, entre las presas el Peaje y San José, esta zona no tiene agua limpia, por lo que se abastecen del agua sucia que corre por el río de "Las Escobas", a lo largo de este cauce hay 300 metros de drenaje con poco más de 400 registros abiertos que diario derraman miles de litros de aguas negras, afectando a los más de 7 mil habitantes de la comunidad.
Estas familias no han tenido agua por décadas, han vivido en una constante insalubridad, expuestos a múltiples enfermedades, plagas, una creciente contaminación, y un sinfín de dificultades, además de una ardua lucha ante las autoridades y los gobiernos en sus diferentes niveles, entre manifestaciones, marchas, plantones, para solicitar de manera urgente el abastecimiento del recurso, sin tener una solución certera. Obtienen agua a través de pipas, algunas las envía Interapas o el Ayuntamiento, antes era de manera esporádica, pero ahora ese apoyo desapareció, cuando más se necesita; de otra manera hay que pagar por el servicio, lo cual para las familias pobres de esta zona es un gasto insostenible.
Aunada a esta dificultad, se suma el riesgo de contagio por Covid-19, el cual en la entidad, a más de un mes del primer caso positivo (13 de marzo), se tienen cinco defunciones y 63 casos de contagio, se estima que sean más de 30 mil enfermos en SLP, al terminar esta pandemia. No sabemos con exactitud cuándo ni cómo acabará esta crisis sanitaria, lo que sí se sabe es que miles de potosinos están en un alto riesgo de contraer esta enfermedad, dada la situación de propagación del virus y por la falta de agua, lo cual no permite cumplir al pie de la letra, con las medidas sanitarias que recomiendan las diferentes autoridades y organismos.
Nuestro país no está preparado para combatir una pandemia de esta magnitud, y ya no hablemos del sistema de salud que ha cuarteado el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, con su plan de austeridad, dejándolo indefenso y más debilitado que nunca; no está preparado ni lo estará, si continúa esta brutal desigualdad social, si no se dan las condiciones básicas para una vida digna, si la gente no tiene agua, drenaje, luz eléctrica, caminos, vivienda, alimento, etc., si continúan los recortes presupuestales a ramos tan importantes como lo es la salud y las obras de infraestructura en los municipios. México no está preparado porque su presidente prefiere pagar más de 500 millones de pesos por la compra de un estadio de beisbol, a solucionar los problemas reales que aquejan al país, como lo es la pobreza que padecen millones de mexicanos que enfrentan la falta de agua y drenaje, enfrentan además de la insalubridad, un alto riesgo de contagio, al no contar con los servicios básicos.
¿Qué expectativas tienen los mexicanos de sobrevivir ante esta pandemia? Y ya no se diga por la falta de empleo, por no contar con servicios médicos eficientes, por no tener sustento, que también son graves problemas que se debieran atender, pero lo más crítico es la falta de agua, un recurso indispensable para sobrevivir.
Este es un llamado urgente a los gobiernos y a las autoridades, es la voz de los más necesitados, quienes claman su derecho a recibir agua, y no solo para poder prevenir el contagio por Covid-19, sino porque es inhumano e inconcebible que exista esta situación, cuando es evidente que solo hay falta de voluntad, pues se derrochan millones de pesos para cumplir los caprichos insensatos del presidente, mientras que millones de mexicanos NO TIENEN AGUA.
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