MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Salvemos a nuestros jóvenes; educación sí, violencia no

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En días pasados, gracias a las gestiones del Movimiento Antorchista en conjunto con los moradores de las Casas del Estudiante Graciano Sánchez, consiguieron bases y colchones para los estudiantes que albergan dicho inmueble; aunque pareciera poco lo que se consiguió ante el Ayuntamiento de Colima, creo que es un avance, pues las condiciones que tienen los edificios son mínimos para dar hospedaje y alimentación a los estudiantes. 

Sin embargo, creo que los organismos gubernamentales de todos los niveles debieran pensar en serio, en invertir más en la educación de los jóvenes de Colima, pues son precisamente estos los que se convertirán en un futuro, no muy lejano, en profesionistas y miembros activos de la sociedad, y todos, absolutamente todos, debiéramos de estar atentos, en que tipo de jóvenes se convertirán. 

Por eso digo, que, aunque poca la inversión en bases y colchones, los jóvenes tendrán un espacio digno donde dormir después de arduo estudio. Y es que la situación para miles de jóvenes en el estado se ha vuelto lamentable, pues son precisamente en su mayoría jóvenes, los que han perdido la vida entre los enfrentamientos de cárteles del crimen organizado. Veamos.

El portal web de El Universal publicó lo siguiente al respecto: “Antes de morir en los brazos de su madre, Chelino Ávalos cenó una hamburguesa. Ya iban de regreso a su casa, una palapa a la orilla del mar en El Paraíso, Colima, cuando unos sicarios los interceptaron en la esquina. Al muchacho de 18 años le dispararon en el pecho. Chelino no murió de inmediato, quiso saber por qué lo asesinaban y se los preguntó. Chingaste a tu madre, fue lo único que le respondieron. La Capacha, como es conocida la mamá del joven, se quitó la blusa para pararle los borbotones de sangre”. 

“La muerte de Chelino, en diciembre de 2017, se sumó a la alta incidencia delictiva que hizo de Colima uno de los lugares más peligrosos para los jóvenes de entre 15 y 19 años. En esos 12 meses se reportaron 88 asesinatos por cada 100 mil jóvenes en ese rango de edad. Esto fue tres veces lo reportado a nivel nacional, cifra que se mantuvo en tan solo 21 homicidios por cada 100 mil jóvenes, de acuerdo con datos de Inegi. Este indicador lo pone por encima de estados como Chihuahua o Guerrero, entidades que tenían seis veces más jóvenes en este rango de edad entre sus habitantes hasta 2017, según las estimaciones de Conapo”. 

Para Elena Azaola Garrido, Doctora en Antropología Social, Representante Ciudadana ante el Consejo Nacional de Seguridad Pública, hasta 2017, y especialista en violencia contra niños y jóvenes, los tres factores que generan violencia en jóvenes son el crimen organizado, los conflictos entre pandillas y los problemas familiares. Crímenes que se dan, según la experta, por los altos niveles de impunidad y la facilidad de “utilizar a los jóvenes como carne de cañón, ponerlos al frente y decir total ‘ahí van otros y otros y otros’”. La violencia doméstica, añadió, es un factor clave en el futuro de los jóvenes. Pues “si de forma sistemática están pateando a sus madres desde pequeños eso los prepara mejor que ningún otro entrenamiento para ser sicarios”.

Y Colima, solo es un reflejo de lo que pasa en todo el país, la situación y vulnerabilidad de los jóvenes es tal, que se han vuelto presa fácil de la delincuencia y el crimen. Salvemos a nuestros jóvenes, hagamos de ellos hombres y mujeres de bien, en el Movimiento Antorchista, las casas del estudiante, fueron creadas precisamente para la juventud, para los que menos tienen, para los que tienen ansia de superación y quieren convertirse en profesionistas. 

Seguiremos trabajando a pesar del nulo apoyo del Gobierno morenista de Colima para con los estudiantes y seguiremos promoviendo en todos los rincones del Estado: ¡Educación sí, violencia no!

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