MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Saludos a los maestros antorchistas

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El sistema educativo mexicano actual obedece, aunque no lo reconozcan los defensores de la Cuarta Transformación, a los intereses económicos y políticos de los poderosos de nuestro país.

La educación es un instrumento valiosísimo para la formación de individuos y los que verdaderamente mandan en México, los que tienen muchísimo dinero y poder y sus representantes conspicuos, el Estado mexicano, ahora López Obrador y demás fauna política, lo saben y no van a soltar ese importante instrumento formativo: la educación.

Por ello los defensores del sistema, pedagogos, investigadores, académicos, “científicos” de la educación, analistas y demás servidores de los intereses de las clases dominantes teorizan sobre el problema educativo e instrumentan modelos educativos “novísimos”.

La finalidad, aunque parezca increíble estimado lector, es, por un lado, mantener el modelo lo más atrasado posible (desde el punto de vista académico y formativo) para niños y jóvenes estudiantes. Por otro lado, tiene la finalidad de domesticar la mente y el espíritu curioso y libre de los mismos estudiantes, para que acepten y hasta aplaudan la situación actual (terrible para la inmensa mayoría de la población). 

La misión del sistema educativo nacional actual es garantizarle a los poderosos la formación de individuos sumisos y dispuestos a dejarse explotar a cambio de un mísero ingreso.

Es decir, la misión del sistema educativo nacional actual (y el pasado también) es garantizarle a los poderosos la formación de individuos sumisos y dispuestos a dejarse explotar a cambio de un mísero ingreso para enriquecer cada vez más a los multimillonarios (recordemos que en este sexenio, el de “primero los pobres”, Carlos Slim, el hombre más rico de México y uno de los más ricos del mundo, duplicó su fortuna).

La educación así como está en la actualidad, o sea deficiente a más no poder, está cumpliendo eficientemente su misión: formar individuos ignorantes, incultos, enajenados, sumisos.

El presidente López Obrador y la 4T saben perfectamente que así está la situación y la fomentan porque representan los intereses de Slim y demás poderosos y porque, aunque digan lo contrario (recordemos que “decretaron” que el neoliberalismo dejó de existir en nuestro país), el modelo económico neoliberal así lo exige. 

Entonces, la famosa Nueva Escuela Mexicana, los nuevos libros de texto, los nuevos planes y programas de estudio enfocados principalmente en el comportamiento, en la tolerancia, la “cultura” de paz (¿en serio?), etcétera, están encaminados principalmente a cumplir con el objetivo señalado más arriba, y los docentes, lo sepan o no, son el mejor y más adecuado instrumento para cumplirlo.

Por ello, como una bocanada de aire fresco, recibimos la noticia de la celebración, en días pasados, del IV Congreso Nacional de Antorcha Magisterial, llevado a cabo en la ciudad de Puebla. Allí se discutió el problema educativo mexicano, cómo lo está atendiendo la 4T a través de la Secretaría de Educación Pública y demás instancias educativas, y cuál debe ser el papel del maestro que verdaderamente está interesado en educar correctamente a sus alumnos. 

La alternativa, se dijo, es poner nuevamente en el centro del problema el aspecto académico, es decir, dar prioridad al conocimiento científico en todas las áreas del conocimiento, en la formación de los alumnos y para ello, se reiteró, se requiere de docentes bien preparados (científica y pedagógicamente hablando), cultos, dispuestos a dar todo su tiempo y esfuerzo para garantizar la formación de alumnos también bien preparados, cultos, que amen las bellas artes y el deporte; sensibles ante el dolor y el sufrimiento humanos, sobre todo de los más desprotegidos y, por ello, dispuestos a luchar para mejorar las lastimosas condiciones de vida de sus familias y demás pobres de México.

Esto es lo que necesita México, esto es lo que necesita el pueblo pobre de nuestro país, esto es lo que requiere la educación para formar individuos libres, estos son los mexicanos que necesitamos. ¿Sueños? Posiblemente, pero vale la pena luchar toda la vida para lograrlo. Saludos, maestros antorchistas.

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