Querétaro, reconocido como uno de los estados con mayor crecimiento económico en México, enfrenta también una creciente desigualdad social.
A pesar del dinamismo económico de la región, más del 25 % de su población vive en situación de pobreza y cerca del 4 % en pobreza extrema, según datos del Coneval. Estas cifras, que representan a más de 500 mil personas, reflejan carencias en acceso a servicios básicos, educación y vivienda, especialmente en zonas marginadas como La Negreta, Manuel Serrano, San José el Alto, Maconí, entre muchas otras.
“El gobierno debe entender que las demandas sociales no son un capricho, sino necesidades fundamentales que exigen respuestas concretas”.
En este contexto, el Movimiento Antorchista de Querétaro ha sido una de las organizaciones más activas en representar a los sectores vulnerables de la población.
Desde hace décadas, esta organización ha trabajado para visibilizar problemáticas que van desde la falta de servicios básicos hasta la necesidad de empleo digno y regularización de tierras. Sin embargo, su relación con las autoridades locales no ha estado exenta de tensiones.
Desde el inicio de la administración de Mauricio Kuri González en 2021, Antorcha ha entregado proyectos, solicitado reuniones y realizado gestiones para atender estas demandas pero, según sus dirigentes, las respuestas han sido insuficientes o inexistentes. Esto ha llevado a la organización a planear movilizaciones masivas para exigir que sean resueltas sus demandas.
Antonio Morales: Profesor Gurrola, Mauricio Kuri llegó al gobierno bajo la premisa de diálogo y cercanía con la ciudadanía. ¿Usted cree que ese discurso se ha cumplido en los hechos?
Jerónimo Gurrola: Honestamente, no. Desde el inicio de su administración, hemos intentado dialogar con él y su equipo, pero el discurso no se traduce en acciones. Presentamos proyectos claros, bien estructurados, que beneficiarían a miles de familias, y simplemente no responden. Da la impresión de que escuchar a los sectores populares no es una prioridad para este gobierno.
Antonio Morales: El proyecto Paseo 5 de Febrero representa la obra más importante de este gobierno. ¿La administración de Mauricio Kuri ha externado no tener recursos para las obras que gestionan?
Jerónimo Gurrola: Sí lo han hecho, aunque nosotros no estamos pidiendo lujos ni cosas excesivas. Hablamos de agua potable, luz eléctrica, drenaje, regularización de colonias, escuelas, clínicas. ¿De verdad no les alcanzaría para esto? Más bien, parece que la estrategia es minimizar nuestras peticiones para justificar su falta de acción. Y mientras ellos dicen que “no hay recursos”, las familias en comunidades marginadas tienen que gastar mucho más de lo que deberían para acceder a servicios básicos, si es que los tienen.
Antonio Morales: Se cumplieron ya tres años de la administración de Mauricio Kuri. ¿Qué sigue para Antorcha tras esta narrativa con el gobierno estatal?
Jerónimo Gurrola: Saldremos a luchar a las calles, comenzaremos con una campaña de lucha intensa, que irá desde la denuncia en redes sociales y medios de comunicación hasta la manifestación pacífica en las calles de la capital del estado, así como movilizaciones en las cabeceras municipales de aquellos lugares donde no sean atendidas las demandas de la gente. Los antorchistas del estado ya no pueden esperar ni seguir viviendo en el olvido.
Antonio Morales: En términos concretos, ¿cómo les afecta este desinterés gubernamental en el día a día?
Jerónimo Gurrola: Te pongo un ejemplo: en la colonia Benito Juárez, hay familias que pagan hasta mil pesos al mes por agua de pipa porque no tienen red hidráulica. Mientras tanto, en la ciudad, una familia promedio gasta doscientos o trescientos pesos por el mismo servicio. En Pinal de Amoles, hay jóvenes que caminan más de una hora para llegar a la escuela porque no hay transporte ni opciones cercanas. Esas son las consecuencias del abandono: costos más altos para los que menos tienen y oportunidades truncadas para los más jóvenes.
Antonio Morales: Algunas personas podrían decir que las movilizaciones no resuelven estos problemas, que solo generan molestias. ¿Qué les diría a ellas?
Jerónimo Gurrola: Entiendo que a nadie le gusta el tráfico o las interrupciones, pero también les diría que esas molestias son un reflejo de una molestia mucho mayor: la de vivir sin lo más básico. Nosotros preferiríamos no movilizarnos, pero el gobierno nos está obligando a hacerlo porque no nos escucha. Las movilizaciones son un último recurso, no un capricho.
Antonio Morales: Si las puertas están cerradas, ¿qué esperan lograr con estas acciones?
Jerónimo Gurrola: Lo primero es que se abran las puertas, que el gobierno nos escuche y que las soluciones lleguen a la gente. Pero también queremos que quede claro que movilizarse es un derecho. Hay una tendencia preocupante de criminalizar la protesta social, como si alzar la voz fuera un delito. Y no lo es. Al contrario, es una herramienta legítima para exigir justicia.
Antonio Morales: Usted mencionó la criminalización de la protesta. ¿Ha sentido Antorcha alguna persecución en ese sentido?
Jerónimo Gurrola: Absolutamente. Nos han llamado provocadores, incluso han insinuado que nuestras movilizaciones tienen fines políticos o personales. Es una estrategia para deslegitimarnos. Pero lo que defendemos no es sólo para Antorcha; es para miles de familias que merecen vivir con dignidad.
Antonio Morales: Finalmente, ¿qué espera del gobierno y de la sociedad frente a estas movilizaciones?
Jerónimo Gurrola: Del gobierno, espero que cumpla su responsabilidad. Las soluciones no dependen de la voluntad política, son una obligación. De la sociedad, espero que nos vean como aliados, no como enemigos. Esta lucha no es sólo de Antorcha; es de todos los queretanos que creen en un estado más justo.
Antonio Morales: Profesor Jerónimo, muchas gracias por su tiempo y por brindarnos un espacio en su agenda.
Jerónimo Gurrola: Al contrario, gracias por difundir nuestros planteamientos. Hoy no hablo sólo por mí, sino por los miles de antorchistas del estado.
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