En el marco de la Primera Jornada Nacional de la Salud Pública, realizada en Zapotitlán Tablas, municipio que forma parte de la región montaña de Guerrero, que incluyó acciones complementarias de promoción, educación y prevención que ayuden a mejorar las condiciones de salud de la población, principalmente de los grupos más vulnerables, se evidenció la nula orientación de esfuerzos institucionales para lograr la meta establecida, como la falta de medicamentos, de médicos, de equipo, de infraestructura.
El propósito de esta jornada es bueno, sin embargo, es preciso conocer la realidad para que estos servicios realmente ayuden a mejorar las condiciones de salud de la población; lamentablemente, en el caso de Zapotitlán Tablas y demás municipios que integran la región de la montaña, hay muchas carencias y poco interés institucional real de trabajar realmente a favor de este rubro.
En esta zona, el concepto sobre los servicios públicos no es el mejor, pues la mayoría de la población los cataloga como pésimos, al no cumplir con las expectativas mínimas que garanticen una verdadera atención al problema de salud, por la falta de médicos, medicamento, equipo, infraestructura, aunado a la mala administración de los recursos, la adquisición de medicamentos a través de procesos poco transparentes, el clientelismo sindical, los intereses políticos.
La poca inversión en el sector salud, desde todos los niveles de gobierno, se refleja en el gran rezago del servicio que se brinda a la población. Un ejemplo del clientelismo sindical es que las oficinas centrales de la Secretaría de Salud están anegadas de personal que es necesario en las zonas rurales o más apartadas, y que, al cobijo de sus derechos, permanecen en la comodidad de las oficinas.
Otros han logrado su plaza o base y se alejan de las zonas marginadas, sin que las autoridades correspondientes reintegren el recurso humano; este tema simplemente no aparece en la agenda sindical, ya que este organismo está para defender los derechos de los trabajadores, no de la población que requiere servicios médicos.
Otro de los factores que ha favorecido al rezago en materia de salud, es el interés político que se impone con el fin de controlar, manipular y consolidar políticamente un proyecto, es decir, en la pasada administración gubernamental, se dejó en manos de licenciados la toma de decisiones que pudieron ser trascendentales en el mejoramiento de los servicios de salud en la montaña, también observamos cómo se mantuvo inamovible el estado del servicio en aras de no incomodar, mucho menos quitar a gente fiel al proyecto que representaban, evidenciando en varias ocasiones la falta de capacidad mínima para mejorar los servicios de salud.
Hoy estamos ante una nueva administración pública que tiene entre sus ejes centrales, mejorar los servicios de salud, propuesta que se aplaude, es buena, pero para llegar a un nuevo resultado, necesariamente (no conozco otra forma) tenemos que actuar de manera distinta porque caer en viejas prácticas es repetir un proceso cuyo resultado podemos predecir con los ojos cerrados.
Estamos ante un gran reto que requiere de la participación gubernamental y civil. Por parte del gobierno debe haber la capacidad suficiente para reconocer sus debilidades y sus oportunidades, debe precisar la cantidad de personal dispuesto a asumir un compromiso de ese tamaño y tratar de dar cabida a sus ideas y proyectos, sin que estos impliquen, necesariamente, una camisa de fuerza que impida explotar el potencial de los proyectos que se planteen, dicho en sentido figurado.
Se ha sembrado una plántula y, como tal, ahora requiere de los cuidados necesarios, quitarle todo aquello que no le sea útil, quitar todas aquellas hierbas que no ayuden a su crecimiento y agregar lo necesario para su buen desarrollo y produzca los frutos esperados. No hacer las cosas de este modo, es insistir en más de lo mismo, es aferrarse a lo caduco, a lo viejo, a lo agotado, es quitarle la esperanza a quienes se la han prometido.
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