MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

REPORTAJE | Colonia Lomas del Lago, en peligro por río de aguas negras

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Es delicada la situación en la que viven los vecinos cuyas casas están situadas en las márgenes del arroyo de aguas negras que atraviesa la colonia Lomas del Lago, en el municipio de Nicolás Romero. 

El daño que ocasionó el año pasado el crecimiento del cauce, en donde vierten sus desechos cientos de viviendas, fue considerable, de tal manera que, por lo que puede notarse, bastará con otra crecida para que los cimientos de varias de ellas terminen por colapsar, ocasionando una desgracia.

Los vecinos han solicitado en varias ocasiones a las autoridades municipales atención a su problemática y ayuda para resolverla; sin embargo, su clamor no ha tenido el eco necesario.

Los vecinos han solicitado en varias ocasiones a las autoridades municipales atención a su problemática y ayuda para resolverla; sin embargo, su clamor no ha tenido el eco necesario para que los funcionarios responsables de protección civil en la demarcación, por lo menos, acudan a verificar el lamentable estado en que se encuentra la situación de los afectados.

En administraciones pasadas, incluso se ha llegado a señalar como culpables a los vecinos por el hecho de haber comprado su terreno en el margen del arroyo, sin tomar en consideración que la adquisición que los humildes moradores hicieron al fraccionador fue realizada de buena fe, obligados por la necesidad de contar con un terreno para construir su vivienda.

Además, esta acusación no toma en cuenta que, al otro lado del margen del arroyo, está construida una unidad habitacional con una mejor infraestructura física, que también resulta afectada por el crecimiento del cauce; se nota el deslave que deja en el vacío los cimientos de los departamentos de dos niveles y por lo cual puede deducirse que, si no se toman las medidas pertinentes, correrán la misma suerte que las casas de los vecinos de Lomas del Lago.

Sin embargo, a ellos no se les acusa de ser culpables por haber comprado en un lugar inconveniente, y sus problemas son los mismos: su patrimonio está en riesgo y no se nota la ayuda en ninguna de las márgenes.

De acuerdo con la información de los vecinos, la situación se complicó conforme el lugar se llenó de construcciones; es verdad que había un arroyo de aguas negras cerca de sus viviendas; sin embargo, era pequeño y no se veía que pudiera representar algún riesgo.

Con la llegada de más pobladores y la edificación de más casas, las márgenes del arroyo se estrecharon y su cauce aumentó debido a que ahora recibía una cantidad más grande de desechos.

Al inconveniente del putrefacto olor permanente vino a sumarse el daño que ocasiona cuando, cada año, al caudal acrecentado viene a sumarse la cantidad de agua que cae producto de las precipitaciones anuales en la temporada de lluvia.

Elpidia Cruz Silva, dueña de la vivienda cuyo muro de protección fue derribado por la creciente del año pasado, señala:

“Todos los vecinos somos perjudicados; mi casa es la más perjudicada. Esto no era este canal, todo estaba parejo, solamente en tiempo de lluvias era cuando bajaba el agua, nada más en tiempo de lluvia. 

Desde que se vinieron a vivir toda la Ampliación Zapata, Santo Tomás y todos esos, agarraron la barranca de drenaje y ya comenzó a pasar el agua. Los de la unidad habitacional también nos pasaron a perjudicar porque pusieron su mamposteo y sus bardas y, con el paso del agua, se les fueron cayendo, provocaron un tapón que hizo que el agua remolineara y empezara a escarbar debajo de la casa, por eso nuestra pared se cayó.

Le pedimos a la presidenta municipal que nos ayude a resolver este problema porque ya tenemos tiempo así y, cuando nosotros compramos aquí, esto no estaba así. Si hubiéramos visto cómo está ahora, no hubiéramos comprado. La verdad, sí nos pasaron a perjudicar por haber echado su drenaje”.

Entre su angustia por la posible pérdida de su patrimonio y el enojo por la ausencia de apoyo por parte de los funcionarios municipales, Elpidia señala: 

“Ahorita todavía no llueve, espere a que lleguen los tiempos de lluvia; hasta la vecina voy a perjudicar porque se va a empezar a bajar la tierra y se va a volver a caer y entonces, ¿qué vamos a hacer?”.

De acuerdo con María del Carmen Fabre, otra de las vecinas, todas las casas que están sobre esa franja tienen daños provocados por el deslave que ocasionan las aguas del arroyo en sus cimientos. Visiblemente molesta expresa:

“Soy vecina de la señora que está afectada y no nada más es ella, tenemos 43 años viviendo y no estaba así. Cuando se empezó la construcción de la colonia, ahí es donde comenzaron a escarbar, se hicieron bloques para que su barda de ellos y la de nosotros no se cayera, pero somos los más afectados. Ellos, inclusive, se han recorrido hacia acá, y toda esa agua es del drenaje, viene desde Atizapán.

Tenemos años que estamos pidiendo esa ayuda y nunca nos ha llegado. Siempre dicen que tenemos la culpa porque así compramos, pero así no estaba; las mismas autoridades dicen que no pueden y prácticamente se han lavado las manos. 

Entonces, nosotros les pedimos, en este caso, que nos ayuden porque todas las casas, en esta y las de más adelante, toda la tierra se está deslavando y va a venir una desgracia. Además, este es un foco de infección para nuestros niños.

Creo yo que todos merecemos vivir con dignidad; a todos nos costó tener el terreno y la casa, pero no se vale que venga una autoridad, pase un presidente y pase otro y no nos hagan caso. ¿Hasta cuándo nos van a hacer caso?, ¿hasta que haya desgracias humanas?. 

Inclusive el agua, cuando empezaron a hacer todo esto, vino una tromba, estuvo muy fuerte y el agua se empezó a meter a las casas y vean lo que ocasionó”, menciona mientras señala las cuarteaduras del techo de la casa de su vecina.

Como consecuencia del deslave que ha provocado el arroyo, las bardas de contención se han caído; se pueden ver los trozos de cimiento que el agua arrastró, provocando la formación de un dique en el que se elevó el nivel de la corriente y comenzó a deslavar la tierra que soporta los pisos del interior de las viviendas. 

Ahora se pueden observar parte de las lozas de cemento prácticamente en el vacío y, con ello, el asentamiento de las viviendas y sus cuarteaduras en los techos.

“Yo sí apoyo a mi vecina y a todos mis vecinos; queremos que haya solución para todos porque parecemos animales y no personas”, expresa finalmente María del Carmen al dirigirse a la actual administración para solicitar ayuda urgente y resolver este problema que pone en riesgo la integridad física de los vecinos y la pérdida del patrimonio que durante 43 años han construido.

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