MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Quién se preocupa por los pobres y sus problemas

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El aumento de los precios en los productos de consumo diario y servicios básicos pareciera no tener control, ya que cada semana, al realizar las compras en los supermercados, somos testigos del aumento considerable en su costo. Un peso, dos o tres, incluso algunos productos presentan el aumento de hasta el doble del precio que unas semanas atrás. 

Las noticias son desalentadoras con respecto al tema, pues anuncian la inflación desmedida; por ejemplo, el caso del precio de la tortilla de la cual se prevé un aumento de hasta 30 pesos en el kilogramo, lo cual es preocupante debido a ser este un producto indispensable para el consumo diario de todos los mexicanos. Otros productos como el huevo, aguacate, carne de pollo y res, entre otros de la canasta básica, también presentan un alza que al consumidor mexicano ya parece un lujo obtenerlos debido a sus altos precios.   

Especialistas en la economía señalan que: “La inflación general en México se aceleró en junio y alcanzó su mayor nivel en 21 años. El alza de los precios en los alimentos como la papa, la naranja y el pollo empujaron el Índice Nacional de Precios al Consumidor, que se ubicó en un 7.99 por ciento a tasa interanual en junio”, de acuerdo con cifras dadas a conocer por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

Sumado a la inflación, está la escasez de materias primas, la turbulencia en las cadenas globales de suministro y desequilibrios en la oferta-demanda de productos y servicios; esto provoca que el impacto de los esfuerzos locales por contener el incremento de los precios sea ineficiente.

 

Otro gran impacto proviene de la incontrolable inflación que persisten en los precios de los mercados mundiales, aunado a ello la guerra entre Ucrania y Rusia, que ha elevado los costos de producción necesarios para la alimentación y otros bienes para la construcción, etc. Pareciera que a pesar de que ambos países están al otro lado del mundo no afectaría, pero es claro que somos testigos de los efectos que están provocando en nuestro país. 

Y como era de esperarse, siempre quienes la tienen de perder en estos casos son los mexicanos que no alcanzan a percibir uno o dos salarios como mínimo. Mientras esto pasa, el Gobierno federal sigue con la iniciativa de que el pueblo a elegido bien y es el que manda, aun sabiendo que es a costa de padecer los grandes problemas que vivimos, es decir, aunque no se puedan adquirir los productos de la canasta básica e incluso de tener que elegir en la semana la prioridad para poder alcanzar a cubrir los gastos del hogar. 

Ante el problema en México, el Gobierno federal puso en marcha la implementación del Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PAC IC), como respuesta al encarecimiento de los precios. Este programa no trata de hacer un control de precios, sino de precios de garantía en 24 productos de la canasta básica, a través de incrementos en la producción nacional agropecuaria, eliminación de aranceles a la importación en insumos y reducción de costos y tiempos de transporte.

Sin embargo, el plan PACIC no ha logrado mantener los precios, pues estos siguen aumentando sin control y no se dice hasta cuando se detendrá. Este programa del Gobierno federal es una muestra más de que hace falta mucho para poder controlar la inflación que afecta principalmente a las familias humildes. Es aquí donde es necesario resaltar que durante la pandemia se perdieron miles de empleos y se acentuó una de las crisis más preocupantes en cuanto a la fuerza de trabajo y los pocos empleos que en la actualidad existen para aquellos que no cuentan con esta estabilidad financiera.

Para tener claro de lo que hablamos solo hace falta preguntar a las madres de familia sobre la crisis económica que persiste, hace falta ver las noticias o leer los periódicos para conocer que estamos mal. Pero mientras eso pasa seguimos teniendo un gobierno insensible a las necesidades y es claro que eso no cambiara porque hace falta un gobierno que se interese por su pueblo, que conozca las necesidades de las comunidades, y este solo puede emanar del pueblo mismo, de otra forma seguimos perdiendo el tiempo y gastando energía con un gobierno que, evidentemente, por más que predique un cambio verdadero, no lo hará.

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