MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Promesas de campaña, tragedia por incendio y muerte de 40 migrantes

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El lunes 27 de marzo todos nos enteramos de un hecho inhumano ocurrido en el Centro de Detención del Instituto Nacional de Migración (INM), organismo que depende del Gobierno federal, en Ciudad Juárez, Chihuahua. Me refiero a la muerte en un incendio de 40 migrantes. Esa es la peor tragedia de la que se tenga conocimiento en una instalación gubernamental.  

En redes sociales circula un video que deja más que claro que los guardias de este centro, por órdenes superiores, dejaron a los migrantes encerrados a su suerte. Era fácil advertir cuál sería su triste final, pues estaban en medio de las llamas y el humo asfixiante, y las puertas cerradas con varios candados que les impedían salvar sus vidas. Un crimen de Estado.  

Ante los graves problemas que tiene el país, el presidente Andrés Manuel López Obrador siempre le echa la culpa a los demás, pero esta vez, su descarada forma para deslindarse del problema sobrepasó los límites, y en su discurso del martes 28 de marzo aseguró que la culpa de esta tragedia la tuvieron los propios migrantes porque habían incendiado las colchonetas en sus celdas, y en tono ofensivo acusó a los periodistas que se atrevieron a solicitarle más información, de amarillistas y de estar vendidos.  

Y por supuesto, López Obrador no informó todos los detalles de este terrible suceso, pero se sabe que los migrantes protestaban para ser liberados, pues, se les apresó en una redada cuando trataban para ganarse la vida vendiendo en vía pública frituras y dulces, mucho menos explicó por qué se les dejó morir en sus celdas y nada dijo de la terrible crueldad de los hechos.  

También se sabe que el presidente municipal morenista, Cruz Pérez Cuéllar, días antes, realizó una redada de migrantes y los encarceló para quedar bien con el mismo López Obrador, ya que visitaría la ciudad para inaugurar tres sucursales del Banco del Bienestar, por lo tanto, el alcalde temía una manifestación contra el presidente.  

Recordemos que, en 2018, López Obrador, prometió a los migrantes centroamericanos, refiriéndose a ellos como hermanos, que en México se les daría trabajo y que tendrían protección en su camino para Estados Unidos, dijo: “va a haber trabajo para ustedes y los que vengan de otras partes", "Donde come uno, comen dos", prometió además dar visas.  

Pura hipocresía y demagogia, hoy todas las promesas se han ido a la basura y a los migrantes, en nuestro país, se les recibe con el muro del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional. Por eso los migrantes tienen todo el derecho de protestar en contra de López Obrador. 

En varios países de América Latina se padece una crisis migratoria que tiene como causa común la injusta distribución de la riqueza, que genera pobreza, pobreza que deja hambre y sed entre miles de seres humanos, por eso los habitantes de estas poblaciones en su afán desesperado de subsistir y no ver morir de hambre a sus hijos y a sus familias, se lanzan a la aventura en busca de trabajo, cruzando mares, desiertos, selvas y corriendo toda clase de peligros o encontrando la muerte como sucedió aquí en México, el paraíso terrenal, como se los había prometido el presidente.  

Honduras, El Salvador y Guatemala de donde proceden principalmente los migrantes, son pequeños y débiles países con los peores índices de desarrollo social. Estos seres humanos que son expulsados de su tierra por la fuerza de la necesidad, son mirados con desprecio, humillación y rechazados por Estados Unidos (EE. UU.).
  
“Por ejemplo, Honduras enfrenta altos índices de pobreza y desigualdad; según el Instituto Nacional de Estadísticas de Honduras (INE), el 73 por ciento de la población del país es pobre y un 53 por ciento vive en situación de pobreza extrema. 350 mil hondureños están desempleados y 2.5 millones están subempleados”. (Semanario Universidad) 

En Honduras, igual que en México, el neoliberalismo capitalista crea riqueza como nunca soñó en su historia, pero no la reparte, la concentra en unas cuantas manos de los privilegiados.  

La migración se ha convertido en una válvula de escape ante la pobreza, desigualdad y miseria que se padece. Y eso no es todo, los migrantes que logran avanzar en su travesía para llegar a Estados Unidos, muchas veces se convierten en víctimas de robos, extorsiones, secuestros, violaciones, desapariciones o incluso encuentran la muerte, como el caso que narro hoy, de los 40 migrantes calcinados, como resultado de la corrupción, responsabilidad del actual gobierno.  

Por causas iguales o peores, los migrantes toman desesperados y graves riesgos aún a costa de sus vidas; ahí están los centroamericanos recorriendo con enormes dificultades unos tres mil quinientos kilómetros de sus lugares de origen, hasta su ansiada meta, el sueño americano, que se ha convertido en un infierno.
  
A todos los pobres de la tierra que sufren los embates del sistema capitalista y de sus representantes en el gobierno que se presentan con piel de oveja, como el presidente de México, no les queda más remedio, si quieren lograr justicia social, que unirse, unirse de una vez por todas para formar un frente común para nunca más permitir atropellos y emprender la lucha por la conquista de un mundo mejor para todos.

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