En información publicada por la Secretaría de Desarrollo Social del estado de Querétaro, elaborada con información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) 2020, hay datos que conviene que conozcamos. En primer lugar, para estar enterados de la situación política y social en que vivimos, para explicarnos el actuar de quienes nos gobiernan, pero sobre todo para saber cómo y qué debemos hacer para mejorar nuestras condiciones de vida.
Conviene saber, por ejemplo, que a pesar de que vivimos en uno de los estados que le producen más riqueza a los patrones, según sus propios datos —que vayamos a saber qué tan reales son—, el porcentaje de personas que carecen de acceso a la alimentacio?n nutritiva y de calidad, se incrementó de 2018 al 2020, al pasar de 22.2 % a 22.5 %.
La inseguridad alimentaria “leve” paso? de 19.2 % a 21.5 %; la inseguridad alimentaria “moderada” aumento? 0.7 puntos porcentuales, al pasar de 12 % a 12.7 %, y la inseguridad alimentaria severa disminuyo? de 8.3 % a 8.1 %. En te?rminos poblacionales son 26 mio 971 personas menos en esta condicio?n.
Conviene saber de igual manera que en lo que se refiere al promedio del ingreso trimestral, el decil uno, que corresponde a los hogares ma?s pobres, fue de 13 mil 879 pesos trimestrales, es decir, de setenta pesos diarios por persona. Que ma?s de una tercera parte de los hogares se encontraban por debajo de la li?nea de pobreza extrema por ingresos, por lo que se enfrentan a la incapacidad para adquirir la canasta ba?sica.
Y entre muchas otras cosas tristes para la gran mayoría de las familias queretanas, la canasta básica alimentaria en la zona urbana paso? de mil 793.40 pesos en 2021 a 2 mil 11.99 pesos en junio de 2022, con un incremento de 12.2 %, mientras que en la zona rural paso? de mil 370 pesos a mil 544.88 pesos. Supuestamente, alrededor de 69 mil 700 personas viven en pobreza y en pobreza extrema.
El principal problema que vivimos los queretanos es la falta de servicios públicos, sobre todo de agua potable y alcantarillado, pero los políticos, ganen o pierdan, jamás regresan a resolver carencias.
731 mil personas, aproximadamente, tuvieron una disminucio?n porcentual de 4.3 con respecto a 2018 (34.8 %). Al mismo tiempo, 8.6 % de la poblacio?n era vulnerable por ingresos, lo que significa que alrededor de 205 mil 700 personas no tuvieron los ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades ba?sicas. Los municipios donde la población padece más pobreza son Amealco, Pinal de Amoles, Cadereyta de Montes, Jalpan de Serra, Landa de Matamoros, Peñamiller y Tolimán.
Como todos sabemos, el principal problema que vivimos los queretanos es la falta de servicios públicos, sobre todo de agua potable y alcantarillado en los centros de población más importantes; regularización de colonias, caminos, pavimento de calles, transporte seguro y eficiente, seguridad pública, etcétera.
Precisamente por eso, funcionarios y políticos de todos los partidos, conocedores de la pobreza y de las necesidades de la gente; expertos en engañarla y manipularla cada vez que se avecina la elección de puestos de elección popular, se aparecen como salvadores de la población. Después de la elección, ganen o pierdan, jamás regresan y menos resuelven sus carencias.
Cientos y cientos de políticos “pirrurris” y oportunistas, cuyo mérito es ser “amigo” o “hijo del amigo” del jefe en turno, de todos los partídos, incluidos quienes gobiernan —como lo hacen desde el Presidente de la República, hasta gobernadores y presidentes municipales— van haciendo campañas, repartiendo dinero (al fin que no es suyo sino de la misma gente), para saltar a otro puesto o apoyar a sus delfines, prometiendo y repartiendo apoyos alimenticios, tarjetas, tinacos, calentadores, mejoramientos de vivienda, y en fin, agrupando y reagrupando a todos y de todos los partidos. Al fin que no hay ideologías ni principios, sino politiqueros explotando a la gente necesitada.
Así, ni más ni menos, es como juegan con los sentimientos, las carencias y la pobreza de los queretanos. Entre otros muchos, a los pobladores de Maconí, municipio de Cadereyta de Montes, les han prometido a través de “enganchadores” tramposos, pequeños lotes para vivienda a cambio de seguir careciendo de agua potable, a pesar de que aquellos son los dueños de los manantiales.
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