Mérida no es como la pintan en las fotos que usan para promover el turismo, puede ser un moloch de amor, pero también es pobreza, desigualdad y marginación; y si así es la capital, en el interior del estado es aún más grave la situación.
Pudiera ser que, al caminar por el centro de Mérida, en las principales calles alrededor de la Catedral de San Ildefonso o el Palacio de Gobierno, todo es paz, tranquilidad, cero pobreza y marginación, buena movilidad, pero al moverse hacia el sur o atrás del mercado principal, “inundan” las calles las personas que tienen puestos ambulantes.
La pobreza existe en Yucatán y en México, la desigualdad ni se diga, dos aspectos que el expresidente morenista, Andrés Manuel López Obrador dijo combatir, sin embargo, esto nunca ocurrió, caso contrario, fueron en aumento.
Al caminar por esta parte de la ciudad, ve uno en cada metro, por exagerar mucho, personas vendiendo cualquier souvenir para ganar dinero y así poder llevar comida a su hogar, pero que tampoco tienen seguridad social, servicio médico y la certeza si hoy comerán o no, pues todo dependerá de lo que venden en el día.
La pobreza existe en Yucatán y en México, la desigualdad ni se diga, dos aspectos que el expresidente morenista, Andrés Manuel López Obrador dijo combatir, sin embargo, esto nunca ocurrió, caso contrario, fueron en aumento.
Su administración, pero sobre todo él, se jactó de ser una de las administraciones que más disminuyó la pobreza, en los hechos no fue así, porque no sólo es decirlo, sino actuar y es donde se quedó corto.
De acuerdo a un informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) expuso las graves carencias sociales que afectan a la población mexicana con menos ingresos, como la falta de acceso a servicios de salud, que afectan a 50.4 millones de personas; rezago educativo, 25.1 millones, falta de acceso a los servicios básicos en la vivienda, a la alimentación nutritiva y de calidad, así como a la calidad y espacios de la vivienda.
Desigualdad entre quienes pueden acceder a una vivienda digna, a un espacio seguro y a una buena alimentación y en Mérida es más que evidente cómo existe esa brecha entre los que tienen el poder adquisitivo y quiénes no. Se ve esa “diferencia” entre un Norte desarrollado y un Sur que viene lento en su desarrollo, pero, sobre todo, se logra diferenciar por la pobreza.
Durante el 2022, el 65.7 por ciento de la población mexicana presentó al menos una carencia social y el 24.9 por ciento reportó al menos tres. A esto sumamos que la pobreza extrema incrementó en 400 mil personas, al pasar de 8.7 millones a 9.1 millones, en porcentaje pasó de 7 a 7.1 por ciento; es claro que no se hizo un plan y menos se luchó para erradicarla, pues más mexicanos tuvieron más carencias y es sabido que muchos de ellos no se han podido recuperar de la pandemia por Covid-19.
Ante estas desigualdades y la pobreza que impera en nuestro país, porque no se ha reducido, es necesario que el pueblo se una, se organice y luche para cambiar esta situación; no esperemos que vuelva un “mecías” a endulzarnos el oído y que nos diga que será él quien nos saque de la pobreza, porque eso está ya visto que no ocurre, como lo dejó claro Andrés Manuel López Obrador.
A todo aquel que me alcance a leer, decirle que nos unamos y organicemos con el Movimiento Antorchista, la única organización que ha luchado para erradicar la pobreza, su único enemigo.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario