La zona maya de Quintana Roo enfrenta un problema significativo de pobreza, especialmente en las comunidades rurales. Se estima que alrededor de 155 mil personas viven en esta situación, y la pobreza se ha exacerbado en los últimos años, de las cuales 53 mil viven en pobreza extrema, lo que representa un 35 %, según el último informe de la situación de pobreza y rezago social de la Secretaría de Bienestar.
La pobreza se ha profundizado mientras el discurso oficial enaltece a los pueblos originarios sin garantizarles derechos ni condiciones mínimas de vida.
El documento señala que en los municipios que conforman la región —Lázaro Cárdenas, Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos— se calcula que 39 mil personas tienen rezago educativo, 35 mil carecen de servicios de salud, 166 mil no tienen seguridad social, 43 mil viven en casas con falta de calidad y espacio, 154 mil sin acceso a los servicios básicos y 60 mil viven con inseguridad alimentaria.
La pobreza en la zona maya tiene un impacto significativo en la salud, los servicios básicos, la seguridad alimentaria, la educación y las oportunidades económicas de las personas.
Estos datos abrumadores son indicadores de lo mal que se encuentran decenas de localidades donde habitan miles de personas humildes de la zona maya. Por ende, las autoridades de los tres órdenes de gobierno deben accionar.
Para abordar este problema, se necesita una inversión más significativa en las comunidades rurales, así como la implementación de políticas que promuevan el desarrollo económico y social.
Es importante que las autoridades gubernamentales tomen medidas para atender las necesidades de la población en la zona maya y garantizar que tengan acceso a servicios básicos y oportunidades.
Sin embargo, es de resaltar que, a pesar del discurso oficial que exalta el “orgullo indígena”, esa población sigue siendo víctima de exclusión y marginación, como consecuencia de un sistema político y económico fallido, que obliga a los pobres del campo a vivir en la pobreza y sin la ayuda gubernamental para salir adelante.
Es de lamentar que en las localidades de la zona maya exista un índice de pobreza bastante alto, y la solución no son las dádivas que ofrece la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. Se necesitan fuentes de empleo seguros y bien remunerados, además de obra social, para que los pobres de las comunidades accedan a una mejor calidad de vida, porque es un derecho que tienen todos los mexicanos y hay que luchar para acceder a él.
Los trabajadores del campo han podido salir adelante, pese a las limitaciones y a la ausencia de ayuda gubernamental. Desde hace muchos años, las familias del campo, las que en carne propia sienten la crudeza del hambre y la pobreza, han sorteado dificultades para hacer producir sus tierras.
Sin embargo, lo poco que les ofrece la naturaleza no es suficiente para atender las necesidades del hogar. Aun así, es primordial que tanto el gobierno estatal como el federal tomen las medidas pertinentes para crear fuentes de empleo y ayudar a estas comunidades en condiciones de vulnerabilidad.
La gobernadora del estado está obligada a saber las causas y las repercusiones que provoca la falta de acción y de atención a las reales, sentidas y justas demandas de la población. Todo esto debe comprometer más a la mandataria estatal, porque no llegó al gobierno no más a denunciar o exponer lo que no se hizo; por el contrario, fue electa para subsanar esas carencias que sus antecesores omitieron o ignoraron por completo.
Antorcha abandera las causas justas y, por ello, seguirá organizando y educando a las masas para que, al unísono, se exija lo que por derecho les corresponde. De lo contrario, es necesario sacar del poder a esos malos funcionarios para sustituirlos con una nueva clase política emanada del pueblo, para que se instaure la fraternidad y se protejan los intereses de los pobres del campo y de la ciudad. Conste.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario