La pobreza en mi tierra no radica en la falta querer progresar y cambiar de parte de los ciudadanos que viven ahí, sino en la falta de oportunidades, pues el injusto reparto de la riqueza que pareciera ancestral ha provocado la posibilidad de un cambio permanente.Así como el mal ejercicio del poder provocado por administraciones ladinas que lejos de buscar el desarrollo del municipio, se han concentrado en enriquecerse sin importar que el pueblo trabajador se muera de hambre.
Se habla mucho de los derechos otorgados por el simple hecho de ser humanos, todo eso está plasmado en la Carta Magna, pero pareciera que para algunos hay, y para otros es negado.Cuando hay leyes que deberían amparar a todos los ciudadanos.Dichas garantías individuales indicadas en la Ley de leyes nos indican que contamos con el derecho a la salud, derecho a una vivienda, derecho a una educación laica y gratuita, derecho a una buena alimentación etc.Pero en algunos casos sigue siendo letra muerta, porque en mi pueblo se vive una enorme desigualdad, pues la mayoría no tiene acceso a la educación básica, ya ni se diga a la salud.Entonces, ¿no somos seres humanos? ¿No merecemos las garantías que ofrece la Ley Suprema? Son interrogantes suficientes para decir que algo está mal.
Todo esto es inquietante, pero es más alarmante el comentario expuesto por el señor presidente de la República, ¡del hombre que nos representa! Pues es una de sus mañaneras dijo que "los mexicanos debemos de ser felices con lo que tenemos, con lo que Dios nos dio".Sin embargo, difiero del Señor.¿Qué tenemos los mexicanos después de tanta transformación? La respuesta es muy fácil, tenemos un millón setecientos mil mexicanos desempleados como consecuencia de la pésima estrategia federal al combate de covid-19, que ha provocado no solo desempleo, sino que la pobreza aumente considerablemente sobre todo en los lugares donde ya existía.
En México, según datos del último censo realizado por el Inegi, existen 30 millones de pobres: llámese pobreza alimentaria, pobreza económica, pobreza patrimonial y entre otras; por tanto, lo escrito en la Constitución pareciera letra muerta sin valor alguno, que no protege ni al mexicano más vulnerable.
Ahora, si estos son los datos a nivel nacional, en lo local está también en la calle de la amargura.En el municipio de Alaquines, la pobreza existe de forma muy marcada, porque a pesar de ser un municipio de tan solo 8 mil habitantes, el 35 por ciento de su población está en pobreza y menos del 60 por ciento tiene acceso a la salud o los servicios básicos.Sin agregar que el sueldo promedio del lugar oscila entre $70 y $100 diarios.Cualquiera que leyera estos datos pensaría que se trata de un municipio alejado de la mano de Dios y olvidado por los gobernantes del mismo.Como aquel San Juan de los Camotes de la icónica película mexicana, donde la gente vivía alejado de la mano de Dios, y los gobernantes se sentaban nada más a robar; uno pensaría que no tiene solución.
Pero, ¿qué se puede hacer ante esta situación? ¿Quedarse inmóviles ante la tragedia? No es una opción.Lo que te propongo estimado lector es, organizarnos y convertirnos en un verdadero frente social que sirva de contrapeso ante las adversidades presentes.
Este frente social debe ser encabezado por verdaderos representantes del pueblo, de las entrañas del mismo.Que conozcan la realidad política y que incluso hayan abrazado la pobreza misma, pues solo aquel que ha sido mordido por las fauces de esta, entenderá el dolor y el sentimiento que esta mordida provoca.
Por tal razón, presento ante usted estimado lector la opción de alcanzar la cumbre del progreso para el pueblo trabajador, al Movimiento Antorchista, una organización social que desde hace 46 años ha luchado contra la pobreza y la desigualdad.
Hoy te invito a organizarte, a que conozcas este movimiento social que solo busca que tu comunidad pueda vivir mejor y que nunca más te enfrentes a los problemas sin una solución.
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