Nuevamente el Presupuesto de Egresos de la Federación 2023 (PEF) deja fuera las obras y servicios de la gente más necesitada de nuestra patria y con ello se demuestra, una vez más, que la preocupación del presidente Andrés Manuel López Obrador y su gobierno no son, como dijo, los pobres, los más necesitados, los desamparados.
Lo que alcanzamos a ver con el proyecto de presupuesto de egresos para el próximo ejercicio fiscal es que, nuevamente, el mismo esquema: dinero para las obras inútiles de Palacio Nacional y, por otro lado, los programas sociales que tienen el propósito de ganar electores más que atender la problemática social derivada de la injusta distribución de la riqueza.
Además, hay que incluir en el análisis, que este gobierno ya echó mano de los recursos que se habían ahorrado, por un lado, y los que servían para garantizar la realización de proyectos científicos o para ayudar a la gente cuando había condiciones de desastres naturales. En el primer caso, recordar que López Obrador echó mano de los llamados “fondos de estabilización”, que la anterior administración dejó con un monto aproximado de 300 mil millones de pesos y que actualmente tan sólo cuenta 30 mil millones de pesos, ya se comieron 270 mil millones de pesos que equivale al 90 por ciento de lo que le dejaron.
Asimismo, los diputados morenistas y sus aliados votaron a favor de la desaparición de más de 99 fideicomisos relacionados con la ciencia y la tecnología, y también echaron mano del famoso Fondén, todo con el afán de satisfacer sus proyectos. Como dijeron que no incrementarían impuestos, hicieron sus proyecciones, vieron que no les alcanzaría y, finalmente, echaron mano de lo que había para cumplir sus metas y propósitos.
Ya hemos dicho que quedan las reservas internacionales que equivalen a un monto de 202 mil millones de dólares, corren peligro con este gobierno de que, al ver que no tiene de otra, se le ocurra echar mano de ellas mediante un decreto. Todo mundo se preguntó, en su momento, por qué no había resuelto el presidente Andrés Manuel López Obrador poner a la cabeza del Banco de México al doctor Arturo Herrera y sí a la gobernadora Victoria Rodríguez Ceja y la respuesta fue inmediata: se trataba de dejar en el puesto a una persona más cercana o con posibilidades de ser más incondicional del presidente, en comparación con un Arturo Herrera.
La posibilidad de que se abalance el presidente sobre las reservas con tal de sacar adelante sus propósitos personales es muy alta y el desbalance que se ve en el PEF 2023, en el que se nota más gasto que ingreso, es un indicio peligroso.
En la proyección de ingresos y egresos se ve claramente el desbalance derivado de una alta proyección de gastos que supera, considerablemente, a los ingresos proyectados: los ingresos presupuestarios son del orden de 7.1 billones de pesos; sin embargo, el gasto neto representa 8.25 mdp, es decir, un déficit de 1.134 billones de pesos. El gasto programable equivale a 5.9 billones de pesos, 71.8 por ciento del total y el gasto no programable a 2.3 billones de pesos, 28.2 por ciento del total. El proyecto propone, entonces, un gasto neto superior en 11.5 por ciento en términos reales respecto al gasto aprobado en el PEF 2022.
Este desbalance, aunque sucede con relativa frecuencia en los gobiernos de los países capitalistas, no obstante, en la administración lopezobradorista extraña por tratarse de una doble contradicción con sus dichos: dijo recientemente el presidente que pasábamos de la austeridad republicana a la pobreza franciscana; sin embargo, ahora se propone hacer un gasto mayor de lo que ingresa; en tal virtud, de ello nace la segunda contradicción: dijo el presidente que no se endeudaría al país, pero si los gastos son mayores que los ingresos, la única manera de resolver el problema es mediante el endeudamiento y, lo más grave es que con las altas tasas de interés, los mexicanos pagaremos un alto nivel de deuda: efectivamente, en primer lugar subirá el costo de la deuda pública en un 30 por ciento, pues se requerirá un billón 79 mil millones para cubrir el costo financiero de la deuda (Reforma, 10/09/22) y, en segundo lugar, cada mexicano tendrá un adeudo de 118 mil pesos lo cual implica en el futuro que las nuevas generaciones paguen más impuestos y reciban un gasto menor (El Universal, 10/09/22).
Este aumento de la deuda significa un golpe a los bolsillos de los mexicanos, pues en los primeros cinco años de este gobierno se habrá incrementado la deuda en un 40 por ciento, es decir, cada mexicano ahora, gracias al mal gobierno morenista, tiene que pagar 37 mil pesos más.
Pero no sólo eso, el Gobierno federal planteó un déficit primario, es decir, pedir prestado para pagar sólo los intereses de la deuda que, con el incremento de las tasas de interés de los Estados Unidos (EE. UU.) va a aumentar significativamente el costo de la deuda. ¿No que no se endeudaría al país?
Finalmente, el dinero se va fundamentalmente a los programas sociales del presidente y a las obras inútiles que ya están inauguradas, pero no sirven, y la que está destrozando la selva, pero poco para la gente que más lo necesita: nada de infraestructura, nuevamente se castiga a la salud, al campo, a la cultura y al deporte.
El problema de todo este desastre, de esta desgracia y esta tragedia de México, es que la destrucción acelerada del país corre a cargo del presidente de la república y de su partido Morena, pero la cosecha, los resultados catastróficos, el sufrimiento será para las futuras generaciones. Así, las consecuencias del hecho de que sólo 3 de cada 10 niños hoy con Morena tenga su esquema completo de vacunación, por ejemplo, no se va a reflejar en este sexenio, sino en los siguientes y ya para entonces no estará en el gobierno López Obrador (creo, porque hay quienes han dicho que se quiere prolongar en el poder), por eso es una mala señal que este gobierno quiera impulsar tan disparatadas políticas. Por lo mismo, desde ahora lo señalo, si no se incluyen los proyectos de obra para beneficio del pueblo de México, lo más seguro es que no acompañemos este presupuesto desde la Cámara de Diputados.
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