Preocupa la decisión que por cuarto año consecutivo tomaron los diputados de extracción morenista y sus aliados -que hace mayoría en el recinto de San Lázaro-, con respecto al Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2022, porque afecta a millones de mexicanos, a la clase trabajadora; resultó que los diputados morenista, sin hacer un análisis fehaciente que justifique el Presupuesto de Egresos de López Obrador fue aprobado pese a las observaciones hechas por la oposición, nada de eso, fue olímpicamente ignorada y lo lamentable es que no incluye las necesidades más apremiantes de los más pobres y desamparados de la patria.
Veamos. En 74 programas de corte asistencialista o más bien “electorero”, se destinará cerca de 781 mil millones de pesos, monto que representa el 16 por ciento, una suma superior a lo programado en 2021 que fue de 108 mil millones, pero en salud y educación que deberían ser una prioridad por la nueva reincorporación post pandemia, no refleja esa misma suma de recursos, pues son en estos sectores donde debería haber mayor apoyo.
Los programas asistencialistas, quedan como anillo al dedo, pues se necesitará tener calmado a los pobres con la compra de conciencias, pues será la única alternativa para seguir controlando el poder político porque el discurso de AMLO y sus discípulos ya no es rentable, la “Cuarta Transformación” ordenó a los diputados del partido guinda aprobar el PEF 2022, así se refleja en la pensión a personas mayores que contará con 238.1 mil millones de la bolsa total ocupando un 30.5 por ciento, después la “beca universal para estudiantes de educación media superior Benito Juárez” con 4.4 por ciento, “Sembrando Vida” con un 3.8 por ciento, “Jóvenes construyendo el futuro” con el 2.7 por ciento y “pensión para el bienestar de las personas con discapacidad permanente” tan solo el 2.3 por ciento.
Un dato alarmante del Presupuesto Electorero, es que todos los programas de subsidios deberían ser ejecutados principalmente en zonas alta marginación social del país, donde más se requiere ayuda, pero desde 2019 no hay una programación proporcional lo que ocasiona que todos esos programas no llegue a la gente que realmente lo necesita y aunque esta distribución debería ser racional al parecer la decisión morenista lo pasó por alto sin hacer caso a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria encargada de esta regularización.
Debido a esta mala ejecución de los recursos, los poco más de 781 mil millones de pesos, que representa el 85 por ciento se clasificó sin una distribución geográficamente planificada y el resto está destinado a la Ciudad de México, esto, claro que no es nuevo puesto que en 2019, 2020, 2021 y ahora en 2022 el presupuesto aprobado sin destino geográfico va en aumento, dejando con esto la interrogante si los programas de subsidios están llegando a los mexicanos que realmente lo requieren e incluso preguntar si tan necesario es para los capitalinos, esto se da principalmente por el deficiente planteamiento y diseño de esos programas.
Es claro que ésta mala ejecución de los programas es una visión de cómo al querer ganar simpatizantes se está descuidando otras áreas donde el recurso es más necesario, un ejemplo principal se puede ver en el popular programa Pensión para adultos mayores que a pesar de ser su catapulta para llegar a la ciudadanía, conociendo que es un tema sensible que conmueve a la gente, pero a todo esto, resalta que de un supuesto pago de un monto de 983 millones de pesos, para cerca 77,117 beneficiarios, resulta que no contaban con Clave de Registro de Población (CURP), se dan pagos duplicados o incluso sin evidencia documental y la peor de todas pagos a personas ya fallecidas, ¿En dónde quedó todo ese dinero?
Y así los demás programas “modelos”, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha demostrado que todos los programas fallan en su impacto pues carece de información estadística actualizadas, además carece de método de notificación y sobre todo ese tipo de “ayuda” no eleva el nivel de vida de los ciudadanos.
A todo eso, el hecho de que el presupuesto se concentre en pocos programas y que la distribución geográfica no sea clara o que la mayoría se asigne en CDMX compromete la meta de la política social de esta administración, y deja al descubierto la desigualdad en la entrega de los recursos.
Es por eso que el Movimiento Antorchista Nacional ha denunciado por diversos medios que es indispensable que los recursos federales sean ejecutados de mejor manera y que realmente beneficien a los más pobres de la patria, que son cerca de 90 millones de ciudadanos con obra social, servicios básicos, infraestructura, etcétera, y que no solo se invierta en programas sociales, y de ser así que desde su planeación cumplan con lo dictado, asegurando así la reducción de las brechas de desigualdad.
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