A casi dos meses del paso del Huracán “Grace” por la Sierra y Huasteca de Hidalgo y ya cerca del mes de las inundaciones en Tula de Allende, la ayuda no ha llegado para las miles de familias afectadas primero por los desastres naturales, pero también por la complicidad y la inacción de los diferentes gobiernos para actuar a tiempo y prevenir daños mayores e incluso decesos como sucedió en Tula, donde se inundó el Hospital General del IMSS, provocando la muerte de 14 personas.
Los habitantes de Tula, por ejemplo, están en la zozobra, en la desesperación pues a pesar de los discursos gubernamentales, lo que en realidad se requiere, la ayuda, brilla por su ausencia; en cambio, el gobierno de la 4T solo ha ofrecido realizar un censo, sí, un censo mientras miles perdieron su patrimonio que era producto de años de esfuerzo.
Y no es solamente eso, en Tula también se ha quedado el miedo permanentemente porque las lluvias continúan y el riesgo de que se produzca otra inundación es altamente probable, “cada que escuchamos un trueno nos inundamos también de temor de perder lo poco que nos quedó, queremos que ya llegue la ayuda y se haga algo para que esta tragedia no vuelva a pasar”, me dijo Angélica Cruz, quien es pequeña comerciante, sector que tampoco ha recibido ayuda.
La Delegación de Programas del Bienestar en Hidalgo, informó que durante esta semana se realizaría el censo de afectaciones en al menos 12 municipios de la entidad que resultaron afectados por las inundaciones, lo mismo dijeron para el caso de la Sierra Otomí-Tepehua donde miles resultaron afectados por el paso del Huracán “Grace” y aquí, tampoco hay ayuda, solo promesas; por ahora, decenas de caminos seguirán dañados por los derrumbes, incluso carreteras importantes que comunican a la cabecera municipal de Huehuetla con sus diferentes comunidades.
Y aún si llegaran ––que la verdad es muy incierto–– los apoyos, estos no resolverán ni un poco los problemas que padecen los habitantes de Tula, de la Sierra, problemas graves como la falta de servicios básicos como agua potable, luz eléctrica, mejoramiento de vivienda, falta de caminos seguros. Urge que el gobierno federal y estatal ayuden a los municipios afectados y no solo eso, que trabajen para resolver necesidades de ya varias décadas, por nuestra parte, por la parte ciudadana, nos toca insistir y exigir su solución; esto se verá materializado si nos organizamos y gritamos al unísono por una vida más digna y justa para todos.
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