En días recientes, bajo la atención centrada de la mayoría de los ciudadanos en el tema de la contingencia sanitaria provocada por el Covid-19, que no es peccata minuta, la clase gobernante en Puebla, haciendo uso del poder para proteger sus intereses -y no los de quien dice representar- echó hacia atrás, una vez más, la posibilidad de que más de 40 mil poblanos puedan organizarse bajo el cobijo del Movimiento Antorchista Poblano como un nuevo partido político mediante el cual puedan disputar cargos de elección popular con personas que verdaderamente responsan a los intereses de la clase trabajadora.
El nuevo y tan nefando golpe a la vida democrática de los poblanos corrió, en esta ocasión, a cargo del Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP), organismo que gracias a la voluntad servil de quienes lo encabezan, perdió toda autonomía al responder única y exclusivamente a las órdenes de los detentores del poder en Puebla.
En su afán de hacer pasar la mentira por verdad, el Tribunal Electoral del Estado no se da cuenta del disparo que se da en el pie, pues es su nueva argucia pasa a exhibir al Instituto Electoral del Estado como un órgano torpe sin la calidad y capacidad profesional que se requiere para atender los asuntos que se le presentan y que son de suma importancia para la vida política contemporánea, cuanto y más en los tiempos de la "Cuarta Transformación".
Por principio, "el magistrado del Tribunal Electoral, Ricardo Rodríguez Perdomo, señaló que el Instituto Electoral del Estado (IEE) cometió ‘una serie de irregularidades’ al atender la petición de Movimiento Antorchista Poblano (MAP) de constituirse como partido político, debido a que les autorizó continuar en el proceso hasta finalizarlo, pese a que incumplieron los requisitos que exige la ley desde un comienzo". Aquí, pues, se pone de manifiesto cómo sacrifican la poca credibilidad que le quedaba al IEE para erigir al TEEP como juez impoluto.
Sin embargo, para quienes conocen el tema y han seguido de cerca el desarrollo del mismo, la mentira es más que evidente, se trata de un burdo intento de engañar a la razón y lógica de quienes si piensan. Ese es el error de Rodríguez Perdomo y sus jefes, creer que nuestro raciocinio es tan limitado como el de quien encabeza al IEE.
¿Cuáles son, según el TEEP, esa "serie de irregularidades"? Según ellos consta de dos actos: 1) no presentar al IEE en tiempo y forma a más tardar el 31 de enero de 2019 la carta de manifestación de intención para constituirse como partido local y 2) tampoco presentó en tiempo y forma los informes de origen y destino de los recursos utilizados en el procedimiento para la constitución de su partido en Puebla. Estos argumentos se fueron por tierra cuando el equipo jurídico presentó los documentos que avalan lo contrario, pues existe y está documentada la carta intención de conformación como partido político a nombre de "Podemos Puebla" que posteriormente cambio a "Movimiento Antorchista Poblano", así como los informes de origen y destino de los recursos.
Para remachar la chicana, el TEEP afirma que no es válida la certificación de las asambleas distritales y la estatal que realizaron los antorchistas, ya que el personal electoral que las verificó no fue designado por el Consejo General del Instituto Electoral del Estado, entonces ¿quién habrá sido capaz de movilizar por dos meses a gran cantidad de recursos financieros, humanos y técnicos del IEE, sin que sus autoridades se hayan percatado de ello? Y en el supuesto de que eso haya sido posible, ¿es culpa del MAP? ¿No sería sensato pensar que quien debiera pagar por tan grande "descuido" sean los que dirigen al propio IIE? ¿Por qué los miles de poblanos que buscan ávidos una nueva opción política deben ser quienes paguen los platos rotos de las deferencias del sistema electoral de Puebla?
A todo esto, le debemos añadir un elemento más que no debe pasarse por alto. La sesión del Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP) donde desechó los recursos de apelación del Movimiento Antorchista Poblano y negó otorgar el registro como partido político a dicha asociación civil, se realizó, como decía en un principio, en un entorno donde la atención de la mayoría de la sociedad está centrada en el Covid-19, como buscando que pase desapercibido y así hacer que pronto quede en el olvido de los poblanos, como si esto nunca hubiera pasado. Pero no, esto sí pasó y los que militamos en el MAP no estamos de acuerdo con que se siga torciendo tan burda y flagrantemente la ley en Puebla en perjuicio de la clase trabajadora.
Si bien es cierto que no hay condiciones para manifestar nuestra indignación con la fuerza popular que este agravio requiere, si lo denunciaremos por las vías a nuestro alcance y cuantas veces sea necesario para dar a conocer a la opinión pública a nivel nacional, de ser necesario, que el estado de Puebla el gobierno del chapulín político y hoy morenista, Miguel Barbosa Huerta, suprime la autonomía de las instituciones para manejarlas a su antojo y satisfacer sus intereses.
Ante este panorama, donde cada vez se le acota más y más a la clase obrera y campesina su derecho a la democracia, es menester que todos sectores sociales se sumen en un frente único capaz de hacer frente a la dictadura que se cierne sobre nosotros. Desde hace décadas los antorchistas han levantado la voz para exigir justicia no sólo para sí, sino para todos aquellos a quienes se les niega. El desarrollo histórico de la sociedad nos ha llevado a un punto de inflexión donde la única opción viable es organizarnos en torno a una fuerza social de gran tamaño que pueda virar el rumbo del país hacia una patria más justa y equitativa, actuando siempre dentro del margen de la ley y por la vía democrática.
Si hoy se violentan los principios rectores de la materia electoral en contra de nosotros haciendo uso de los órganos electorales en Puebla como una extensión del poder y todos guardan silencio, el día de mañana, cuando quieran alzar la voz, quizá ya no tengan esa opción.
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