Simojovel de Allende es un pueblo del estado mexicano de Chiapas, conocido por su producción de ámbar y su gente trabajadora. Expertos indican que Simojovel, aun y cuando se encuentra enclavado en la zona norte, hasta hace un par de años se producían dos toneladas anuales de ámbar, que se trabajaban, pulían y transformaban en hermosas joyas. Su significado es “campo de hormiga en lo alto”; del Tzotzil Tsitsim: hormiga arriera, mo: arriba, jovel: campo.
Simojovel necesita una mano fraterna que lo ayude a salir de los niveles de pobreza, de inseguridad y decadencia. Necesita la organización, decisión y unión del pueblo educado para transformarlo en el edén prometedor.
El municipio está conformado por una serie de cursos de agua que al unirse forman el río Catarina, entre estos cursos están los ríos Cuculhó, Jolhó, Saquilucum, San Pedro, Portugal, y otros. Por su actividad económica, los habitantes se dedicaban al cultivo del café, pero en la década de 1990 se inclinaron por la minería y comercio de ámbar. Ahora bien, inicio con esta explicación, dado que la siguiente estrofa de la canción describe lo que para muchos es o fue este lugar:
“Simojovel, es un edén, es un encanto
Simojovel tierra sin par, te quiero tanto
Simojovel tierra de Dios, tierra fecunda
¡Ay! No olvidaré nunca jamás a esta ciudad…”
Con esta canción recuerdo al pueblo que me vio nacer, escuchar esta melodía me enchina la piel y trae bellos recuerdos del lugar donde viví mi infancia y adolescencia feliz. Guardo en mi corazón los días en los que caminaba hacia la primaria federal “Liberación Social” o cuando a las 08:20 pm salía de la secundaria para dirigirme a mi casa, caminaba con mis amigos y reíamos sin preocupación de las ocurrencias que surgían en el momento, pero siempre pensando en lo que podíamos llegar a ser de adultos y regresar para ayudar a que este hermoso lugar prosperara.
Hace un tiempo leí una publicación en redes que decía, “ahora entiendo por qué muchos no quieren regresar”. Y me interrogué ¿qué ha pasado después de casi tres décadas de mi vida? Ese “edén”, ese lugar ameno y ese paraíso que describe la canción, ¿en qué se ha convertido? Pues ante los últimos acontecimientos, puedo decir que se ha transformado en un lugar en el que a cualquier hora se cometen homicidios, feminicidios, robos a viviendas y negocios, persiste la falta de agua, bloqueos, se queda sin comunicación y cada vez son más los que salen de este lugar para buscar mejores oportunidades porque aquellas que creíamos que podíamos encontrar cada vez son más difíciles de hallar.
Tan sólo en 2020, la población era de 52 mil 935 habitantes, pero algunas fuentes indican que cada vez son más jóvenes los que han decido dejar su hogar y buscar emplear su fuerza de trabajo en otros países.
En el primer trimestre de 2024, Simojovel registró un monto de remesas de 71 millones 849 mil 700 pesos. Además, los datos del gobierno indican que la edad promedio para comenzar a trabajar es a los doce años.
Aquí los niños desde la primaria comienzan a buscar ganar dinero para comer y en muchos casos ya no ingresan a la secundaria ni mucho menos a la preparatoria. Y los pocos que alcanzan a concluir el nivel medio superior, son un número más reducido que se inscribe a la universidad y que regresan al terminar su carrera. Porque aquí, tampoco se generan empleos ni se gana al día un salario mínimo de 287.17 pesos (como lo indica el Gobierno). La gente sigue ganando de 100, 150 o 200 pesos al día.
Necesitamos cambiar este municipio, cambiar la visión de lo que la tierra del ámbar exige, pues ningún representante de partidos (como los de ahora) va a cambiar el rumbo de Simojovel si no renuncian a sus intereses personales. Simojovel necesita una mano fraterna que lo ayude a salir de los niveles de pobreza, de inseguridad y decadencia. Necesita la organización, decisión y unión del pueblo educado para transformarlo en el edén prometedor.
Por ello, los llamo a hacer algo por cambiar la realidad. Si te concibes como un individuo con fuerza, con iniciativa, con inteligencia y te propones cambiar esa realidad, unirte con otros mexicanos con los mismos fines, te quedará la satisfacción de que algo estás haciendo y no que sólo te quedaste en casa sentado y lamentando tu tristeza. Hay que organizarse y luchar, y te invito a hacerlo junto al Movimiento Antorchista, para buscar un municipio, estado o patria más justa, más libre, más democrática y equitativa.
“Simojovel tierra de Dios, tierra fecunda
¡Ay! No olvidaré nunca jamás a esta ciudad…
Y quiera Dios que algún día, pudiera volver a estar
donde pasé tantas penas y tanta felicidad” (estrofa de la canción Simojovel).
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