El Movimiento Antorchista nació hace 42 años con un claro objetivo, luchar contra la injusta distribución de la riqueza social que se produce en nuestro país, que ya desde entonces era un mal muy marcado y que se ha venido acrecentando y agudizando con el paso de los años, hasta llegar al extremo que hoy conocemos: de los 120 millones de mexicanos que somos, cerca de 100 millones vive sumido en la pobreza y de éstos, cerca de la cuarta parte en la pobreza extrema, lo que significa que no cuentan siquiera con los suficientes alimentos para llenar el estómago. Quienes así viven, quienes a diario ven deteriorarse su nivel de vida, son precisamente los productores de la riqueza de nuestro país, es decir, los obreros, los jornaleros, los campesinos, los artesanos y todos los trabajadores que mueven el aparato productivo de México, que se encuentra entre los que mayor cantidad de riqueza producen a nivel mundial: el décimo cuarto lugar, no más, pero no menos.
Complemento necesario de esta situación, han sido los abusos y arbitrariedades cometidas contra los más débiles por parte de los privilegiados del sistema, que cuando no pueden comprar o torcer la ley, la pisotean abiertamente, usando incluso la violencia para mantener oprimidos y quietos a quienes sienten que atentan contra su dominio.
Los antorchistas nos organizamos para luchar por una más justa distribución de la riqueza social, lo hemos hecho demandando a los gobernantes municipales, estatales o federales la solución de las necesidades de nuestros compañeros trabajadores y pidiéndoles que corrijan las violaciones a la ley. A ellos se lo demandamos, porque son quienes, por ley, tienen la obligación de hacerlo, y son los que deciden el destino de los recursos públicos, producto de los impuestos y de la explotación de los bienes nacionales, además de ser ellos también los que administran la ley.
Nosotros no protestamos contra los gobernantes, no denunciamos mediante la propaganda sus errores, omisiones o arbitrariedades, ni nos movilizamos para exigir que los corrijan, movidos por el mezquino propósito de desdorar, abollar o echar abajo el prestigio con que cuentan o que, por lo menos, piensan que cuentan.
¿Qué ganariamos con eso?, nada. Al contrario, de manera estúpida y gratuita nos echaríamos encima enemigos poderosos, porque nadie llega a los puestos de gobierno sin el respaldo de gente con mucho poder. Si hacemos labor de denuncia utilizando todos los medios a nuestro alcance, si nos plantamos, marchamos, hacemos cadenas humanas y recurrimos a todas las formas de protesta pública que permite la Constitución General de nuestro país, lo hacemos porque previamente hemos intentado llegar a soluciones justas por la vía de la gestión y del diálogo, pero nos hemos topado con la cerrazón de los gobernantes, que en vez de respetar el derecho de los débiles, defienden los intereses de los poderosos. Y aquí sí, no nos importa que se enoje quien se tenga que enojar, ni los riesgos que debamos de correr. Si consideramos una causa justa, la defendemos hasta sus últimas consecuencias.
Ahora bien ¿es justa la causa de los comerciantes de Los Mochis que solicitaron el amparo del Movimiento Antorchista? ¿Es un empecinamiento irracional de estos comerciantes, exigir que se les asigne un lugar donde trabajar provisionalmente dentro de la llamada zona 030, mientras se ejecuta un proyecto para ubicarlos definitivamente dentro de esa misma zona?
Los antorchistas consideramos que es justa su exigencia. Primera razón: porque ellos ya eran comerciantes de la zona 030, y, por lo tanto, de acuerdo al propósito explícito de la medida de reubicación de todos los vendedores que ocupaban las calles del centro de Los Mochis, ellos debieron (y deben ahora) quedar ubicados en la misma zona. Segunda razón (y sobre todo), porque los lugares que les proponen para permitirles desarrollar su actividad, ya los han probado y en ellos no hay las sufiecientes ventas para que puedan sostenerse.
Tercera razón, y no de menor importancia, porque la distribución de los locales en el mercado 030 no se atuvo totalmente a su propósito inicial: destinarlos a los verdaderos comerciantes informarles del centro histórico. Una parte fue entregada a allegados de los líderes y funcionarios, otra parte a personas que si bien tenían permiso para vender en la vía pública, al mismo tiempo tenían locales en la zona que quedó libre del ambulanteje y no es correcto que tengan un doble beneficio, mientras otros se quedan sin nada.
Además hay que recordar, que ese beneficio se hace con los recursos de los contribuyentes de Ahome, pues de ellos salió el dinero para construir el nuevo mercado, y estamos seguros que coincidirán con nosotros en reclamar la correcta aplicación de ese dinero por parte del gobierno municipal.
Repetimos, para terminar, las demandas de nuestros compañeros comerciantes: 1) Que se revisen las irregularidades habidas en la asignación de los locales del mercado 030, y se cancele o rescinda la asignación a quien se le haya otorgado indebidamente; 2) Que los locales liberados se asignen a los compañeros que tienen derecho a los mismos; 3) Que, en caso de que no sean suficientes los locales liberados, se abran otros espacios dentro de la misma Zona 030 para cubrir toda la necesidad; 4) Que se permita a nuestros compañeros trabajar provisionalmente en alguna de las 6 áreas que propusieron, en tanto se lleva a cabo el proceso para ejecutar las tres medidas precedentes.
No hay, pues, ningún propósito oculto, ningún "tinte político" que no se pueda aclarar y justificar. No queremos manchar la imagen del presidente municipal ni de alguno de sus funcionarios.
No vamos tampoco a perdernos en dimes y diretes sobre la cuestión, simplemente ofrecemos una prueba: que el gobierno municipal resuelva las demandas que hemos puntualizado, que se fijen con precisión, en acuerdos por escrito, las medidas que son practicables de inmediato, así como las que lo son a corto y mediano plazo, y nosotros levantaremos en seguida el plantón y cesaremos todas las acciones de protesta. Con eso quedará claro que no perseguimos otra cosa que la solución de los problemas de nuestros compañeros. Por su parte el Presidente Municipal, Arturo Duarte García, mostraría la mejor imagen que puede mostrar un político, la de una persona que sabe escuchar y atender las razones de sus gobernados. Vale.
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