Desde mi punto de vista, los que estamos medianamente informados de que el gobierno federal, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dejado a la deriva a aquellos mexicanos que son castigados ante la fuerza de la naturaleza, quienes afrontan las consecuencias de los fenómenos meteorológicos sin el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) y sin ningún apoyo para damnificados, nos debe quedar la duda de que los jaliscienses afectados por las lluvias severas, vientos fuertes e inundaciones provocadas por el Huracán “Nora” vayan a recibir suficientes recursos para la reparación de los daños con el solo hecho de que la Federación haya emitido una nueva declaratoria de emergencia, debido a los estragos causados en 20 municipios de Jalisco.
Considero que ha sido evidente la resistencia del Gobierno federal a emitir la declaratoria y hay motivos para dudar. El 13 de septiembre se había publicado una primera declaratoria que sólo incluía a siete municipios afectados por el fenómeno natural; se refirió sólo a Cihuatlán, La Huerta, Autlán de Navarro, Cabo Corrientes, Talpa de Allende, Tomatlán y Puerto Vallarta. En el segundo documento emitido, después de casi 20 días del paso Nora por costas jaliscienses, se sumaron los municipios de San Gabriel, Zapotlán el Grande, Casimiro Castillo, El Grullo, Villa Purificación, Atenguillo, Atoyac, Cuautitlán de García Barragán, Ejutla, El Limón, Mascota, Mixtlán y Santa María del Oro. Pero siguen excluidos Zapopan y Tlaquepaque, donde también se registraron inundaciones a causa de las lluvias generadas por el fenómeno meteorológico.
Lo anterior se refuerza con la defensa que el mandatario federal defiende la desaparición del Fonden y al afirmar que ahora la ayuda del gobierno se realiza a través de censos directos, en los hogares que se han visto afectados. “A las personas que resultaron afectadas se les entrega despensas y electrodomésticos”. Bien, pero en caso de que estas “ayudas” lleguen a recibir todos los afectados, con un poco de alimentos, cabe preguntar si unas estufas, lavadoras u otros enseres podrán reparar los destrozos de sus viviendas, las carreteras, los daños en la agricultura entre otras afectaciones.
Todos los comentaristas serios coinciden que sin fondos de contingencias, aunque la voluntad de ayudar sea mucha, no hay forma de hacerlo y menos cuando el presupuesto se dedica a obras y programas que no sirven para atender las necesidades que se presentan en las emergencias por desastres naturales. Basta mencionar que de acuerdo con estimaciones del Gobierno de Jalisco, el paso del huracán "Nora" y las lluvias del presente temporal dejaron una estela de daños en más de 20 municipios de Jalisco. Las afectaciones son de más de 500 millones de pesos. Tan solo en Puerto Vallarta los daños ascenderían a 350 millones de pesos. En San Pedro Tlaquepaque, hay 1078 viviendas con afectación, sin contar los establecimientos comerciales.
En Zapopan, 90 Viviendas de tres colonias con afectaciones, 19 Vialidades dañadas; Puerto Vallarta,100 viviendas con daños ,300 comercios afectados, daños en el Mercado Municipal del Río Cuale, daños en escuelas, vialidades, puentes vehiculares y peatonales; Ejutla y El Limón, al menos 30 casas con daño. Según la Secretaria de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sader), en la agricultura, por lo menos 12 mil 200 hectáreas de cultivos comerciales fueron dañadas por el Huracán “Nora” que azotó la costa jalisciense, tres mil 380 hectáreas de plátano, mil 90 de maíz y mil 500 de chile y con graves daños en otros cultivos como limón, mango, papaya y piña.
El Gobierno lopezobradorista eliminó el Fondo Nacional de Desastres Naturales que en el pasado se instituyó para, precisamente, contar con el presupuesto necesario para atender a la población afectada y la infraestructura de las regiones devastadas. AMLO desapareció los fideicomisos en plena temporada de huracanes y al parecer también de temblores. Hoy, ante las fuertes tormentas que están provocando múltiples inundaciones, así como una crisis sanitaria de graves riesgos, debido a que las aguas negras llegan a alcanzar hasta cinco metros de altura, López Obrador está dejando solos a los afectados. A mitad del sexenio, el propio presidente se echó la soga al cuello, al quedar sin recursos para ayudar a la gente en caso de desastres naturales y además de que exhibe su falta de solidaridad con la población afectada, dañada de forma irreversible, y lo único que le preocupa es su popularidad.
A partir de la desaparición de los 109 fideicomisos de ciencia, tecnología y ambiente, expertos en temas medioambientales han estado advirtiendo en diversos foros internacionales que México no está preparado para afrontar futuros fenómenos. De igual manera, advierten que a causa del cambio climático, los desastres naturales se van a seguir presentando. Por lo que urgen medidas para prevenir y afrontar exitosamente los impactos de la naturaleza mismas que pueden ser agravados por la negligencia del Gobierno federal.
Obviamente que esta tarea no puede ser confiada a un personaje encumbrado. Pues, no solo se necesita la restitución del Fonden, sino la creación de todo un sistema de medidas de protección de la población, la economía y el medio ambiente contra los efectos de potenciales fenómenos destructivos. En estos momentos muchos mexicanos sin apoyo gubernamental están afrontando pérdidas materiales y la vida de algún ser querido por las inundaciones y los temblores. Estas tragedias por la furia de la naturaleza podrán ser evitadas o reducidas al mínimo consecuencias, solo cuando el pueblo consciente y organizado tome en sus manos las riendas de la nación.
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