Los mexicanos se encuentran en un torbellino de falsedades esgrimidas al calor del populismo engañoso, desde las filas partidistas creadas por el expresidente Andrés Manuel López Obrador hasta la fecha reciente, donde ha sido inexistente la transformación para nuestras familias, que en su gran mayoría se debaten en la pobreza y en la creciente inseguridad, sin oportunidades para un crecimiento sostenido y de progreso, sin educación de nivel, sin empleo, sin un presente o futuro promisorio.
Es evidente que con promesas incumplidas es como se ha gobernado en México por parte de los morenistas, que actualmente se siguen peleando por el poder y que en los hechos aglutinan múltiples fracasos.
Ha sido de ese tamaño la tragedia gubernamental esgrimida por quienes, desde los reductos del Movimiento de Regeneración Nacional, se atrevieron a mentirle a su pueblo, a condenarlo a recibir regalías para callar bocas, para coartar libertades y crear sumisos y esclavos a sus crecientes equivocaciones.
Porque, independientemente de las regalías que se otorgan a las personas de la tercera edad, es evidente que ahí se inició la tramposa existencia morenista, donde si ayudas a los abuelos tendrás el respaldo de los hijos y de los nietos.
Pero el asunto no se reduce sencillamente a quienes han sido utilizados por Morena para contar con simpatía, se debe decir que México está sumergido en la desesperanza, que la famosa cuarta transformación jamás existió y que hoy se revela el verdadero rostro de su promotor, López Obrador, derrotado por su propia lengua.
En su momento, el excanciller Jorge Castañeda escribió:
“AMLO asumió el 1 de diciembre de 2018 con promesas de mejorar la economía de México, reducir la pobreza y la desigualdad, hacer frente a la corrupción y a la violencia y fortalecer la joven democracia del país” (Project Syndicate).
Sin embargo, todo resultó un fracaso porque, junto con los morenistas, no mejoró la economía del país, la pobreza se incrementó, mientras los servicios más elementales para los mexicanos se empantanaron, tales como la educación, la salud, el empleo y la seguridad, entre otros.
Es evidente que una pandemia seguida de recesión global no es algo muy propicio al crecimiento económico o a la reducción de la desigualdad. Desde el inicio de 2020 hasta el final de 2021, más de tres millones de mexicanos cayeron en la pobreza.
A pesar de los programas sociales de la llamada cuarta transformación para los ancianos, los estudiantes de secundaria y los pueblos indígenas, el país no logró mejoría en materia de desigualdad y pobreza.
Entre las promesas que no se cumplieron está la delincuencia violenta. La tasa de homicidios por cien mil habitantes tuvo un marcado aumento en 2019 y en la primera mitad de 2020; y, aunque se desaceleró un poco en 2022, siguió siendo más alta que durante el mandato de Peña Nieto.
Morena y su famosa transformación le aplicaron a México una economía que no arranca, corrupción, violencia, la erosión de la democracia y un ejército con nuevos poderes, aunado al encarecimiento de la vida con exorbitantes cobros por los diversos servicios y energéticos, donde tampoco la gasolina disminuyó su costo.
Se ha engañado a la población, diciendo una cosa y haciendo otra. No se redujeron a la mitad los homicidios dolosos ni se alcanzaron las metas de crecimiento económico, tampoco se aclaró el caso Ayotzinapa.
Aunado a ello, se han realizado obras suntuosas que de nada han servido a los mexicanos. Por ejemplo, está el famoso Tren Maya, con un costo que superó en casi cuatro veces lo planteado originalmente, además de ocasionar graves daños ambientales.
Otro de los temas que no se lograron erradicar fue el del espionaje, ya que desde que arrancó el gobierno emanado del Movimiento de Regeneración Nacional se utilizó un software que adquirió la Secretaría de la Defensa Nacional en 2019 para espiar equipos telefónicos de periodistas, personas defensoras de derechos humanos, legisladores de oposición y organizaciones como el Centro Prodh, ONG que acompaña a las familias de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Tampoco fuimos Dinamarca en el aspecto de la salud, ya que no se logró garantizar la atención médica y medicamentos gratuitos. Durante dicho gobierno se dejó a seis millones de niños sin vacunas entre 2019 y 2020, lo que causó el incremento de casos de enfermedades prevenibles en menores de cinco años.
La falta de medicamentos en las instituciones creadas por los morenistas, después de ordenar el cierre del Seguro Popular, registró miles de juicios de amparo exigiendo la entrega de medicamentos a los pacientes.
Es evidente que con promesas incumplidas es como se ha gobernado en México por parte de los morenistas, que actualmente se siguen peleando por el poder y que en los hechos aglutinan múltiples fracasos que bien podrían ameritar el juicio político, mismo que, con la composición avasalladora de Morena en la Cámara, no será posible. Jamás se podrá castigar a los responsables de la lastimosa condición que se vive en la nación entera.
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