Es imposible no expresarse ante el dolor que deben estar pasando los 10 mineros atrapados en las entrañas de la tierra de Sabinas, Coahuila, tras el derrumbe de la mina de carbón donde laboraban el pasado 3 de agosto; asimismo, sus familiares sufren la incertidumbre de su estado de salud con horas de angustia que se hacen eternas, pues las autoridades estiman que el rescate será a la mitad de esta semana.
Los hombres que laboran en esta arriesgada actividad se encuentran inmersos en una pobreza desmedida y por esta razón se adentran en las minas para llevar alimentos a sus familias. Además, las poblaciones en las que radican no cuentan con servicios de salud, vivienda digna y no alcanzan los recursos para la educación de sus hijos.
La minería es una de las labores más peligrosas debido a las malas condiciones en que trabajan, para ello basta citar estas cifras: 7 de cada 10 muertes se debieron a siniestros; es decir, no fueron accidentes, sino el resultado de las pésimas condiciones de trabajo; 2626 mineros quedaron incapacitados de forma permanente y de los 111 mineros fallecidos entre 2007- 2017, solo el 39.6 por ciento tenía registro ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Desde el año 2011, se documentó que, en la Región Carbonífera de Coahuila, únicamente el 40 por ciento de las excavaciones eran legales, a pesar de ello ya se contaba medio centenar de trabajadores fallecidos por explosiones o derrumbes y según datos disponibles en la zona se extrae el 99 por ciento de carbón mineral producido en el país.
Con los datos del comunicado de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, supimos que los mineros atrapados laboraban a 60 metros de profundidad cuando se encontraron con un flujo de agua subterránea que provocó que el túnel se viniera abajo en la mina conocida como “Las Conchas” en la comunidad de La Agüita; uno de ellos logró escapar dando la voz de alerta a pesar de que también se encontraba afectado.
De la sobreexplotación de los recursos naturales y del hombre se benefician las familias ricas de México y de otras naciones. Trascendió que el salario promedio de un obrero con contrato es de 9,380 pesos al mes, es decir aproximadamente 312 pesos diarios, según informes de Data México.
Por otra parte, quienes trabajan de manera informal perciben unos 5,500 pesos mensuales aproximadamente, lo que representa tan solo 183 pesos diarios. La zona de la que hablamos se caracteriza porque no hay fuentes de empleo mejores, por lo tanto, a pesar de las condiciones laborales muchos de los mineros no tienen otra opción que extraer el carbón a como dé lugar para venderlo y poder conseguir algo de alimento arriesgando sus propias vidas.
A más de cuatro años del gobierno de Morena nada ha cambiado, siguen las mismas prácticas en la minería y otras industrias que dan facilidades para que los ricos exploten al máximo los bienes naturales que debieran ser de todos y se permite que sigan acumulando las riquezas que jamás podrán gastarse en su vida, ahorrándose lo más que se pueda en el equipamiento de los sitios de extracción provocando tragedias lamentables como la que hoy comentamos.
Claro que esto no es nuevo, ya con el gobierno de la 4T se anunció que abrirían otra mina derrumbada para dar con los cuerpos de los mineros atrapados en la denominada “Pasta de Conchos”, cosa que no se hizo y ahora tiene enfrente una nueva tragedia que esperamos no haya que lamentar la muerte de más hermanos mexicanos.
Por estas razones, los ciudadanos debemos denunciar el desempeño del Gobierno federal a cargo de Andrés Manuel López Obrador, que acude en auxilio de los pobres sólo cuando se trata de tragedias, pero el resto del tiempo los mantiene callados y alejados buscando conformarlos con el dinero que entrega con los programas sociales.
Debemos aceptar que el dinero de las becas y de la pensión son solo migajas en comparación con toda la riqueza que acumulan los empresarios que son los amigos del presidente, todos ellos pertenecen a la misma clase social y por esto les ha brindado todas las facilidades para extraer las riquezas de las profundidades de la tierra usando la fuerza obrera como se hacía antes, lo que sucede también en las fábricas y en los campos agrícolas, por lo tanto todos los trabajadores de México deben organizarse para exigir mejores condiciones de seguridad en el trabajo y aumento de los salarios aunque no le guste a los de la transformación.
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