Desde principios de mayo de este año se tuvo conocimiento de que en nuestro país había 159 incendios forestales activos, en lo que se denominó la segunda ola de calor del año, con una alerta del Servicio Meteorológico Nacional por las altas temperaturas de arriba de 45 grados presentadas en por lo menos doce estados de la república.
Por su parte, la Comisión Nacional Forestal informó que los incendios forestales se extendieron a 75 mil 474 hectáreas y que 30 de estos ocurrieron en áreas naturales protegidas. Aunado a esto, al menos unos 20 millones de habitantes en distintas zonas del país han sido afectados por la sequía, debido a la falta de precipitaciones pluviales.
La causa de estos incendios descontrolados, en su mayoría, se debe al sobrecalentamiento de la tierra, en donde los terrenos son bastante áridos por la sequía prolongada que se tiene en la mayoría del territorio nacional.
Los estados más afectados son: Veracruz, Michoacán, Estado de México, Oaxaca, entre otros. En Veracruz se han presentado incendios en el sureste: Maltrata, Ixhuacán de los Reyes y Las Minas.
Michoacán es otro de los focos rojos de atención con doce siniestros, entre los que se encuentran las regiones de Tumbiscatío, Apatzingán, Chilchota, Pátzcuaro, Tuxpan, Morelia, Hidalgo, Angangueo, entre otros.
En el Estado de México se tiene el reporte de nueve incendios activos que afectan directamente la calidad del aire en la Ciudad de México, influyendo en las continuas contingencias ambientales que se han presentado.
Oaxaca es otro de los estados en medio de la tensión por cinco incendios activos, al igual que Jalisco y Chihuahua; también hay presencia de incendios en Durango, Morelos, Guerrero, Zacatecas y Nuevo León.
Nuestro país está atravesando una severa crisis por la propagación de los incendios forestales en diferentes estados, donde las condiciones como la sequía presente resultan adversas para evitarlos y atacarlos, así como las escasas lluvias que han favorecido que las llamas se propaguen, poniendo en riesgo a la sociedad civil, porque han alcanzado algunas viviendas, dejando a decenas de familias sin hogar y a la deriva en los estados de Veracruz y Oaxaca.
La Comisión Nacional Forestal (Conafor) debe atacar los incendios forestales en nuestro país, ya que en sus objetivos se lee que “debe favorecer e impulsar actividades productivas, de conservación y restauración en materia forestal, esto en coordinación con la Dirección de Protección Civil”, instancia dependiente del Gobierno federal.
Sin embargo, debido a los graves recortes que esta administración morenista ha hecho a distintos organismos de Gobierno, la Conafor, entre ellos, ha sido severamente afectada.
“La Conafor tuvo un presupuesto aprobado de 4 mil 391 millones 393 mil 228 pesos en 2018, año en el que inició el mandato de AMLO; para 2019 pasó a solo 2 mil 765 millones de pesos (reducción del 37.1 %); en 2020 fue de 2 mil 562 millones 619 pesos (reducción del 41.7 %); para los dos años siguientes 2021 y 2022, fue de 2 mil 840 millones de pesos (reducción del 35.4 %); en 2023, 2 mil 533 millones 842 mil pesos (reducción del 42.9 %); pero para 2024 el presupuesto de la Conafor tuvo un drástico recorte de casi el 50 % comparado con 2018, asignándose 2 mil 672 millones de pesos”, según el sitio de noticias Infobae (27 de marzo de 2024).
Ante esta grave situación provocada por los incendios, el Gobierno federal, como en muchas cosas, no tiene control y la situación se le ha salido de las manos, pues no hay respuesta ni dinero para atenderlos.
Debido a los recortes, la Conafor carece de material, equipo y personal para atacar los incendios forestales, que no solo representan pérdidas en la flora y fauna de muchas áreas protegidas que han sido afectadas, sino del patrimonio de familias a las que han alcanzado las llamas.
También están ocasionando focos de contaminación que afectan desmedidamente el aire que respiramos y, por ende, nuestra salud por las altas concentraciones de gases y partículas de materiales que alimentan el fuego, como ozono, monóxido de carbono y dióxido de nitrógeno, contaminantes relacionados con enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Datos oficiales del Gobierno de la república señalan que del 1 de enero al 13 de junio de 2024 se han registrado 5 mil 837 incendios forestales en 32 entidades federativas, en una superficie de 619 mil 761.73 hectáreas.
Aunado a estos graves recortes, este Gobierno extinguió 109 fideicomisos en 2020, dentro de los cuales se encontraba el Fondo Sectorial Conacyt-Conafor para la investigación, el desarrollo y la innovación forestal.
Estos recortes han afectado en gran medida la investigación para crear un mecanismo más eficiente en la labor de apagado de incendios; por lo tanto, el número de incendios que la Conafor tiene que atender ya rebasó por mucho el presupuesto con el cual contaba esta dependencia y le impide cumplir con sus funciones de manera correcta.
“El 25 de marzo pasado, la Conafor indicó que los entonces 52 incendios forestales eran combatidos con solo 1,300 empleados”, según el sitio de noticias La Silla Rota (28 de marzo de 2024).
“Uniformes viejos, sin las especificaciones técnicas de protección contra incendios; equipo caduco, vehículos de campo deteriorados e inseguros, y un sueldo miserable que no va con los riesgos que combatientes de incendios de la Conafor enfrentan a diario”, según el diario La Crónica (8 de mayo de 2024).
Todo esto, como ya se dijo, se debe a las reducciones del presupuesto.
Es urgente que las autoridades doten de recursos a la Conafor, para que pueda apagar los incendios, porque se está poniendo en riesgo a la ciudadanía y al ecosistema. Vecinos han tenido que intervenir a falta de personal capacitado.
“Cinco brigadistas y un policía han muerto en el incendio de Donato Guerra, en el Estado de México”, según el sitio de noticias Euronews (27 de marzo de 2024)
De la desgracia humana anterior, seis difuntos. ¿Y el presidente? ¿Qué hace y qué dice el presidente? En sus mañaneras no ha dicho absolutamente nada al respecto. Y mucho menos ha hecho nada; fiel y aferrado a su errada política.
Los mexicanos conscientes demandan que las autoridades se pongan a trabajar y resuelvan este grave problema. Que se destinen recursos para combatir los incendios y que no se siga malgastando el dinero del erario en obras fracasadas.
El aeropuerto AIFA no despega aviones; la refinería Dos Bocas no refina ni una gota de gasolina, y el Tren Maya se descarrila. Son obras que tienen tiempo “inauguradas” y siguen succionando a raudales dinero del erario.
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