En días recientes se publicó el Reporte de Desigualdad Mundial 2022 con los datos más actualizada y el análisis más completo sobre el fenómeno de la desigualdad económica en el mundo. Es un trabajo importante porque contribuye a reconocer la magnitud de la desigualdad de la distribución de la riqueza entre los individuos y los países; así como comparar qué países tienen mejor y peor desempeño y en qué reside la diferencia. El trabajo muestra que, dada la capacidad productiva actual de la sociedad, si el ingreso generado por la economía se repartiera por igual, cada individuo podría tener una vida sin carencias (de más de 16 mil euros anuales per cápita). Sin embargo, la desigualdad en la distribución del ingreso es tan grande y trasmina tanto el resto de los problemas sociales (las crisis: sanitaria, medioambiental, de seguridad, etc.) que sin duda es el fundamental. El 10% más rico acapara la mitad del ingreso global. La distribución desigual del ingreso se alimenta, a su vez, de la concentración privada de la riqueza, de los medios para producir. El estudio muestra que, si bien el ingreso está concentrado en pocas manos, la riqueza lo está aún más. El 10% más rico posee tres de cada cuatro pesos acumulados. La desigualdad condena a la pobreza a miles de millones de personas y a cientos de países porque impide que puedan desplegar sus capacidades productivas y los deja a expensas de los pocos que poseen la riqueza. Asimismo, el reporte expone que, mientras que la riqueza en manos privada aumenta, la que poseen los poderes públicos ha caído sistemáticamente desde la década de los setenta.
El caso de México no es particular en cuanto a la distribución del ingreso; pero sí lo es por la dimensión y la persistencia de su desigualdad; es uno de los países más desiguales y durante todo el Siglo XX no se registró ningún periodo de reducción de la desigualdad -aunque sí de la pobreza, resultado del rápido proceso de industrialización- como sí ocurrió en Europa, Asia y Norteamérica. En los últimos 21 años, la acaparación del ingreso por parte del 10% más rico ha rondado entre el 55% y 60% del total. Actualmente, el ingreso promedio de un individuo del 10% más rico es 30 veces mayor que el de un individuo del 50% más pobre. Si estuviéramos hablando de un pastel de un kilogramo, al 10% de la población más rica (los 13 millones más adinerados del país) le corresponderían 574 gramos y a la mitad más pobre (50%: los 65 millones más necesitados) de la población, 92 gramos. Y, sin embargo, la situación empeora todavía cuando se trata de la riqueza. En este caso, sumando todos los bienes y restando las deudas que tiene el 50% de la población más pobre el resultado es negativo; es decir, que el pobre de México no solo no posee nada hoy, sino que parte del ingreso que perciba mañana tendrá que usarlo para saldar sus deudas. Mientras, el 10% más rico posee 78% de la riqueza de México. También entre los ricos hay los que lo son más: el 1% (apenas un millón de la población) concentra 47% de toda la riqueza del país.
El mundo está dividido en dos, por un lado, están los que poseen la riqueza y, por otro, los que solo poseen deudas. En México esta es particularmente cierto. La estrategia de la 4T para combatir esta polarización, la de ayudas monetarias directas, es muy insuficiente y ocurre a costa de la inversión pública productiva y social. Entre los países que abarca el reporte hay ejemplos de cómo hacerlo mejor, se sugiere como mejor mecanismo para que el desarrollo económico alcance a todos los sectores, una reforma fiscal progresiva. Una reforma fiscal que este gobierno se niega a hacer y que, con su negativa, implica menos crecimiento y más pobreza para las mayorías. En este rosario de datos penosos uno solo nos beneficia: el número que refiere a nuestra mayoría. Hay que hacerlo valer, hay que unirnos en esta causa que no es común a los millones de pobres del país.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario