A los mexicanos cada vez nos cuesta más completar el dinero para cubrir todas las necesidades de las familias, hay temas que no pueden esperar, como la compra de los alimentos o el curarse de una enfermedad, que son asuntos prioritarios. No queda otro camino más que acudir al endeudamiento a través de préstamos en cajas de ahorro, de créditos bancarios, con familiares y desde luego pedir fiado en las tienditas con su respectiva promesa de pago.
La última salida es acudir, con desesperación, a estas medidas que, desde luego, son una oportunidad para solventar los problemas urgentes de las familias, pero por otro lado representan una fuente de enriquecimiento para quienes cobran intereses altos por el favor. Y esto sucede debido a la falta de empleos y solvencia económica, así que esos mismos créditos se irán a morosidad registrando un aumento marginal en el que será imposible pagarlos e inicia un círculo donde se pide prestado porque no se tiene dinero y luego ¿cómo se hará para pagarlo, será con otro préstamo? Si esto es así, la persona habrá caído en un punto del que será muy difícil salir.
En fecha reciente, se dio a conocer que para pagar la comida de una sola persona se necesitan mil 979 pesos cada mes, esto de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), organismo que dio a conocer que, durante el mes de abril del 2022, la canasta alimentaria en las regiones urbanas registró un incremento de precio de 12.4 por ciento.
Y para el caso de las zonas rurales, son necesarios mil 522 pesos mensuales en el pago de comida de cada persona, puesto que la canasta básica se encareció 13.3 por ciento en comparación con el mismo mes del año pasado.
El segundo caso revela que es más barato sobrevivir en el campo que en la ciudad, pero para adquirir los alimentos de una familia de cuatro personas se requiere casi todo el ingreso que generen, sin tomar en cuenta que deben cubrirse gastos como el pago de recibos de luz, agua, internet, en medicinas, gas, por consiguiente, no queda dinero para cosas menos importantes pero necesarias, tales como el esparcimiento.
Así que, ante la urgencia de comprar la canasta básica voluntariamente, los mexicanos se someten a trabajar para solventar todas las deudas que se generan sin poder ahorrar, pues no sobra dinero y en la mayoría de los casos apenas toman sus quincenas y es para repartirla a las cuentas, o bien ya ni siquiera les llegan sus pagos pues se van directos a cubrir los créditos.
Usar los créditos bancarios momentáneamente resuelve un problema que a la larga se complica sobre todo cuando suben los intereses que pocas personas saben manejar, y que al no tener conocimiento del uso de las tarjetas se hacen deudas impagables mismas que deben cubrirse con títulos de autos y escrituras de viviendas que fueron garantía del respaldo financiero, perdiendo lo poco que tenían las personas.
Desde luego que a los dueños de los bancos les interesa vender y luego recuperar su inversión, por eso da facilidades para enganchar a los necesitados con el discurso de que son la solución a todo, por eso se debe tener cuidado, con el simple hecho de aceptar la tarjeta ya comienza a deber mensualidades.
A pesar de que en México, la mayoría de gente vive con deudas, los gobiernos no implementan medidas para traer mejores ofertas de empleo con salarios dignos y decorosos que permitan a los mexicanos tener una vida digna como producto de su trabajo productivo, ante eso urgen políticas públicas que vean por el pueblo, y no como ha pasado con la 4t, que ha ayudado con el Estado a que los ricos incrementaran su poder y a los pobres se les conforma con los apoyos del bienestar que no representan ninguna pérdida para los multimillonarios de siempre.
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