Los especialistas en pedagogía e instituciones educativas han dicho, una y otra vez, que la pandemia de covid-19 ha provocado un gran daño en la educación básica, y que los niños menores de 8 años son los principales afectados.
“El gobierno federal en un actuar inteligente debería tomar medidas urgentes para reparar los daños causados en la educación de los niños, niñas y adolescentes tras la interrupción provocada por la pandemia de covid-19”, señaló Human Rights Watch en un informe publicado semanas atrás.
Pero se trata de un daño educativo a niños y niñas que había empezado años antes de la pandemia, justo cuando inició el gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador, y eliminó las estancias infantiles que eran parte del sistema de la economía del cuidado.
Ese daño se recrudece porque tiene como fuente problemas preexistentes como la pobreza; uno de cada cinco niños estaba sin escolarizar desde antes de la pandemia, según datos de la ONU. Hoy el gobierno mexicano lopezobradorista, con las medidas educativas tomadas, le da el tiro de gracia a la educación mexicana.
La 4T, en un arrebato para obtener recursos para cumplir los deseos de López Obrador, decide la cancelación de las Escuelas de Tiempo Completo (ETC), programa que operaba en el 70 por ciento de los planteles indígenas y rurales, y donde el 55 por ciento de los estudiantes beneficiados estaban por debajo de la línea de pobreza.
En las ETC los niños y adolescentes tenían entre 5 y 14 años, y viven en zonas de mucha vulnerabilidad económica.
“El programa Escuelas a Tiempo Completo era un igualador social, una muestra de política pública buena para la equidad, la seguridad y el desarrollo”, comentó Ana Razo, investigadora en prácticas educativas del CIDE, quien advirtió que será una pérdida significativa en el desempeño escolar de los estudiantes apoyados por este programa.
Las evaluaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política y el Desarrollo Social (CONEVAL), encontraron que de 2007 a 2017, las ETC fueron el mejor programa de equidad para evitar el rezago escolar.
Pero hay datos más reveladores para México; según las últimas mediciones de la prueba PISA el 35 por ciento de los estudiantes no tuvo un nivel mínimo de competencia adecuado en las tres áreas de conocimiento. El nivel socioeconómico y la pobreza de los niños, niñas y adolescentes que aplicaron el examen tiene una fuerte correlación con su rendimiento en lectura, matemáticas y ciencias. Los estudiantes de mejor nivel de económico superaron a los de menor nivel de ingreso, en cerca de 81 puntos en la prueba.
Los datos de México, en comparación con los promedios de los países de la OCDE, muestran significativas deficiencias en el desempeño de los estudiantes. En el promedio de la OCDE, una lectura, por ejemplo, se encuentra en 487 puntos, mientras que el de México es de 420, con lo que el país queda en el tercio inferior de desempeño general.
En matemáticas, la diferencia es aún mayor, ya que la OCDE tiene 489 puntos y México apenas alcanza 409 puntos.
La educación es sinónimo de desarrollo y es necesario impulsar la continuidad de los estudios motivando a los estudiantes desde las edades más tempranas, y aquí la comprensión lectora es crucial para el desarrollo infantil, sin embargo, en un contexto de pobreza, como el de México, resulta en un alto porcentaje de niños con muy bajo desempeño en dicha habilidad.
La comprensión lectora, como la habilidad del niño para construir la representación mental del significado de un texto escrito, constituye el principal mecanismo mediante el cual se incorporan nuevos conocimientos, que sin ellos el niño se pierde en los peores males de la sociedad.
Por lo anterior decimos que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) condena a millones de niños y niñas a vivir en la ignorancia con la eliminación de las ETC.
No debemos permitir que la 4T, con AMLO como brazo ejecutor, acabe con las escuelas de tiempo completo y con el futuro de los niños y niñas; no hay más que organizarse y luchar para echar atrás al mal gobierno de la Cuarta Transformación.
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