Reconocer el espíritu de progreso que animó la vida de Don Margarito Delgado Maldonado nos condujo a identificar los resultados de su gran esfuerzo, el cual fue continuo, perseverante, exigiendo de palabra y con los hechos.
Pudo quedarse en Estados Unidos, pero su idea era clara: primero, estar cerca de sus hijos para alentarlos en su tarea de estudiar una carrera y, con su presencia, demostrarles que unidos eso era posible. Segundo, luchar con su pueblo para mejorar su comunidad y, con ello, su vida.
Don Margarito y su hija Simona nos están mostrando el camino a seguir para enfrentar nuestra realidad: organizarse, educarse, organizarse, educar.
Y no se equivocaba. Sus hijas lo escucharon, primero Simona, quien ya había estudiado su bachillerato en la capital del estado y había cursado un semestre en la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Fue invitada a la Casa del Estudiante General y Profesor Alberto Carrera Torres, a donde se integró para poder continuar sus estudios.
En un inicio, el contraste, la disciplina y la exigencia le hicieron abandonar la casa; ante la opinión de su padre de que regresara y el llamado de la casa, se reintegró.
No necesitó mucho tiempo para incorporarse a las tareas con entusiasmo y dedicación, mismos que la llevaron a destacar y ganarse el liderazgo de los jóvenes estudiantes, siendo nombrada su representante. Fue elegida presidenta de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez en Tamaulipas.
Su hermana Adela también se integró a la casa junto con otra estudiante del ejido; en un primer intento, las dos abandonaron la casa.
Nuevamente, Don Margarito habló con Adela, al igual que con Simona, logrando que se reincorporara. Hoy, Adela es licenciada en Derecho. La Casa del Estudiante es un gran apoyo para el pueblo trabajador.
La situación política, económica y social del país en esos años se recrudeció ante las alternancias en el poder político, generándose a nivel nacional una inseguridad y una alteración de la vida cotidiana de los mexicanos que, en lugar de solucionarse, se ha venido extendiendo en todo el país.
Esto provocó que el paso a Estados Unidos se dificultara, lo que impidió que las familias siguieran mandando a sus hijos a ese país y, por tanto, exigieran educación para ellos en el país.
Los obreros, los colonos y los campesinos, padres de los jóvenes que terminan su educación media superior, ellos mismos y los universitarios, ante esta situación, se organizan y solicitan al gobierno educación.
Es aquí donde Simona encabeza la lucha, tanto para que se tenga educación media superior en las regiones más desprotegidas de la geografía tamaulipeca como para que los jóvenes egresados de ese nivel tengan pase directo a la educación superior.
Encabezan también una lucha fuerte para que, al término de sus estudios de bachillerato, ingresen a la universidad, basados en el artículo tercero constitucional, que garantiza la educación laica y gratuita a los mexicanos. Así como luchan por mejorar las condiciones de la Casa del Estudiante para que los pueda albergar y proporcionar las condiciones básicas para su estudio: dormitorios, comedor, biblioteca, sala de cómputo, internet, instalaciones deportivas, culturales, etcétera.
Y es aquí donde se materializa la fuerza del espíritu progresista del compañero Margarito Delgado Maldonado, en la dirección comprometida, entusiasta y valiente de su hija, la presidenta de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez, que no solo cumple el sueño de Don Margarito con la proeza de estudiar dos carreras, sino que hace que avancen tanto las gestiones para materializar los bachilleratos y las casas del estudiante como el pase directo a la universidad.
Días aciagos estamos viviendo los mexicanos —y el mundo— con las amenazas y acciones de los representantes del capital (Trump), que, ante su cada vez mayor pérdida de ganancias, han vuelto al proteccionismo de mercado, abjurando de su invención del “libre mercado”, que, cual búmeran, se ha vuelto hacia ellos.
Ver las deportaciones de inmigrantes, el incremento de aranceles (impuestos), con el resultado de pérdida de empleos y el maltrato a los mexicanos y latinoamericanos, estigmatizados como delincuentes, cuando son quienes han contribuido a hacer lo que es Estados Unidos.
Y junto con esto, las medidas del gobierno: anuncia la Secretaría de Educación Pública que la educación media superior (el bachillerato) está exenta de examen de admisión y cuotas, es decir, pase directo y automático.
Desde hace 50 años, nuestra querida organización no sólo ha enarbolado esa demanda, sino que la ha llevado a la práctica a lo largo y ancho del país. Esto nos debe hacer ver cómo Don Margarito y su hija Simona nos están mostrando el camino a seguir para enfrentar nuestra realidad: organizarse, educarse, organizarse, educar.
Estudiantes provenientes del pueblo trabajador, estudiantes en general, el pueblo los necesita, ustedes tienen la palabra.
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