Hace tiempo, les compartí en una opinión como esta mi postura ante el acelerado crecimiento económico del puerto de manzanillo; decía yo que no se corresponde con el desarrollo social. Y con la situación que acontece en nuestro municipio, confirmo mi postura, y con mucho respeto quiero compartirles por qué lo creo así.
Desde hace algunos años, el puerto de Manzanillo ha tenido una evolución importante en el tema económico, a partir de que se amplió y mejoró la infraestructura con inversiones millonarias en el puerto interior, el movimiento de la carga contenerizada ha sido mayor, y con ello la derrama económica. Hemos visto cómo nuestro puerto se ha convertido en uno de los puertos más importantes del país, compitiendo solo con el de Veracruz y Altamira Tamaulipas. Gozando también de un lugar privilegiado en América Latina, pues se ubica en el cuarto lugar, “con el despacho de 3.3 millones de contenedores al año, Manzanillo es en la actualidad el cuarto puerto marítimo más importante de América Latina y apuesta a ocupar el segundo sitio –sólo después del Puerto Libre de Colón en Panamá” (El Economista, junio 2022).
Según la Agencia Nacional de Aduana de México, la aduana de Manzanillo se ubicó entre las 10 primeras, al recaudar 40 mil 640 millones de pesos durante el primer trimestre del año pasado. (www.opportimes.com 09 de junio 2022) Nada despreciable. Sin embargo, de esa ingente cantidad de dinero, es evidente que muy poco sirve para mejorar las condiciones de nuestro bello puerto, el que existe fuera de las fronteras que resguardan toda la mercancía que se lleva y trae. Y eso se puede notar con un simple recorrido por nuestro municipio.
Acompáñenme a hacer este recorrido mental. Primero, una entrada con infraestructura vial insuficiente, apenas reparada hace muy poco, pero que sigue siendo insuficiente, calles y avenidas principales con falta de mantenimiento, como la avenida Elías Zamora Verduzco, que casi siempre tiene baches, el boulevard Miguel de la Madrid, que solo está arreglado en la parte turística, pero por la zona habitacional, donde se ubican las colonias de Tapeixtles, la 16 de septiembre, Bellavista, Las Joyas, Banco Ejidal y San Pedrito, casi siempre tiene desperfectos, y en tiempos de lluvias inevitablemente sufre inundaciones de moderadas a graves. El libramiento Manzanillo-Cihuatlán carece de iluminación, y mantenimiento constante, y es cada vez más, escenario de graves accidentes que han causado muchas muertes.
De la carretera Manzanillo - Minatitlán, ya saben ustedes el infierno que representa para todos los que deben circular por esa única carretera para llegar a la zona alta del municipio a las comunidades de Jalipa, Punta de agua, Puertecito de lajas, Canoas, y otras más, y ahí han sucedido ya accidentes terribles, como el último donde una pareja murió aplastada sobre el asfalto, al pasarles un tráiler encima, y el congestionamiento vial que nos atrapa de 1 o hasta 3 horas, además de estar en pésimas condiciones, pues está llena de baches, no tiene iluminación y está totalmente abandonada.
Y en la zona norte de la ciudad, para donde se ha extendido el desarrollo habitacional, la carretera Santiago – Chandiablo, que es utilizada por aproximadamente 15 mil habitantes de las colonias Orquídeas, La floresta, Miravalle I y II, Los Altos, Valle Paraíso, Senderos, Lomas del Carmen, Terraplena, Chandiablo, y todas las comunidades de la zona alta, hasta llegar a Camotlán de Miraflores; es una carretera en total abandono, pues carece de los complementos necesarios: drenes pluviales, iluminación, topes, semáforos, banquetas, y el mantenimiento continuo. Desde hace 3 años que con la temporada de lluvias quedó prácticamente destruida de un carril, no se le había hecho absolutamente nada, incluso fue una excelente fuente empleo informal, pues familias enteras acudían a bachear con sus propios manos y artefactos y solicitando una moneda a cambio, que por supuesto la población correspondía. Y es aquí donde no se notan las abundancias que genera el puerto, pero sí las severas consecuencias, pues debido al aumento de la actividad portuaria, es notable el aumento de embotellamientos en las avenidas principales y, por supuesto, el deterioro de las mismas y la creciente inconformidad de los habitantes. Por ello es que las autoridades se han dignado en implementar algunas acciones para aminorar las molestias, pero no para erradicar el problema de raíz.
Veamos un ejemplo concreto, la reparación de esta última vialidad que menciono. Primero, hubo incumplimiento en la fecha de inicio, pues desde diciembre del año pasado se esperaba la reparación porque así se había prometido, pero apenas en días pasados se ejecutó. En días pasados la gobernadora mencionó lo siguiente: “Hubiéramos querido hacerlo antes, pero los recursos no siempre están disponibles cuando deseamos, además que había que pagar primero una serie de compromisos y deudas que nos heredaron cuando nos dejaron un estado en quiebra” (Diario Colima, 17 de enero 2023). ¿A cuáles compromisos se referirá y con quién? No lo sabemos, pero para con sus gobernados, está claro que no.
Segundo, la inversión que se realizó fue de seis millones 925 mil 110.71 pesos, que servirán para “los trabajos de remoción de arena en la superficie de rodamiento, la limpieza de cunetas, así como el bacheo profundo, aislado y reconstrucción; fresado, perfilado y recuperación de carpeta asfáltica existente; carpeta asfáltica; raya separadora de carriles color amarilla; raya en la orilla de la calzada color blanca 10 cm de ancho” (Af Medios, publicado el 30 de enero de 2023).
Muy bien por la inversión, pero, ¿y los drenes pluviales, que son indispensables para que se mantenga en condiciones óptimas mínimas? Todos los que pasamos a diario por ahí sabemos que con una lluvia moderada es suficiente para destruir el asfalto y volver a tener el mismo problema. ¿Esto, no lo saben los expertos en carreteras? ¿Acaso pueden decirnos, que no hay recurso suficiente en nuestro municipio para erradicar de una vez el problema de raíz? ¿Acaso el gobierno estatal, no tiene un compromiso con nosotros y una deuda pendiente?
Pues así las cosas en nuestro puerto, gran crecimiento económico que no se corresponde con el desarrollo social, pues no contamos con las condiciones mínimas en infraestructura, y ya ni que decir de otras necesidades apremiantes como la salud, la educación y la recreación de los manzanillenses, porque estamos igual o peor. Tal parece que mientras el puerto interior siga siendo más productivo, más problemas tendremos que lidiar los ciudadanos. Y por lo que se ve, ni el gobierno municipal, ni el gobierno estatal están pensando cómo resolver esta falta de correspondencia.
Pero, queridos conciudadanos, nada es eterno, no hay mal que dure cien años, y ay de nosotros si lo aguantamos, la solución no está en paralizar las calles y afectarnos entre nosotros, la solución está en elegir mejor la próxima vez. Vayámonos preparando para ese momento. Y mientras tanto, sigamos exigiendo mejores condiciones para nuestra gente bonita y trabajadora.
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