Los nuevos alcaldes electos asumirán la presidencia municipal en los próximos días, con la responsabilidad de gobernar durante tres años.
Una vez más, se reactivan las expectativas: por un lado, quienes creen que este gobierno será mejor que el anterior; por el otro, la apatía de las mayorías populares se solidifica, con la certeza de que todo seguirá igual o incluso empeorará.
Es decir, continuarán el abandono de calles y avenidas en mal estado; la falta de apoyo para mejorar y dotar de vivienda popular; clínicas y hospitales sin equipos, reactivos ni medicamentos; mayor inseguridad y, sobre todo, el encarecimiento de la canasta básica, sin que se vislumbre una solución para los trabajadores, que cada vez ven más lejos la satisfacción de sus necesidades básicas.
Es fundamental que todo el pueblo trabajador sienta la necesidad de estar organizado, no sólo para defender sus intereses, sino también para promover la educación política y la conciencia social.
Es crucial que tanto los ciudadanos como los campesinos comprendan la importancia de organizarse, no sólo para gestionar una vivienda o recibir algún apoyo personal, sino de forma permanente, de modo que puedan exigir, en todo momento, a las nuevas autoridades gubernamentales que resuelvan sus demandas y mejoren su calidad de vida.
Sin embargo, al igual que ocurre con la mayoría de los políticos, sólo se escuchan discursos que buscan agradar, mientras la totalidad de los funcionarios y autoridades se ven involucrados y corrompidos por intereses ajenos al bienestar común.
Es preocupante que la mayoría de quienes fueron candidatos a alcaldías, diputaciones o senadurías se olviden de las promesas de campaña y de los compromisos ciudadanos, asociándose con los grupos de poder en el gobierno y buscando exclusivamente beneficios personales, en lugar de luchar por las causas que dijeron representar.
En este contexto, es imperativo que los trabajadores, tanto de la ciudad como del campo, se organicen de manera efectiva para defender los derechos y servicios que les corresponden.
Es fundamental que todo el pueblo trabajador sienta la necesidad de estar organizado, no sólo para defender sus intereses, sino también para promover la educación política y la conciencia social. Sólo así podremos evitar ser manipulados por los poderes establecidos.
En el Movimiento Antorchista estamos convencidos de que es necesaria la organización popular en la mayoría de las colonias y comisarías, para gestionar con eficacia la lucha por las demandas de cada comunidad.
Formar una organización que impulse una transformación real en la gestión pública de los municipios y del Estado es esencial para obligar a los gobernantes a cumplir con sus responsabilidades.
Aunque parezca un desafío monumental, ésta es la única vía para asegurar un cambio significativo. Confiar en promesas vacías o esperar que la solución llegue por sí sola es inútil; la prosperidad y el bienestar de los trabajadores y ciudadanos debe ser conquistado a través de la acción organizada y consciente.
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