MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los retos de las próximas autoridades jaliscienses

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De acuerdo con el calendario del Instituto Electoral y Participación Ciudadana (IEPC), el próximo 1 de octubre del presente año los 125 presidentes municipales de Jalisco electos el pasado 2 de junio iniciarán sus funciones, mientras que los diputados locales lo harán el día 1 de noviembre y posteriormente, el día 5 de diciembre concluye la administración estatal de Enrique Alfaro Ramírez para dar lugar a la toma de protesta del gobernador electo, Pablo Lemus Navarro, quien el día 6 de diciembre entrará en funciones, tal como lo establece la Constitución Política del Estado.

Tras las elecciones de 2024, la geografía estatal experimentó un cambio drástico donde las coaliciones reconfiguraron el mapa político del estado. 

Frente a los retos de las próximas autoridades jaliscienses, el pueblo tapatío debe tener en cuenta que no fue suficiente haber votado por las coaliciones opositoras.

Según los resultados emitidos por el IEPC, la alianza entre el PRI, PAN y PRD, conocida como Fuerza y Corazón por Jalisco, ganó 43 de los 125 municipios, lo que representa más de un tercio del total. 

Entre las alcaldías ganadas por esta coalición se encuentran San Juan de los Lagos, Tepatitlán de Morelos y varios Pueblos Mágicos como Chapala, Jamay y Mazamitla. Además, el PAN obtuvo Jilotlán de los Dolores.  

La coalición entre Morena, PVEM, PT, Hagamos y Futuro, cuya denominación es Sigamos Haciendo Historia por Jalisco, ganó 30 presidencias municipales, que incluyen importantes municipios como Tlaquepaque, Zapotlanejo y Zapotlán el Grande, y perdió uno de los municipios más codiciados: Puerto Vallarta.

De forma independiente, Morena se llevó ocho alcaldías, el PVEM tres, el PT una y Hagamos dos. Futuro no ganó ninguna.  

Movimiento Ciudadano conservó municipios clave como Guadalajara, Zapopan y Tlajomulco de Zúñiga, pero sufrió una pérdida de al menos ocho municipios con respecto a las elecciones anteriores. La coalición Sigamos Haciendo Historia se adjudicó Tlaquepaque.  

Los presidentes municipales en funciones ya rindieron cuentas de sus administraciones, dando a conocer sus informes de Gobierno, antes de dejar sus cargos, en el caso de los que no fueron reelectos.

Los de Zapopan y Tonalá, cuyos alcaldes repetirán fórmula en el Gobierno municipal, durante la siguiente administración, dieron su informe y mencionaron que seguirán con la continuidad de sus respectivos proyectos.

Pero la realidad deja claros los retos para las próximas autoridades jaliscienses. En contraste con las cifras presentadas por los presidentes municipales en sus respectivos informes, el pueblo tapatío sabe que los gobiernos salientes dejan tareas urgentes para las siguientes administraciones tanto del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) como del interior del Estado. Uno de los tantos pendientes que dejan las administraciones municipales es la inseguridad.  

En Jalisco, pese a que es la entidad donde hay más presencia de la Guardia Nacional y de las Fuerzas Armadas, y en especial Puerto Vallarta, en materia de seguridad han disminuido los registros de ciertos delitos que son competencia de los municipios, como el robo a transeúntes, el robo a casa habitación y el robo de vehículos.

Sin embargo, sí es cierto que han disminuido, pero sólo en los registros, es decir, sólo los que sí se denuncian. A esto se debe que la percepción siga siendo alta. Siete de cada diez personas se sienten inseguras, según datos del Observatorio Ciudadano Jalisco Cómo Vamos.  

Además, la organización no gubernamental, que mide indicadores de calidad de vida en temas como salud, educación, movilidad, vivienda, seguridad, entre otros, registra que la recolección de basura, alumbrado público, el mal estado de las banquetas, el suministro de agua potable, la falta de drenaje sanitario y la pavimentación de calles son problemas graves que la población jalisciense ha externado.

Desde 2011 a 2022 la organización ha obtenido los mismos resultados: es baja la sensación de satisfacción que producen los servicios y los espacios públicos.  

Por otra parte, la entidad registra un incremento del número de personas que no tienen acceso a los servicios de salud y que tienen rezago educativo. Según cifras del Instituto de Información Estadística, Informática y Geográfica de Jalisco (IIEG), el porcentaje de población en rezago educativo pasó de 18.5 % en 2020 a 20.4 % en 2022, mientras que el acceso a los servicios de salud creció de 32.1 a 37.1 %.

Estos dos conceptos forman parte de los seis indicadores que utiliza el Coneval para medir la pobreza en México.  

Frente a los retos de las próximas autoridades jaliscienses, el pueblo tapatío debe tener en cuenta que no fue suficiente haber votado por las coaliciones opositoras al partido gobernante, esperando con ello que llegue el tan anhelado cambio.

Los tapatíos tampoco resuelven sus graves carencias con el solo hecho de llegar a inconformarse con los gobernantes en turno, pero quedándose prácticamente cruzados de brazos y esperando otros tres años para emitir nuevamente su voto por quien prometa, de nueva cuenta, soluciones inmediatas.  

En caso de que no se vean acciones concretas, los afectados por la inseguridad y los pésimos servicios públicos deben recurrir a los recursos legales que tienen a su alcance, como la denuncia y la manifestación pública.

El Movimiento Antorchista Nacional, organización social que lleva cinco décadas luchando contra la pobreza en México, los invita a unirse a sus filas para que, unidos y organizados, se pueda exigir que las próximas autoridades de los tres niveles de Gobierno destinen los recursos del erario público en lo que realmente necesitamos el grueso de los mexicanos y no en obras inútiles y en la compra de conciencias.

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