El hombre no nace con hábitos ni una ideología definida, sino que experimenta, estudia, aprende, y en cada generación agrega nuevos conocimientos a la experiencia humana, venciendo así las limitaciones de su conocimiento, es este proceso al que llamamos educación, que por obvias razones se ha venido perfeccionando. En la época primitiva, y casi de un modo inconsciente, su fin era la sobrevivencia, cuando se enseñaba la caza, la pesca, la agricultura, etc.; una vez que la humanidad logró tener lo básico para alimentarse y dominó la naturaleza, consiguió la civilización y las nuevas condiciones determinaron otros objetivos para la educación.
Con algunos datos, intentemos hacer un análisis de la educación de nuestro país, y determinemos juntos, cuáles son los fines verdaderos que persigue en la actualidad.
En México, hay 34 millones 941 mil 380 son estudiantes, o sea un 27% de la población. (https://www.gob.mx/sep/es/articulos/boletin). En 2020 destinó el 4.5 por ciento de su PIB a la educación pública, es uno de los tres países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que menos invierte en educación, con un gasto menor a 5,000 dólares anuales por cada estudiante, revela el Informe Panorama de la Educación 2023, pues organismos internacionales sugieren invertir el 8% del PIB. De 260 mil 262 planteles de los tres tipos de enseñanza, según informa la SEP, en el inicio de este ciclo escolar 2023-2024, el 50% carece de internet, hoy en día un elemento básico para la operación y servicio escolar. El promedio de escolaridad de la población de 25 a 64 años fue de 10.3 años de estudios, es decir hasta el primer grado de preparatoria; es en este nivel done existe mayor deserción escolar. Según el INEGI, solamente 8 de cada 100 estudiantes que ingresan a la universidad logran terminarla, eso nos convierte en uno de los países en el mundo con menos profesionistas.
Aun así, en 2023, 51.3 % de la población ocupada de 25 a 64 años trabajó de manera informal. (www.inegi.gob.mx6 jul 2023). Entre las economías que integran la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), nuestro país tiene una de las tasas de empleo más bajas entre personas con educación universitaria. Por el contrario, México tiene una de las cifras más altas de empleo entre personas con educación primaria. ¿Esto es una casualidad? Está claro, la educación hoy, no es para formar profesionistas científicos competentes que nos ayuden a erradicar los problemas que nos aquejan a todos, sino técnicos obreros, que se especialicen solo en un área de trabajo, que no piensen, que hagan, que no critiquen, que obedezcan, que no luchen, que se sometan; con el fin de contribuir con el sistema capitalista imperante.
Así pues, la 4T, parece estar en sintonía con este fin. Para empezar, al ignorar el severo e incalculable daño ocasionado en la pandemia, pues en vez de proponer alguna estrategia para abatir el rezago, propone un nuevo modelo educativo, con el que no se terminan de entender los “cómo”, es decir, todo en el papel se escucha bonito, al proponer que cada escuela del nivel medio superior tenga actividades culturales y deportivas, pero no contrata docentes ni tampoco proyecta un recurso para el pago de los mismos. En segundo lugar, al continuar dando Becas Benito Juárez a todo aquel que se inscriba al bachillerato, sin garantías de que ese recurso cumpla con su cometido, y en detrimento de la inversión a la infraestructura escolar, dejando a las escuelas totalmente limitadas en su operatividad.
En necesario priorizar la nivelación del aprendizaje, sin ello, poco o nada servirán la implementación de nuevas formas si no hay bases donde se cimienten los nuevos aprendizajes propuestos. También rescatar la inversión a la educación, pero no solo a los problemas asistencialistas de López Obrador, sino a la infraestructura escolar y tecnológica de las escuelas, que todas las escuelas tengan biblioteca, libros de estudio, de consulta, internet, computadoras, aulas digitales, laboratorios, canchas para hacer deporte y espacios para practicar la cultura, pero no creo sinceramente que la 4T lo quiera hacer, para prueba, cinco años de gobierno.
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