MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los extremos se tocan

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En sus poco más de 500 años de existencia, el capitalismo ha aportado grandes avances para la humanidad, pero también ingentes males y desigualdades sociales; a pesar de producir mucha riqueza a escala planetaria (como nunca antes), ésta se concentra en escasos bolsillos y su disfrute no lo comparte la mayoría de la población. Este sistema tiene como objetivo principal la extracción de ganancia inmediata por parte de los dueños de los medios de producción, los capitalistas. Pero la existencia de esta ganancia se debe a la fuerza de trabajo de los obreros que compra el capitalista y pone en acción en la producción de bienes y servicios.

Ahora nuestro mundo es un sistema globalizado, las diez economías más ricas son: EEUU, China, Japón, Alemania, Reino Unido, India, Francia, Italia, Canadá y Corea del Sur. México se ubica en el quinceavo lugar. Pero aun éstas padecen los efectos opuestos de mucha riqueza generada, pero pobreza y desigualdad generalizada. En Estados Unidos setenta millones de personas, (casi 1 de cada 5), recibieron asistencia de bancos de alimentos y organizaciones similares en 2020, la insuficiencia alimentaria creció en 50% respecto al año anterior. En Gran Bretaña se dice que los 20 años de comida barata en el país están llegando a su fin por la escasez de producción avícola. En Japón, los precios de productos básicos como café y carne van al alza. En países asiáticos hay crisis energética que ha llevado al precio del carbón a máximos históricos. México ha alcanzado una inflación, alza de precios, que lo ubica entre las siete más altas del mundo (FMI).

En este capitalismo de abundancia, cuyo Producto Interno Bruto anual de todo el planeta es de casi 88 billones de dólares; persiste el hambre entre millones de pobladores. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en su informe 2021 señala que “casi una de cada tres personas en el mundo (2,370 millones de personas) no tuvo acceso a una alimentación adecuada en 2020, hubo un aumento de casi 320 millones de personas en apenas un año”. Y en los últimos cinco años, el número de personas en el mundo que pasan hambre ha crecido, llegando a 811 millones en 2020. La ONU proyecta que los datos del año pasado se pueden duplicar si no se toman medidas rápidas, pues la gente no tiene recursos para adquirir alimentos. Estos extremos caracterizan al capitalismo neoliberal.

En México, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) informa que el 55.6% de los mexicanos tiene una dieta insuficiente, por lo que aumenta el sobrepeso y la obesidad de manera constante, o las condiciones de desnutrición y obesidad se presentan en la misma persona, simultaneamente. Esto conlleva al incremento del riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Las dietas escuetas en nutrientes, y enfermedades asociadas, nos hacen una población débil y enfermiza, privada de la energía suficiente para desplegar nuestras habilidades y creatividad en las múltiples actividades que realizamos. Así, nuestra pobreza alimentaria se encuentra frente a la gran riqueza financiera que los bancos establecidos en México ganaron en los primeros nueve meses de este 2021, en plena pandemia. Según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), las utilidades bancarias alcanzaron un monto de 126 mil millones de pesos, logrando un incremento de 42.7% más (83 mil millones) de acuerdo a las obtenidas en el mismo período del año pasado, algo nunca visto. El BBVA, el Santander, Citibanamex, HSBC, Scotiabank y Banorte fueron los que concentraron el 79.3% del total de las ganancias.

En la actualidad, los gobiernos de las naciones son los representantes de la clase que ostenta el poder económico (los grandes dueños del dinero). Ejercen el poder político a través de X o Y presidente para salvaguardar los intereses de su clase, no los del pueblo trabajador. El fin de semana coincidieron dos cónclaves mundiales sobre el “calentamiento global”, la COP 26 en Glasgow, Escocia y el G20 en Roma, Italia. Los pronunciamientos en dichas reuniones no dejan de ser solo eso, pues los gobernantes dificilmente atentarán contra los intereses intrínsecos de sus representados (los capitalistas), que expolian la naturaleza sin recato –incluida en esta la fuerza de trabajo de los humanos– para acumular más ganancias. Ahí, el G20, tuvo que ratificar el acuerdo de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) con 136 países, de un impuesto mínimo de 15% a las multinacionales cuyas ventas superen los 20 mil millones de euros (unos 23 mil millones de dólares) y cuya rentabilidad sea superior a 10%. Pues los impuestos que evaden estas empresas son exorbitantes. Esperemos esto se haga realidad pronto en el mundo y en México.

Voces autorizadas externan que el sistema capitalista se ha agotado, que está a punto de expirar, de colapsarse por sus múltiples contradicciones internas. Apenas, el presidente Putin de Rusia expresó en su participación en el foro del Club Valdái en Sochi: “Todo mundo dice que el modelo de capitalismo existente -que hoy es la base de la estructura social en la inmensa mayoría de los países- se ha agotado. Dentro de su marco, ya no hay forma de salir de una maraña de contradicciones cada vez más enredadas” (RT). Antes, Xi Jinping, presidente de China, había dicho: “El pueblo anhela una vida mejor, nuestro objetivo es ayudarles a lograrlo, y debemos seguir inquebrantablemente el principio de prosperidad común […] no podemos permitir que la brecha entre ricos y pobres siga creciendo”.

El Movimiento Antorchista desde hace 47 años, se planteó la tarea de organizar y educar políticamente al pueblo mexicano para construir una patria diferente. Aquí el capitalismo ha sometido a la clase obrera a ser de las que más trabajan a nivel mundial, de las peores pagadas, con muy poca instrucción, mal alimentada y, en su mayoría, sin seguridad social. Hoy más que nunca debemos luchar porque todos tengamos empleos, bien pagados, porque los más ricos paguen más impuestos y porque el gasto público se oriente a las necesidades de los que menos tienen. Por eso, debemos seguir levantando la voz hasta que cambie realmente el modelo económico neoliberal de México, que ha causado tanto daño.

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