En los medios de comunicación y políticos bajacalifornianos hasta en algunos periódicos capitalinos se ha ventilado el tema,todos saben de las aspiraciones políticas de Arturo González Cruz, presidente municipal de Tijuana, la ciudad fronteriza más habitada en nuestro país.De preferencia por la gubernatura o al menos para repetir como presidente municipal, para nadie son secretos los deseos del alcalde.Se le ha visto activo.Partiendo de que su mejor carta de presentación tiene que ser sus resultados en el puesto que ocupa actualmente, se hace presente por las nueve delegaciones tijuanenses, supervisando obras, atendiendo con la cautela que exige la contingencia a ciudadanos que se le acercan en las colonias, incluso dando la cara en manifestaciones que han llegado hasta Palacio Municipal, principalmente por las omisiones, incumplimientos y arbitrariedades de diversos funcionarios municipales.Aunque no han faltado los que lo acusan de estar haciendo campaña anticipada pagando propaganda en medio impresos y electrónicos, es positivo que González Cruz se muestre accesible a los ciudadanos, receptivo a las demandas populares y dispuesto a esforzarse en la solución de los múltiples problemas de una ciudad tan compleja como la que gobierna.
Pero no ha logrado contagiar o convencer al resto de su personal y colaboradores de actuar con la misma inteligencia política; como toros de lidia muchos de ellos se lanzan a embestir a todo lo que se mueva, a cualquiera que se atreva a cuestionar su trabajo, a quien reclame atención pronta y suficiente a sus demandas de servicio, de mejores vialidades, de alternativas para resolver problemas que, ciertamente, les heredaron administraciones anteriores pero que a la administración actual, precisamente por estar en funciones, le corresponde atender institucional y efectivamente.Algunos son más prepotentes y a grito abierto tratan de imponerse e intimidar a los que con justeza y derecho levantan la voz ante la autoridad municipal, como es el caso del Secretario del Ayuntamiento, Carlos Murguía Mejía.El exdiputado priista y subdelegado de economía en el sexenio de Peña Nieto ha explotado ya en varias ocasiones ante diferentes representaciones vecinales que, hartos de la desatención en materia de obras y servicios llegan ante la secretaría general esperando se intervenga para que se les escuche y atienda.Murguía ya olvidó que a fines del año pasado explicaba ante los medios la derrota del PAN diciendo "El pueblo es quien puede juzgar, así lo demostraron en la pasada elección, donde enviaron en Tijuana al tercer lugar a ese partido y en el estado al segundo lugar".¿Cree don Carlos que está exento de que el pueblo le cobre, en la próxima candidatura de su jefe, el presidente municipal, sus malos tratos en la secretaría municipal?
Igual o peor, para poner otro ejemplo, es el actuar hacia los ciudadanos en la delegación San Antonio de los Buenos.Primero tuvieron que sufrir la insensibilidad y obcecada cerrazón de Jesús Mario López Mora, al que destituyó el alcalde tras darse a conocer un audio en donde el entonces delegado le reclamaba a una empleada por no querer prepararle ni el desayuno ni la comida, además por chismosa, una vez que ésta lo denunció.En su lugar llegó Marco Antonio Pérez Ruiz, quien reiteradamente se ha negado a recibir a representaciones de las colonias, El Monte, Flores Magón, Cerrito, Xicoténcatl, Brisa marina, Obrera, Fausto González, Leandro valle y varias más, con el simple argumento de que no quiere que los encabece Sebastián Orozco, líder antorchista reconocido en buena parte de esa delegación, miembro del consejo ciudadano.Su animadversión hacia el representante social no es personal, pues ningún daño le ha hecho, sino que se debe a su militancia en las filas del Movimiento Antorchista, contra el que Pérez Ruiz ha desatado una campaña al grito de "para Antorcha ni agua".En la misma lo secundan Ely Domínguez Ramírez, secretario general de la delegación y Christian Octavio Velasco Carrillo, al frente de la subdelegación Salvatierra, quienes se han dado a la tarea de advertir a grupos que se acercan a las oficinas delegacionales y en sus recorridos por las colonias de la zona que "mientras estén con Antorcha no van a obtener nada del municipio", que por el bien de su colonia lo primero que deben hacer es separarse de esa organización.En la misma línea, apenas este martes 11 de agosto, cuando acudió a conformar el comité vecinal para la obra de electrificación de la colonia Terrazas del Sol, de la delegación Playas de Tijuana, la arquitecta Dora Rojas, en representación de Silvia Lorenia Guardiola Gámez, Coordinadora de Bienestar Social, del ramo 33 llamó a los vecinos a deslindarse del antorchismo porque si no lo hacían ésta iba a ser la última obra que conseguirían.Sin embargo, los vecinos le argumentaron que en más de 20 años de existencia no habían logrado un servicio tan fundamental como la luz eléctrica, hasta ahora que se organizaron con el antorchismo y, paso seguido, procedieron a elegir a su comité conformado por antorchistas de su colonia.
No creo que el Presidente Municipal haya instruido a estos funcionarios, en particular a Marco Antonio Pérez, para que le reste simpatías y posibles adhesiones; que le haya pedido que, a fuerza de cometer ilegalidades, como la de condicionar obras para impedir el libre ejercicio del derecho constitucional de organización, genere irritación entre los vecinos de San Antonio.No hay duda de que estos funcionarios morenistas, con su soberbia y prepotencia, atentando contra las garantías constitucionales de petición, organización y manifestación, nada le abonan a Arturo González, a no ser antipatía y descontento.Los funcionarios mencionados están cortados por la misma tijera morenista que Barbosa Huerta, el peor gobernador que ha tenido Puebla, que a fuerza de represión, bloqueo administrativo y soberbia pretende ganar elecciones.Las acciones del presidente municipal demostrarán si en su servilismo sus colaboradores son más papistas que el Papa, o si esa es la instrucción del alcalde.Poco ha de vivir el que no vea el desenlace de este asunto.
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