MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Las promesas de campaña en 2016 de Omar Fayad Parte I

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Los hidalguenses,  -acostumbrados a ir a las urnas y depositar el voto en favor de los que terminan convirtiéndose en nuestros verdugos- nos hallamos a escasos meses de que concluya un sexenio más e inmersos ya, en un nuevo proceso electoral en el que la ciudadanía elegirá nuevo gobernador del estado. Para hacer un recuento de cómo se avanzó en esta última administración que encabeza Omar Fayad, y evaluar que tantas de sus promesas se cumplieron, aportaremos algunos elementos, en esta, que será, la primera de dos entregas. Veamos:

El 1 de abril del 2016 el entonces candidato a la gubernatura de Hidalgo por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Omar Fayad Meneses, declaraba en  la región huasteca del estado que su campaña electoral estaría enfocada a adquirir compromisos con las mujeres y los jóvenes, ante quienes se comprometió a crear dos nuevas modalidades educativas, la Tele Universidad y la Universidad Virtual. En el mismo evento de arranque de campaña y ante más de dos mil pobladores de localidades como Tepatitla, Mecatlán, Tlalchiyahualica, Acamatitla, Mesa Larga, Tlanchinol, Los Naranjos, etc. reunidos en la comunidad indígena de Santa Teresa, municipio de Yahualica, que se congregaron para recibir al candidato de la coalición “Un Hidalgo con Rumbo” (PRI, PANAL Y PVEM, los dos últimos, ahora aliados de MORENA)  y escuchar de viva voz sus propuestas de campaña; se comprometió, entre otras muchas de sus promesas, a revisar cada uno de los programas sociales municipales, estatales y federales para que dichos apoyos llegaran a quienes si los necesitaban (y los siguen necesitando ahora) y “no se desbalaguen por otros lados” dijo entonces. Combinando su discurso en español con frases en náhuatl, el candidato priista reiteró también que los pueblos indígenas serian prioridad para su administración y exhortó a sumar voluntades “para conquistar el triunfo”. No vaciló en hacer el compromiso de dotar a las comunidades de agua potable, energía eléctrica y drenaje, mejorar la estructura carretera y procurar la generación de empleos que es uno de los graves problemas que padecía (y padecen todavía) una buena parte de la población.

Hasta donde sabemos los hidalguenses, y pese a que transitamos ya el último año de la actual administración, la promesa que hiciera a los jóvenes de crear la Tele-Universidad y la Universidad Virtual, no ha sido cumplida; lo que sí ha hecho por los jóvenes, es retenerles el salario a cerca de cincuenta profesores de secundaria y bachillerato que no han dejado de impartir clases -a pesar de la pandemia- a por lo menos 350 estudiantes y retirarle el subsidio, además de cortarles el servicio de energía eléctrica, a decenas de jóvenes que reciben servicio de hospedaje en forma gratuita y alimentación a bajo costo, en los albergues estudiantiles adheridos a la FNERRR de Huejutla, Zacualtipán, Pachuca y Mineral de la Reforma. Negarle a varias decenas de estudiantes de bachillerato del sistema oficial, en comunidades del municipio de Huehuetla, la construcción de espacios dignos y que hasta ahora han funcionado en instalaciones prestadas e inadecuadas.  ¡Vaya manera tan singular de apoyar la educación de la juventud a la que tienen pleno derecho y por esa vía cancelarles la posibilidad de una carrera profesional! ¿Será que también los considera aspiracionistas como el gobierno de la 4T? Con relación a su promesa de escuchar y brindarle a las mujeres mayores oportunidades, sólo basta con señalar que son miles las que se han quedado sin un apoyo para garantizar la alimentación de sus hijos sea porque el propio gobernador canceló el apoyo mensual con despensas o bien porque la pandemia las ha dejado sin empleo.  En cuanto a la promesa de revisar los programas sociales municipales, estatales y federales, se desconoce si  lo hizo o no, lo que si saben los hidalguenses (porque lo padecen) es que el programa alimentario -con la promesa de que en su lugar seria creado uno mejor- fue desaparecido al igual que los apoyos con maíz para consumo humano a pesar de que a consecuencia de fenómenos naturales como el huracán “Grace”, cientos de familias campesinas perdieron sus siembras además de sus precarias viviendas. Aunque con otros “argumentos”, también en esto coincide con el gobierno morenista que con el pretexto de la “corrupción” desapareció el seguro popular, los comedores comunitarios, las estancias infantiles, prospera, entre otros.

En materia de servicios básicos como el agua potable, las cosas no andan mejor. Veamos algunos datos oficiales.

Pese a que el estado de Hidalgo, por su localización geográfica, tiene una importante riqueza hídrica que lo ubica dentro del sistema hidrológico Tula-Moctezuma-Pánuco, según el censo de vivienda del 2020 del INEGI, más de 377 mil hidalguenses siguen careciendo de agua potable; especialmente en las zonas rurales de los municipios de Pacula y La Misión en la sierra gorda, Tepehuacán de Guerrero, Yahualica y Xochiatipan en la  huasteca. Aunque se reconoce que en esta última región se carece de infraestructura hidráulica en las comunidades, lo cierto es que apenas la mitad de los hogares tiene agua entubada, mientras que el 40% tiene que ir por ella a los pozos o manantiales y el otro 10% la toma directamente del río,  la compra en pipas, o la obtiene en llaves públicas. Existen marcadas diferencias en la manera en que el agua llega a los hogares de la huasteca, según su ubicación en la cuenca; a la mayoría de las viviendas que se localizan en las partes alta y baja (68% y 53%, respectivamente) les llega por medio de un sistema de tuberías. Por el contrario, en las zonas ubicadas en la parte media, nueve de cada diez habitantes tienen que ir por el agua a los pozos o manantiales de la región o, en su defecto, solicitarla al municipio o comprarla a las pipas. En la sierra otomí-tepehua, considerada también como de las más pobres del país y el estado, la población (“gente maravillosa”, la llamaba en campaña el actual gobernador) de San Bartolo Tutotepec y Huehuetla, sigue padeciendo la falta de este servicio tan vital. Conviene anotar que en este último municipio, la mayoría de las más de 50 comunidades carecen de este servicio básico pese a que muchas cuentan con obras de redes de distribución construidas a medias, de muy mala calidad y/o inservibles por obsoletas. De nada han servido las inversiones millonarias que se han hecho antes y durante el actual sexenio en comunidades como Palo Verde, La Tortuga, La Piña y el Dextho; San Gregorio, Acuautla y/o Loma del Ocotal, solo por dar algunos ejemplos. La propia cabecera municipal padece de falta del vital líquido. Los mayores problemas que los usuarios perciben con el agua son: la escasez y la mala calidad de la misma.

Hasta aquí algunos de los resultados del gobierno cuyo slogan sigue siendo: “Hidalgo crece contigo”. Y si, en Hidalgo han crecido la pobreza, el abandono, la marginación, pero sobre todo ha crecido el cinismo y la falta de congruencia de la clase política, incluido el propio gobernador y muchos presidentes municipales que a un año de haberse instalado en los ayuntamientos, tampoco han hecho gran cosa en materia de obra pública alegando falta de recursos a consecuencia dicen, de los recortes presupuestales de los gobiernos federal y estatal, otros se han ocupado de reprimir (con la policía o en forma administrativa) a los inconformes, en tanto a algunos se les ha subido el humo a la cabeza y ahora hasta el derecho de audiencia de la población intentan conculcarle. Se olvidan todos, de que fueron los votos del pueblo quienes los encumbraron en el poder. Por todo esto, muchos hidalguenses empiezan ya a preguntarse ¿qué nuevas promesas escucharán ahora que inicien las campañas electorales? ¿Se atreverán de nuevo los candidatos a engañar al pueblo? ¿Los ciudadanos lo permitirán?

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