MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Las mujeres antorchistas sí tienen motivos para celebrar el Día Internacional de la Mujer

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Hoy se celebra una vez más, como todos los años, el Día Internacional de la Mujer. Esta fecha (8 de marzo) trae consigo una oleada de festejos a los que son invitadas de manera especial las mujeres y se pronuncian innumerables discursos cargados de demagogia y cosas lindas que endulzan el oído de las mujeres, acerca de la igualdad de género, de los derechos y todo lo que conlleve a vivir una vida más digna en este mundo tan desigual. También observamos que este día un sinfín de trabajadores de la pluma le dieron rienda suelta en los medios impresos a su conciencia para enaltecer el papel de las mujeres en la sociedad.

Si bien ante la ley todos los seres humanos somos iguales, la realidad y específicamente la biología impone diferencias que han sido utilizadas para que las personas sean tratadas de diferente manera según su sexo.

En la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la ONU en 1948, reconoce que: "todas las personas nacen libres, iguales en dignidad y derechos, sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política, origen nacional o social, posición económica, o cualquier otra condición", esta igualdad esencial no puede ser desconocida sin que se atente contra la dignidad de la persona.

En el caso de las mujeres las características de su sexo determina la llamada "condición femenina", misma que ha sido utilizada a través de la historia como pretexto para otorgar a la mujer un trato discriminatorio e inequitativo.

A lo largo de la historia de la humanidad y en casi todos los confines de la tierra se ha mantenido la idea de que las mujeres son inferiores respecto a los hombres, tanto físicamente, así como en el terreno intelectual y moral.

Un ejemplo muy claro se encuentra sostenido en el proverbio sumerio: "a un varón rebelde, deja que se reconcilie, a una mujer rebelde, ahógala en el lodo"; la civilización sumeria es considerada como la primera y más antigua del mundo, que habitó el Oriente Medio que formaba la parte sur de la antigua Mesopotamia, entre las planicies aluviales de los ríos éufrates y Tigris, aquí podemos observar como se consideraba a la mujer como un ser inferior.

Hablemos muy particularmente de la mujeres mexicanas: de casi 120 millones de mexicanos que somos, 57 millones son mujeres, 19 millones 379 mil integran la Población Económicamente Activa (PEA), de las cuales 76 % son empleadas, 6 % trabajan por su cuenta y 5 % son obreras.

Según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, muchas veces las mujeres reciben un pago menor, obtienen menores ingresos por realizar trabajos iguales al de los hombres. Las mujeres con instrucción medio y medio superior ganan menos por hora que los hombres.

Además de que son víctimas de violencia y acosos en sus lugares de trabajo, 20.6% de mujeres de 15 años de edad o más que trabajan son víctimas de violencia, situación que también se presenta en su propio hogar, a esto se aúnan cifras como que en 2011 2,693 mujeres fueron víctimas de homicidio.

La edad promedio en que se casan las mujeres es de 25 años, pero más de 77 mil niñas de 12 a 17 años de edad están casadas, pero por cada 100 matrimonios se registran 16 divorcios. 71.6 % de las trabajadoras en México son madres, esto corresponde a que 30 millones de mexicanas tienen hijos, en promedio de dos a tres y 5.3 millones de mujeres son madres solteras, separadas o divorciadas.

En México existen cerca de 12 millones de indígenas, de los cuales la mitad son mujeres. La situación de estas mujeres es alarmante, pues padecen severos rezagos que se reflejan en desnutrición, mortalidad, analfabetismo, discriminación, desigualdad y violencia de género, así como menores oportunidades para acceder a la salud.

Sin embargo, el Movimiento Antorchista, integrado por miles de mujeres y hombres, a lo largo y ancho del país, valora y apoya a las mujeres y sabe que en ellas nace la semilla de la esperanza para acabar con las injusticias en este país tan desigual, si todos luchamos en igualdad de género por conquistar mejores condiciones de vida para todos esos mexicanos humillados por la pobreza, la situación cambiará y la mujer en Antorcha podrá entonces sí, festejar el Día Internacional de la Mujer merecidamente. Así sea.

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