MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Las mentiras de la clase explotadora

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Carlos Marx filósofo alemán del siglo XIX escribió en un documento al que le llamó Manifiesto del Partido Comunista en el que dice que historia no es más que la historia de la lucha de clases: es decir, entre los esclavos y los hombres libres, entre los plebeyos y los patricios, entre los patrones y los obreros mantuvieron siempre una lucha constante, velada unas veces y otras veces franca, que se da en tres planos, económico, ideológico y político. Y como la ciencia consiste en particularizar las verdades universales, comprobadas en el tiempo y en el espacio, podemos ver como ahora aquí en Atlixco se manifiesta esta verdad científica.

El Movimiento Antorchista ha demostrado a través de varias décadas una lucha constante en favor de los pobres de México, como puede comprobarlo cualquiera que tenga una mente desprejuiciada, a través de los pueblos, colonias, barrios, rancherías, etc., en las que trabaja, a lo largo y ancho del país, y que su principal enemigo es la pobreza, la ignorancia, el desempleo, etc., y si no ha logrado superar del todo estas lacras de la humanidad, se debe a que los antorchistas aún no tienen el poder político para acelerar el desarrollo de las fuerzas progresistas para lograr sacar al país de la terribles condiciones en las que se encuentra, y por eso buscan la manera de aumentar el poder de las mayorías por los mecanismos permitidos en la democracia para cumplir mejor su tarea que se han impuesto sobre las espaldas, como lo demuestran palmariamente los resultados de los municipios en donde trabajan.

Pero desde el inicio, también apareció la lucha de las clases que se sintieron afectadas, los enemigos del progreso, del desarrollo y de los pobres porque de ellos viven, las fuerzas caciquiles locales y estatales, y los gobiernos de todos los niveles, los grupos y los partidos de "izquierda" los burócratas y hasta los ideólogos del sistema se unieron en santa alianza trataron siempre de impedir el crecimiento de la organización antorchista, ignorándola, aislándola, rechazándola, ahogándola, asesinándola, y si no la frenaron y menos la acabaron fue porque el antorchismo hace un trabajo lícito, apegado a la ley que nos rige, pero sobre todo porque el pueblo pobre encarna el antorchismo lo hace suyo y lo defiende.

Pero el antorchismo creció en todo el país siguiendo con los propósitos iniciales, por eso en muchos lugares los mismos ciudadanos proponen a candidatos antorchistas a los puestos de elección popular, como en cualquier democracia moderna, y como siempre los preferidos del sistema atacan utilizando la mentira, la calumnia, la defenestración, a través de los medios de comunicación, para que sin probar ninguna de sus afirmaciones repitan la trillada cantaleta de que Antorcha es "asesina", "brazo armado del PRI", "invasora de predios", "violenta", "que goza de impunidad" ,"manipuladores de los pobres", etc., etc., con el objetivo claro de impedir que los candidatos atacados lleguen a triunfar en las elecciones, y también para que metan a la cárcel a los antorchistas o los maten, o simplemente para que el ciudadano común y corriente se aleje de la organización y hasta la combata. Muchos de estos ataques provienen del gobierno, otra parte viene de los caciques y grupos privilegiados que se sienten afectados en sus intereses, más los escritorzuelos que buscan las migajas del poder, y otros, muy pocos por cierto, que no saben y que no conocen al movimiento.

Aquí, en Atlixco, no es la excepción. Tan solo en tres años, Hersilia Córdova Morán, exdiputada federal y líder de Antorcha, organizó a muchos atlixquenses, quienes trabajaron y lograron concretar demandas más de 40 obras públicas de impacto, con una inversión de 50 millones de pesos, además de una cantidad similar gestionada para paliar los efectos del sismo del año pasado. Por ello, Hersilia Córdova se ganó el prestigio como líder de muchos atlisquenses que la ven como su representante natural y aceptaron la propuesta de ser candidata a la presidencia municipal de Atlixco. Desde entonces los ataques mediáticos aparecieron, cada vez más virulentos y mendaces.

Los ataques son los mismos de siempre, no hay nada novedoso. ¡Asesinos!, repiten los plumíferos a sueldo, pero los muertos cuando los ha habido en diferentes lugares son antorchistas, y no hay ningún antorchista acusado. ¡Invasores de predios!, repiten al unísono vociferantes, pero no hay en el país ningún miembro de la organización acusado ante la justicia por este delito. ¡Violentos!, gritan a coro los sicofantes de Agnóstica, pero no pueden aportar datos sobre esta acusación. ¡Manipuladores!, señalan con dedo flamígero, si fuera así el pueblo los señalaría y nunca lo ha hecho. ¡Chantajistas del gobierno!, gritan cuando los pobres organizados presionan al gobierno en forma legal para la solución a sus demandas ante la pasividad y hasta corrupción de los funcionarios.

No, no hay nada de qué acusar a los antorchistas, ni mucho menos a la maestra Hersilia. Es su lucha contra el pueblo que comienza a despertarse, y van a seguir insistiendo en sus acusaciones, pero muchos ya los conocen como la clase explotadora y la historia los pondrá en su lugar.

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