Desde los tiempos más remotos, cuando el hombre acababa de bajar de los árboles, se dio cuenta de que no iba a poder sobrevivir solo; hasta por su propia condición física, se encontraba en clara desventaja ante otros animales, pues no tiene la fiereza de un león, ni la velocidad del caballo, ni alas para volar, etc., pero lo que lo ha hecho sobrevivir y hasta dominar es su instinto gregario, un conjunto de hombres primitivos podía matar a pedradas o a palos un jabalí por ejemplo y así obtener carne para sobrevivir, para poder defender a sus crías indefensas y así lograr la continuidad de su especie; debía ser en grupo, pues un hombre solo enfrentado a una fiera lleva las de perder.
Valga la comparación con nuestros antepasados. Hoy sigue siendo tan vigente como antes la necesidad del colectivo para sortear las dificultades. Un joven estudiante con deseos de superarse y lograr terminar una carrera, pero sin recursos económicos, originario de la Cañada de los once pueblos, de la Meseta Purépecha o de Tuzantla, incluso de algunos estados vecinos como Guerrero o Guanajuato y hasta de otros más alejados donde las oportunidades de estudio son también escasas como Chiapas o Oaxaca; tendría que ver frustradas sus aspiraciones si pretende enfrentar el problema solo. Pero en Morelia Michoacán desde 1980 un grupo de estudiantes (no más de 30) se unieron para poder formar una casa de estudiantes a la que denominaron “Espartaco”, en honor al esclavo Tracio que se reveló contra la injusta opresión de los romanos, quienes arropados por la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez”, han logrado el ingreso a la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y que actualmente cuenta con más de 400 moradores en 5 casas (cuatro en Morelia y una en Uruapan), en las cuales se vive un ambiente de disciplina, trabajo y cultura, que han logrado que miles de jóvenes de escasos recursos de diferentes partes del país hoy sean profesionistas exitosos y no pocos de ellos trabajan de la mano del pueblo para ayudarle a resolver sus carencias.
Hoy dedico mi opinión a este noble y gran proyecto, porque en días pasados leía yo en la prensa local sobre algunos problemas que enfrentaban otras casas de estudiantes y por lo cual se pretendía descalificar de tajo a todas las casas estudiantiles tachándolas de problemáticas y hasta corruptoras de la juventud. Yo no conozco a fondo la problemática de esas casas a las que acusan, pero de lo que sí soy testigo es de lo que me atrevo a escribir y a opinar, en el sentido de que son útiles y una muy buena opción para jóvenes con inquietudes académicas y pocas posibilidades en sus lugares de origen, es de las casas Espartaco a donde incluso se ha invitado a las autoridades universitarias, municipales y estatales para celebrar algunos de los logros alcanzados por los estudiantes organizados para beneficio de ellos y de las futuras generaciones que lleguen a habitarlas. Pues en ellas se inculca un espíritu humanista y de solidaridad con sus semejantes, como lo decía al inicio de esta opinión de que solo unidos, organizados y consientes podemos sortear los obstáculos que se nos presentan para alcanzar una educación de calidad tan necesaria en nuestro estado y en el país. Educación que nos permita abrir la mente y analizar correctamente el mundo y los problemas que vivimos y enfrentarnos, para darles una solución acertada.
Por último, quiero invitar a todos los estudiantes de escasos recursos a que conozcan esta opción y se unan a este noble proyecto, las puertas de las Casas del Estudiante “Espartaco” están abiertas a estudiantes de todo el país. No se arrepentirán.
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