MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La tarea de los hombres de hoy, en tiempos de crisis

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Hace unas semanas me referí a una frase del poema “A los hombres futuros” de Bertolt Brecht, en la que el autor se expresaba acerca de los sombríos tiempos en que le tocó vivir. Hoy, hago alusión al poema completo, porque me parece que refleja de manera incomparable la barbarie a la que ha llegado la sociedad de nuestro tiempo. 

El poeta alemán hace un reclamo a quienes, insensibles, van por la vida sin tomar conciencia de las crueldades de la sociedad, que insensatos, ríen y disfrutan de los egoístas y pequeños placeres que significa el solo comer y beber, convirtiéndose con ello, en cómplices de los crímenes que se cometen contra los indefensos. Él, se rebela, consciente de que sólo hay un camino para combatir las atrocidades cometidas en tiempos de caos y desorden, cuando reina el hambre, esto es, con la fuerza, porque lamentablemente sólo con ella se puede combatir la violencia. La lección explícita consiste en que hay que tomar partido, decidiéndonos a consumir nuestra vida en la batalla por la justicia, a pesar de que nuestras fuerzas sean escasas y sin importar que la meta se vislumbre lejos aún. 

No puedo encontrar mejor razonamiento para expresar lo que a mi juicio enfrenta el mundo y, con él, nuestro país. Vivimos en una época de terrible agudización de la principal de las contradicciones que hay en la sociedad, la contradicción entre la grosera acumulación de riqueza y poder en pocas manos, contra la pobreza y debilidad de miles de millones de seres humanos; contradicción de la cual nacen todos los males sociales que hoy amenazan con sumergir al planeta en una nueva guerra mundial. 

Por un lado, presenciamos en el conflicto entre Rusia y Ucrania, el combate embozado de las potencias capitalistas hegemónicas, con Estados Unidos a la cabeza -cuyos grupos económicos y de poder, se consumen a su vez, porque al interior de sus fronteras ya no pueden acrecentar sus capitales- contra Rusia y China, que, como potencias emergentes, combaten al mundo unipolar que aquellos encabezan, batalla que a pesar de los pesares, con paso firme y decidido, éstos últimos van ganando. 

Estando así las cosas, por más que se diga que lo que ocurre en Europa del este es una invasión, voces autorizadas dicen lo contrario, por ejemplo, el estadounidense veterano Coronel Douglas MacGregor sostiene que Rusia, al intervenir militarmente en Ucrania, se está defendiendo, de la misma manera que los Estados Unidos se opusieron a que la extinta URSS colocara misiles en Cuba hace apenas unas décadas, que el presidente ruso está en todo su derecho de defenderse, porque ha estado insistiendo por lo menos, durante 15 años, que no podía permitir que se amenazara su seguridad al incorporar a Ucrania a la OTAN, pero nadie hizo caso; dice además, que su país y la Unión Europea deben mantenerse fuera de ese conflicto, porque Ucrania no es un modelo de democracia y porque se le está imputando a Putin algo que no quiere hacer, ya que él no tiene interés en invadir ningún país, peor aún, de acuerdo con el Coronel, es perturbador presionar a los ucranianos para que luchen, muriendo sin sentido en una guerra que está perdida, sin que los aliados estén dispuestos a intervenir en el conflicto, con lo que están creando un terrible desastre humanitario; por su parte, el internacionalista Atilio A. Borón, hace un recuento oficial de las invasiones estadounidenses, con base en un Informe del 5 de febrero del 2002 producido por el Servicio de Investigaciones del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés), dependiente de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, en él, documenta  315 casos, sin incluir acciones encubiertas o caos en los cuales las fuerzas estadunidenses se estacionaron en el exterior desde la Segunda Guerra Mundial, añadiendo que ningún otro país ostenta tan ominoso lugar  (tomado del  blog de Atilio Borón). 

Pues bien, el campeón de las invasiones y los golpes de estado, es el que miente descaradamente y sin tapujos, acerca del conflicto armado en Ucrania, catalogándolo como una invasión, lanzando a medio mundo a condenar y atacar económica, mediática y militarmente a Rusia. País que, por lo demás, al defender sus fronteras, defiende por segunda vez al mundo, tal como lo hizo al derrotar a la Alemania Nazi. Es decir, en aquella parte del mundo, se libra una batalla en bien de la humanidad, en un esperanzador esfuerzo por detener a quienes amenazan con llevarnos a la destrucción del planeta entero. 

Por otro lado, en nuestro país, el irracional y esquizofrénico escenario que se nos presentó este fin de semana, en el partido de futbol entre los equipos del Atlas de Guadalajara contra los Gallos Blancos de Querétaro, en el cual, según datos no oficiales, hubo más de 20 muertos por el pleito entre las llamadas “barras” de aficionados, suceso que se suma a otros eventos, también alarmantes, como los asesinatos y agresiones contra periodistas, líderes políticos y activistas, desde el poder de la República y de los distintos niveles de gobierno y, las masacres provocadas por el crimen organizado, demuestran en conjunto que nuestra sociedad está inmersa en un ambiente de violencia tal, que ha causado más muertes que las provocadas en los días que lleva el conflicto armado a que me referí líneas arriba. 

Lo que sucede en nuestro país cobra tintes escandalosos. La clase política de la 4T, va quedando exhibida como la peor de los últimos tiempos, víctima de sus propias contradicciones y de los conflictos internos que la consumen, se muestra incapaz de conciliar sus estrategias con la crisis generalizada en que nos debatimos, generando oposición en amplios sectores sociales, cada vez más inconformes con el fracaso morenista, que hace uso de la violencia y de la guerra de odio, para mantener el poder. 

En el tenor de la lección que el poeta referido nos brinda en sus versos, la realidad exige que hagamos conciencia del contexto en que vivimos, que tomemos partido y entendamos que la indiferencia se vuelve insensatez. Por lo tanto, los mexicanos que, como Bertolt Brecht, hemos decidido revelarnos ante esta época de caducidad del régimen económico que permite la grosera acumulación de riqueza en pocas manos y la insoportable pobreza en miles de millones de seres humanos, tenemos dos tareas urgentes: la primera, denunciar, aunque sea con nuestras pequeñas voces, la mentira que los explotadores del mundo y sus lacayos vierten sobre la legítima y esperanzadora defensa que Rusia hace de la Paz y la justicia en el mundo y; en segundo lugar, combatir con toda nuestra fuerza contra las contradicciones que agobian a nuestra sociedad, luchando sin cuartel por la mejora de las condiciones de vida de las mayorías empobrecidas de nuestro país y, al mismo tiempo, crear en ellas la conciencia de clase necesaria, para llevarlas a formar una fuerza social, tan grande y tan poderosa, que nos permita encaminar a México por el camino del desarrollo y progreso verdaderos. Esa es tarea para los hombres de hoy o no habrá futuro. 

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