esde hace más de dos meses que empezaron las lluvias torrenciales en Tabasco y las extensas inundaciones en buena parte de la geografía del estado ha sido noticia recurrente, pero aún no se mira para cuando terminen los estragos que han dejado a su paso, máxime que por órdenes del presidente López Obrador prefirieron inundar a las zonas indígenas con el desfogue de las presas antes que aceptar más agua en la refinería de dos bocas, misma que permanece inundada con harta frecuencia, aunque se diga que fue por Villahermosa.
El problema de las inundaciones en el sureste no es nuevo y data de siglos incluso, pero se han atendido a los damnificados y aminorado el desastre. Lo que sí es nuevo es la indolencia de las actuales autoridades locales y federales para atender un desastre de enormes proporciones, aunado a la decisión de inundar poblaciones indígenas, eso no se había visto antes y nadie debe olvidar esta acción injusta y arbitraria contra los más desamparados.
Así pues, hasta ahora la ayuda de los gobiernos federal y estatal llega a cuenta gotas, a tal grado que las protestas de la gente por la falta de apoyo no han cesado, a pesar de que les han echado la guardia nacional. Son ya centenas de miles de tabasqueños que viven prácticamente bajo el agua, no hay quien les tienda la mano de forma clara y oportuna sin exclusiones, por lo que las autoridades de todos los niveles han quedado rebasadas y con ello muestran una gran indiferencia ante la desgracia, justo cuando es el momento de que exista la mayor sensibilidad de los gobiernos para atender a la ciudadanía en desgracia.
Pues bien, dado que el presidente de la República ni los pies se mojó cuando fue a Tabasco y prefirió mirar la desgracia desde las alturas de un helicóptero, en los días que corren el Movimiento Antorchista Nacional se ha puesto en acción en todo el país y son ya cientos de toneladas de víveres, ropa y medicinas que se han recolectado de miles de mexicanos solidarios y están siendo enviadas a diversas zonas del estado sureño. Sigamos apoyando esta gran causa por nuestros hermanos tabasqueños, apoyemos con todo lo necesario para que puedan salir adelante, hoy por ellos mañana por otros que lo requieran.
Por último, esta situación tan grave por la que atraviesan miles de familias tabasqueñas no es más que una lección para todos de que sólo el pueblo ayuda al pueblo en desgracia; que no esperemos que las autoridades oficiales lo hagan, aunque tengan los recursos para hacerlo o bien los desaparecen como fue el Fonden en este gobierno de Morena. Por esta razón, me parece muy oportuno y celebro que el Movimiento Antorchista conformado por gente de muy bajos económicos, por el pueblo, que se solidarice y brinde la mano amiga para donar lo que seguramente también falta en casa, pero con el convencimiento claro de que esta es la alternativa para ayudar a nuestros hermanos. Invito a mis compañeros que aun no hacen su donativo a que se sumen a esta campaña de recaudación de víveres, ropa, agua embotellada y medicamentos. La unidad del pueblo hará posible salir adelante.
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