En una revisión somera, y sólo para compartir algunas reflexiones frustrantes, sobre la evolución que ha sufrido la Secretaría de Educación Pública (SEP), en la era post-revolucionaria, rememoro algunas de las personalidades que han ocupado la silla de la SEP, y que le han dado prestigio y lustre a nivel nacional e internacional a esta dependencia:

Lic. José Vasconcelos Calderón (1921-1924), con sus “lecturas clásicas para niños” quiso encabezar una revolución cultural para contribuir en la “construcción de instituciones”; filósofo y escritor.

Lic. Jaime Torres Bodet (1958-1964), diplomático, ensayista, escritor, poeta, fungió como director general de la UNESCO de 1948 a 1952, trabajo en la alfabetización del país, implementó la política de relaciones exteriores durante la guerra fría.

Lic. Agustín Yáñez Delgadillo (1964-1970), ensayista, novelista, escritor (las tierras flacas), precursor de la novela mexicana moderna.

La ciencia no tiene olores ni sabores, no es liberal ni conservadora, es un conjunto de conocimientos objetivos y verificables. El buen o mal uso que de ella se haga, depende de la educación que es, la formación o el desarrollo de la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas, de modo que, si es muy importante aprender ciencia, es igual o más importante saber para qué o que uso vamos a dar a lo que aprendamos y esta orientación es la que cae de lleno dentro de las funciones de la Secretaría de Educación Pública; por eso, la educación es tan importante, que es monopolio del Estado en funciones.

Para atalayar más hondo y mas lejos, muchas veces resulta indispensable aprender de personalidades, que como las de los secretarios que reseñamos brevemente, se plantean grandes objetivos y contribuyen grandemente a conseguirlos.

En el actual período de gobierno, la presencia de la Secretaría de Educación Pública (SEP), no se ve, no se oye, no se siente, trazando metas y métodos para conseguir objetivos que den orientación y rumbo, claros y precisos a la actividad educativa en el país entero, lo único que se siente es la mano dura, persecutoria y represiva, en contra del Movimiento Antorchista Magisterial, cambiando directores, imponiendo interinatos, suspendiendo sueldos, destituyendo a maestros, que prácticamente obsequian su fuerza de trabajo a las instituciones, incluida, y en primer lugar la SEP, pues en horas no laborables, de común acuerdo con los padres de familia y los estudiantes, enseñan arte, cultura, deporte, teatro, poesía, danza, baile, música, natación, sin percibir por ello remuneración alguna, rompiendo así  el círculo virtuoso del proceso educativo, y aduciendo para esto normas y leyes que perjudican los resultados educativos que la propia institución (SEP) debe proponerse alcanzar; como es, una educación integral, de alta calidad, que oriente la actividad del educando y futuro profesionista en beneficio de la comunidad a la que se debe.

Uno pudiera decir lo que en su tiempo dijo el general Cárdenas: “si las leyes perjudican a la gente, quítense las leyes”, o lo que el propio López Obrador: “al diablo con las instituciones”, si estas impiden la realización de la justicia pero, nosotros que sabemos que la totalidad de nuestros maestros han estado, en los hechos, trabajando gratis durante años, y que de buenas a primeras son despedidos, (corridos) sin ninguna explicación válida y sin mayor trámite, entendemos claramente que es una persecución y represión políticas, sin causa ni atenuantes y por eso, el pasado martes 18 de los corrientes, realizamos una marcha de la plaza San Pedro a la Secretaría de Educación Pública,  con alrededor de 1500 integrantes y exigimos a la SEP: ¡ Alto a la represión y persecución políticas!

¡Alto a los atropellos laborales y a los derechos humanos!

¡Miles de maestros asistieron y participaron en la defensa de sus derechos!

¡Organízate y lucha!