MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La salud del pueblo, juego de los gobiernos

image

Mientras duró oficialmente la campaña por la presidencia, Andrés Manuel López Obrador hizo muchas promesas en torno a la revitalización de los valores de libertad y de justicia, manifestó siempre sus ideales de transformación del obsoleto e ineficaz régimen neoliberal que ha hundido a los mexicanos, desde hace muchos años, en miseria, apoyado y reforzado por los partidos que jamás han defendido al pueblo mexicano y que habían perdurado en el poder.

López Obrador, antes de ser presidente, dijo que el sector de salud era un desastre, y prometió que cuando él fuera presidente habría un sistema de salud que impidiera que mucha gente siguiera muriendo por falta de atención, pues esta sería gratuita y se tendría la infraestructura necesaria para cubrir las necesidades de todos los mexicanos. 

Otros gobiernos anteriores se habían manifestado a favor de asegurar el derecho a la salud a toda la comunidad mexicana y se crearon entonces los dentro de salud que conocemos actualmente.

El presidente Ávila Camacho, el 19 de enero de 1943, creo el Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS) con el propósito de garantizar el acceso integral de los trabajadores y junto con ello creó la Ley del Seguro Social que les permitiría a estos elevar sus condiciones de vida y aumentar su poder adquisitivo, pues gastarían menos en salud y el dinero ahorrado podrían destinarlo al abastecimiento de sus otras necesidades. México fue con esto una de las primeras naciones que establecieron un programa universal de atención médica para los ciudadanos, que además fuera subsidiada por el gobierno. 

He de decir, que en sus 79 años de función, el IMSS no ha podido cumplir con su propósito, pues se olvidaron de que no todos los mexicanos tienen un trabajo que les permita disfrutar de estos beneficios, y otros más no tienen si quiera un trabajo que les permita tener asegurado un ingreso para poder asistir, sin seguro médico, a estas instalaciones para llevar a sus familiares, o ellos mismos, a entender sus problemas de salud. 

Posteriormente, el presidente Vicente Fox implementó el Seguro Popular de Salud, que aseguraba a los que no tenían seguro social un paquete de servicios básicos para poder atender esta falta. Pero también este programa no cumplía con lo estipulado en la constitución mexicana de 1917.

A diferencia entonces de estos modelos de salud, que excluían a una gran cantidad de mexicanos, una de las principales consignas que ahora López Obrador ha venido defendido es la de atención médica y medicamentos gratuitos para todos los mexicanos sin condicionar su situación laboral y, sobre todo, para apoyar a los que siempre han sido abandonados por el gobierno, he ahí nuevamente su lema de primero los pobres. Para lograr esto, eliminó el Seguro Popular y lo reemplazó por el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) que “tiene el objetivo central de garantizar por el Estado la protección a la salud, bajo criterios de universalidad e igualdad, donde todas las personas, de todas las edades y en toda la geografía del país, sin excepciones de ninguna clase y sin catálogos limitantes, reciban servicios de salud gratuitos, con manejo eficiente de los recursos, de manera digna, oportuna, con calidad y eficacia”, según la página oficial del Gobierno de México.

Pero debido a que la realidad es distinta a sus promesas, argumenta que hasta el momento no se han podido ver avances debido a que los gobiernos anteriores buscaban su privatización y veían el tema de salud como un privilegio. Además de que la pandemia por covid-19 fue un freno para su plan de acción en materia de salud. 

Sin un diagnóstico serio de la realidad, López Obrador nuevamente aseguró que en el primer trimestre del próximo año México contaría con “el mejor sistema de salud pública del mundo” a lo que médicos respondieron que era casi imposible de lograr en tan poco tiempo, por la carestía tanto monetaria como de personal y de insumos médicos que atraviesa el país.

Una muestra clara de que es real esta postura es el resultado de los más de dos años de pandemia que puso a prueba a todos los gobiernos de los distintos países, donde México fue de los que más defunciones y contagios tuvo a nivel mundial, además del recorte que realizó López Obrador a la salud que provocó desabastecimiento de medicinas y de atención médica. Pero la realidad va cambiando y en México no pintan mejor.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el sábado 23 de julio al brote de la viruela del mono por todo el mundo como emergencia de salud pública, la clasificación máxima de alerta que puede emitir. En México ya tenemos 60 casos de esta enfermedad, y ¿qué piensa hacer el Gobierno mexicano? ¿encerrarnos nuevamente y dejar a los mexicanos sin atención médica, sin trabajo, y con hambre? Seguramente así será, aunque Andrés Manuel dicte lo contrario en sus mañaneras.

Song Luzheng, académico chino con sede en París, dijo recientemente que la respuesta inadecuada de occidente a la covid-19 y a la viruela del mono es la política, expresó que “los líderes de Occidente son como transeúntes. Se van después de uno o dos términos, al igual que un empleado. Sus mentes se concentran más en lograr intereses propios. Como resultado, no están dispuestos a tomar decisiones que les cuesten votos”, aun y cuando se trate de la vida de sus gobernados, he de agregar. 

Claro es, pues, que los verdaderos intereses del presidente no son los de trabajar por los pobres de nuestro país, si no los de vivir en una continua campaña que le asegure un lugar en la historia y el futuro triunfo de su partido en las próximas elecciones, apoyándose siempre en mentiras y cortinas de humo que mantengan distraído al pueblo de México.

Queda en el pueblo cambiar su realidad, asunto que no resolverán los gobernantes del país, independientemente del color y el nombre del partido al que representen.

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más