“México debe actuar para proteger a sus periodistas. La lista de víctimas de la violencia contra la prensa en México continúa creciendo”. Estas son las primeras líneas que el diario estadounidense “The Washington Post” dedicó en una página completa debido a la fuerte ola de brutales asesinatos de periodistas en México. Hasta el momento de esa publicación habían sido registrados doce asesinatos, pero este 22 de agosto Fredid Román Román fue ejecutado esta tarde frente a su domicilio en la ciudad de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero.
De acuerdo con la evaluación realizada por Reporteros Sin Fronteras (RSF), México es el segundo país más peligroso para ejercer el periodismo, el año 2022 como el más letal y el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, como el gobierno más hostil contra los medios y profesionistas del periodismo. No ha sido una casualidad, ni una coincidencia, pues los asesinatos de los 15 periodistas sumados hasta ahora se han llevado a cabo en los estados gobernados por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Fredid Román Román es la muestra fehaciente de que en México pedir justicia es un acto de valentía. Ante el enorme telón de impunidad que parece nunca va a abrirse, en este gobierno dirigido por AMLO, al parecer no hay prórroga. Fredid fue un distinguido columnista que dedicó su profesión a evitar hablar de temas relacionados con la violencia, en su larga trayectoria en los medios, fundó su propio medio impreso llamado “La Realidad”, el cual dejó de circular hace algún tiempo debido a la pandemia, actualmente se dedicaba a escribir una columna política que era difundida por el diario “Vértice” de Chilpancingo.
¿Cuál fue entonces el crimen que pudo cometer Fredid para ser asesinado? Los reportes indicaron que Román hizo uso de su profesión para pedir justicia ante la Fiscalía de Guerrero por el asesinato de su hijo en el poblado de El Ocotito en julio del mes pasado. Unas cuantas palabras escritas son lo que costó la vida de un ciudadano más y de un periodista por levantar la voz ante un sistema de seguridad cada vez más decadente, que prefiere callar la realidad, antes que resolver las injusticias cometidas contra el pueblo.
La injusticia de nuestro sistema es sumamente evidente que de la muerte de todos los periodistas que hemos tenido en 2022, más de la mitad han sido justificadas por el gobierno como “No han sido muertos por su profesión” ya que argumentan al momento de sus muertes no se encontraban laborando. El gobierno no está pagando la parte de culpa que le toca, miente y niega la realidad, simplemente porque no le conviene, para ello han encontrado muchas maneras de suavizar las injusticias con escenarios que ellos mismos crean, pero que ni ellos mismos se creen.
Esto debe cambiar, y el primer paso es reconocer que separados no será posible lograr un cambio. Exigir justicia por la muerte de Fredid y todos los periodistas, así como por todas las víctimas de un país que se cae a pedazos y el gobierno no tiene la intención de rescatarlo.
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