Tecomatlán es un claro ejemplo de lo que el pueblo organizado y humilde puede lograr cuando se dispone a luchar y a defender lo que por ley le pertenece, desde un sistema educativo completo en donde los hijos del pueblo pueden desarrollarse y crecer de manera integral, hasta una seguridad envidiable para todos sus habitantes. Todo esto es fruto del esfuerzo de cada uno de los tecomatecos que, durante toda su vida, se han dedicado y decidido a trabajar de la mano para poder sacar adelante a su municipio del atraso y la marginación que en un pasado los acosó, como hoy acosa a miles de lugares en todo el país.
Pero la verdadera pregunta que debemos de hacernos todos lo que tenemos la dicha de poder admirar por nuestros mismos ojos este progreso es ¿por qué, si otros lugares cuentan con mayor presupuesto gubernamental, una población con mejores ingresos e incluso atractivos naturales mejores que los de Tecomatlán, no pueden conseguir la paz, la tranquilidad y el progreso de este pequeño municipio enclavado en la Mixteca Poblana?
Aunque es sencillo de contestar, merece oportuna un explicación amplia y extensa para mejor comprensión de la respuesta sencilla. Detrás del cada uno de los habitantes consientes y comprometidos con el progreso, se encuentra la enseñanza, la guía y el liderazgo del Movimiento Antorchista, encabezado por el ingeniero Aquiles Córdova Morán.
Desde el inicio del Movimiento Antorchista, el maestro Aquiles dirigió la lucha de los campesinos pobres en el municipio, asesorándolos e impidiendo que los caciques de aquellos tiempos, compraran a precio de chiste sus cosechas de cacahuate y sandia, y dejaran al campesino sin el sustento necesario para alimentar a sus familias.
En la actualidad, casi 50 años después del nacimiento de esta organización, muchos de los tecomatecos bien nacidos y de avanzada edad, narran con orgullo el inicio del antorchismo y, como ellos, junto con otros tecomatecos que, aunque ya no están en este mundo terrenal, los recordamos con gran cariño, lucharon junto al maestro Aquiles en la primera manifestación realizada en el municipio de Tecomatlán en contra de los caciques y del mal gobierno que en esa época los tenía sometidos.
También recuerdan la primera elección en la que resultó ganador el primer candidato antorchista y que, desde entonces, el pueblo solo ha caminado hacia delante de la mano del progreso y del bienestar de todos su habitantes.
Todos los tecomatecos, que a lo largo de las generaciones han decidido enrolarse en la filas del Movimiento Antorchista, tienen presente el camino recorrido por sus familiares y amigos, desde el inicio de la lucha en Tecomatlán y es por eso que saben que la lucha en Tecomatlán ha costado, lágrimas y sangre, que lo que hoy se ha conseguido no llegó de la noche a la mañana, sin hacer el más mínimo esfuerzo, al contrario ha sido fruto del esfuerzo de un pueblo que nunca ha sido conformista, que siempre ha buscado progreso y bienestar, que se ha dedicado no solo a criticar los errores cometidos, si no también a proponer soluciones realistas que contribuyan a crecer y a mejorar cada día las condiciones de vida de este hermoso municipio.
A pesar de tener un largo camino recorrido, aún queda mucho trabajo por realizar. El trabajo de los tecomatecos antorchistas se ha tomado como ejemplo a nivel nacional de lo que los pueblos deben de hacer para salir adelante, y es deber de todos lo jóvenes de Tecomatlán tomar la bandera de lucha que en algún momento encabezaron nuestros padres o abuelos y recorrer el país ondeándola y mostrándole al pueblo pobre que un mundo mejor es posible, porque como dijo Fidel Castro “cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla”.
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