MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La Nueva Escuela Mexicana, discurso de papel

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Las escuelas antorchistas de Tecomatlán, Puebla fueron formadas al tenor de la lucha de una educación para todos. El objetivo de su creación fue para educar a estudiantes de escasos recursos del estado de Puebla y de los estados vecinos principalmente, para que ellos tuvieran acceso a la calidad académica a través de una educación integral.

Desde agosto del año pasado se venía anunciando la integración a clases presenciales de manera escalonada. Ahora es un hecho, la Secretaría de Educación Pública (SEP) hizo oficial el regreso a clases totalmente presencial instrumentando la educación directa en las aulas, así, cientos de estudiantes volvieron a Tecomatlán en este inicio escolar, desde el preescolar hasta el tecnológico. Hoy, padres de familia, docentes y estudiantes toman la batuta de un nuevo reto.

En Tecomatlán gran parte de los estudiantes son de regiones rurales y marginadas de Oaxaca, Guerrero y Puebla a las que no llegaba la señal de televisión, red internet y, a veces, ni la radio, medio principal en donde apostaron la educación de los casi 30 millones de estudiantes durante más de dos años; su formación actual está incompleta, los conocimientos base no son los idóneos y carecen de herramientas para afrontar el semestre que se avecina. Para sorpresa de muchos, no para mí, en ese caso se encuentra casi 70% de la escuela en la que soy docente y del que tengo datos frescos, habidos y recopilados.

Se implementó en el CBTa 110 un curso propedéutico, que es un taller preparatorio que tiene como finalidad instruir a los estudiantes antes de dar inicio formal a los estudios sobre un área de conocimiento específica. Su nombre proviene del término “propedéutica”, el cual se refiere a la instrucción o formación necesaria para anticipar el estudio de una materia, ciencia o disciplina, estos cursos recordemos que se ocupan para medir conocimientos previos y así dar el enfoque correcto para el propósito de aprendizaje.

Si analizamos, por ese sentido, el curso es bueno; sin embargo, el proyecto viene ya organizado con la base de la Nueva Escuela Mexicana en el nivel medio superior, modelo educativo que implementó la Cuarta Transformación al comienzo de su gestión, a lo cual en el contexto no le vemos pies ni cabeza, pero que de manera formal ya pide que así se practique, incluso, se sobreentiende, que los jóvenes de secundaria vienen bajo ese contexto educativo, ¡mentira! Recordemos.

En México, en el terreno de la educación, enterrar el pasado inmediato de cualquier partido una vez terminada su administración es algo tradicional, y el Gobierno actual no se quedó atrás, la llamada Reforma Educativa fue un compromiso que el gobierno de la 4T volvió de la práctica al olvido, después de todos los cursos, capacitaciones, nuevas direcciones que se habían acomodado entorno a los profesores, simplemente se fue, se esfumó, ¡sorpresa! venía un nuevo modelo en marcha.

El 15 de mayo de 2019, AMLO anunciaba la derogación de aquella Reforma, en esa misma fecha se proponía una reforma constitucional para construir un nuevo proyecto educativo. El 6 de julio de 2020 se giraba el Decreto por el que se aprobó el Programa Sectorial de Educación (PSE) 2020-2024, derivado del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2020-2024, lo que lleva a reflexionar brevemente sobre el proyecto denominado: la Nueva Escuela Mexicana (NEM).

Si buscamos en Google, le define como "concepción de la escuela que busca la equidad, la excelencia y la mejora continua en la educación, para lo cual colocará al centro de la acción pública el máximo logro educativo de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Tendrá como objetivos el desarrollo humano integral del educando, reorientar el Sistema Educativo Nacional, incidir en la cultura educativa mediante la corresponsabilidad e impulsar transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad".

No obstante, al recapacitar sobre esta idea institucional, se debe concluir que la NEM tiene dos puntos, es una propuesta de proyecto educativo planteada por el ejecutivo federal desde inicios de su administración y es una idea nacida en el Acuerdo Educativo Nacional en que participaron gran parte de actores e instituciones educativas y que dirigió en ese entonces el Secretario de Educación, Esteban Moctezuma.

La NEM es una quimera que se encuentra en permanente construcción desde el pensamiento hasta la práctica, además de ser un conjunto de elementos que deben mejorar en las dimensiones: humana, conceptual, normativa, administrativa, organizativa, pedagógica, curricular, tecnológica, financiera, de infraestructura, de servicios escolares, de materiales, de formación y capacitación y, de innovación, etc.

Proyectar una nueva escuela es una promesa de siempre, es una ideal fácil de ofrecer, pero difícil de lograr. Lo que preocupa es que aún no se aprecia esa evocada “Nueva Escuela Mexicana”. Es más, en muchas de ellas hay muchas necesidades, no hay agua, luz, infraestructura y lo más significativo no hay apoyos reales del gobierno de la 4T. Ellos son parte de los principales actores educativos, pero no en la mejora continua de los hechos, en sí, están involucradas varias acciones para hacerla realidad.

La pandemia agravó la planeación educativa y así se marchó por el propósito “navegando hacia donde nos lleve la marea”, sin un plan de estudios bien definido. Para colmo de males el Ejecutivo Federal se auxilia de las Secretarías que pone y dispone. Este tiene la autoridad de nombrar libremente a los responsables de acuerdo a sus intereses de carácter “poli?tico-administrativo” y estos a su vez a sus estructuras orgánicas en cada subsistema y teníamos a Moctezuma, Delfina, Leticia Ramírez… ¿quién sigue?

La pregunta del millón es: supongamos que se tenía todo para redireccionar el camino hacia una transformación educativa mexicana, ¿por qué no se ha conseguido? Algo no funciona. Han transcurrido tres años con ocho meses desde que los protagonistas iniciaron su misión en el Proyecto Educativo. ¿Quién está atrás de cada escritorio en la estructura orgánica de la SEP? Convendría revisar perfiles, formación, experiencia y antecedentes, tal vez ahí se encuentre la respuesta del porqué no hay cambio y mejora alguna en la educación media superior.

En Tecomatlán necesitamos verdaderamente poner en práctica el Proyecto Educativo de Antorcha Magisterial, activar el Centro de Maestros, reflorecer la Escuela Normal Superior “Mixteca Baja”, dar asesorías permanentes para jóvenes con bajos promedios, implementar el MECETECO como debe ser, no improvisar, sólo así lo lograremos, no para construir solo una nueva escuela, sino transformar la educación en México.

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